El presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, presentó ayer el Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana y Convivencia, que buscará soluciones para detener la violencia social generada por las pandillas, que deja un promedio de diez muertes al día.
“El principal objetivo del Consejo es proponer estrategias y medidas en materia de seguridad que resulten de su contacto con la población y sectores nacionales”, destacó Sánchez Cerén al presentar la iniciativa, que está integrada por iglesias, empresarios, políticos, alcaldías, expertos en seguridad y otros sectores de la sociedad.
La institución cuenta con el “acompañamiento” político, financiero y técnico del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea.
Sánchez adelantó que el trabajo del Consejo, que él presidirá, incluye entre otros propósitos elaborar un diagnóstico de la situación y propuestas de mecanismos de financiamiento para impulsar diferentes iniciativas.
El obispo auxiliar de San Salvador Gregorio Rosa Chávez dijo en representación de las instancias civiles que decidieron participar para ser “catalizadores de un proceso de búsqueda de soluciones sostenibles y concertadas” y “ejecutar” acuerdos nacionales que mejoren las políticas públicas de justicia, seguridad ciudadana y convivencia.
Las pandillas se comprometieron en 2012 a una tregua que redujo de 14 a 5 el promedio de homicidos por día. Sin embargo, la cifra se ha venido elevando hasta diez desde enero debido a un recrudecimiento de los delitos de las pandillas.
Ver en la versión impresa las páginas: 12 A