José Garth Medina
Los familiares se han regresado resignados a sus municipios, las brigadas de rescate ya no buscan más y en la mina El Comal, de Bonanza, se oyen retumbos que parecen salir de sus profundidades, donde quedaron sepultados siete mineros artesanales, que todavía, oficialmente, se clasifican bajo la etiqueta de “desaparecidos”.
No hay forma de que se pueda continuar la búsqueda, confirmaron diversas fuentes de la Comisión municipal de la Minería Artesanal de Bonanza.
Las autoridades locales habían anunciado que acompañarían a los mineros artesanales y a los familiares de los mineros que quedaron aterrados en la mina El Comal, tras un deslave ocurrido el pasado 28 de agosto, pero hasta ahora lo único que se ha hecho es entregarles una canasta básica durante tres meses, mientras se realizan estudios con especialistas para la reubicación de los mineros que trabajaban en esa mina fatal.
Un total de 1,200 personas son los afectados directamente y unas 2,500 personas de forma indirecta con la suspensión de las labores en la mina El Comal, donde el peligro es latente. Sin embargo, aún así, existen grupos de mineros que quieren continuar laborando en esa mina.
El 29 de agosto se rescatan con vida a veinte mineros artesanales que lograron salvarse al refugiarse en otras áreas, luego de más de 24 horas de trabajo de las brigadas de rescate local y dos que fueron enviadas por el Sinapred.
El cerro El Comal tiene una extensión de 32 manzanas de tierra, hay 120 colectivos que integran unos 340 mineros artesanales.
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Uno de los principales problemas que enfrentan las autoridades locales de Bonanza para mover a los mineros artesanales es que no tienen lugares para ubicarlos en este momento.
“Hay lugares que pueden servir para reubicar a los mineros pero no hay trocha y no es rentable económicamente para la minería artesanal”, comentó Arnoldo Rivera Galeano, de la comisión municipal de la minería artesanal en Bonanza.
Rivera Galeano dijo que la empresa minera Hemco se comprometió con la comisión municipal a buscar lugares para comenzar a reubicar a los primero veinte mineros pero no ha cumplido.
“Desde diciembre hay un compromiso de Hemco y hasta la fecha no hay una respuesta para poder comenzar a reubicar a los mineros del cerro El Comal hacia otros lugares más seguros”, dijo el minero artesanal.
La comisión sostendrá una reunión el viernes de esta semana para analizar la situación y luego se reunirán con los mineros artesanales de El Comal para ver cuál será la decisión final con ellos.
Marcela Castillo, de relaciones públicas de Hemco, dijo que la crisis en el cerro El Comal comenzó en julio de este año, cuando Hemco puso en alerta a los mineros artesanales y a las autoridades municipales sobre el peligro que se corría en la zona.
Sin embargo, la respuesta a esta advertencia hecha por Hemco fue una fuerte huelga con alto grado de violencia.
“A partir del mes de julio nos pusimos a la orden para lo que se necesitara en cuanto al resguardo de la seguridad de las personas que allí laboraban, incluyendo su reubicación, todo esto se realiza en coordinación con la Comisión Municipal de la Minería Artesanal y es un proceso en el que todos los miembros de la comisión deben estar de acuerdo, de manera que no hablamos de una decisión exclusivamente de Hemco”, comentó Marcela Castillo.
La Comisión de la Minería Artesanal de Bonanza prohibió las operaciones de la minería artesanal en el cerro El Comal a principios del mes de agosto del año 2014. Los mineros artesanales realizaron protestas y paralizaron la ciudad, demandando la reapertura de las operaciones en el cerro El Comal.
Tras la firma de acuerdos con la empresa minera Hemco, la Alcaldía, la Policía Nacional y los actores locales se logra que los mineros continúen operando en el cerro El Comal.
“Allí la mayoría de la gente no está censada, porque se meten personas que trabajan bajo contrato de jalar el material, no todos los que quedaron atrapados en la mina eran mineros artesanales, ellos son trabajadores que entran sin ninguna protección a la mina”, dijo una fuente de Bonanza.
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