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En Letra Pequeña

Sabemos que ya vienen las elecciones del 2016 porque ya han empezado a moverse los mismos de siempre. Es tiempo de caza. Ya apareció Arnoldo Alemán volando algunas cabezas y dejando claro que el PLC es un partido de su propiedad. Ya salieron los que hablan de unidad para luego venderle a Daniel Ortega su capacidad para sabotearla. Ya están asomándose los partidos mercenarios, esos de los que nunca se sabe de ellos, ni se le conoce membresía alguna, pero salen de sus cuevas en elecciones, hacen el trabajo sucio, cobran y desaparecen otra vez. ¡Ya vienen las elecciones! ¿A quién le importa?

Tiempo de caza

Sabemos que ya vienen las elecciones del 2016 porque ya han empezado a moverse los mismos de siempre. Es tiempo de caza. Ya apareció Arnoldo Alemán volando algunas cabezas y dejando claro que el PLC es un partido de su propiedad. Ya salieron los que hablan de unidad para luego venderle a Daniel Ortega su capacidad para sabotearla. Ya están asomándose los partidos mercenarios, esos de los que nunca se sabe de ellos, ni se le conoce membresía alguna, pero salen de sus cuevas en elecciones, hacen el trabajo sucio, cobran y desaparecen otra vez. ¡Ya vienen las elecciones! ¿A quién le importa?

Partidos domesticados

Daniel Ortega ha diseñado un modelo de partidos domesticados: pueden competir si y solo si no pueden ganar y si por alguna razón tienen posibilidades de ganar nunca tendrán posibilidad de competir. No hay libre competencia. El Frente Sandinista sería como un boxeador al que solo le ponen paquetazos a los que pueda vencer por paliza en el primer round. Como Mayorga, pues, en su última pelea. No se permiten inscripciones libres. Ahí está Roberto Rivas decidiendo quién puede competir y quién no. No vaya a ser y le salga alguien que saque a escobazos al campeón, como lo hizo doña Violeta en 1990. Entonces, los requisitos básicos no escritos para formar un partido político en Nicaragua son: uno, demostrar que no puede ganar; dos, aún así, dejarse ganar; y tres, si se puede, colaborar con el Frente Sandinista. Esos son los rivales de lujo de Ortega. Los únicos que se admiten en este campeonato.

Dados cargados

Pero Roberto Rivas no solo es, para seguir con el ejemplo de boxeo, el apoderado que escoge los paquetazos contra los que competirá Ortega. También hace las reglas con las que peleará y las cambiará cuando lo crea necesario. Es, además, el árbitro que se hará de la vista gorda ante todas las trampas que pueda cometer Kid “Mañoso” Ortega y limitará la defensa y el golpeteo de los rivales, no vaya a ser un golpe lo noquee “sin querer queriendo”. Rivas será también los jueces que desde antes de la pelea ya vieron ganar a Ortega todos los rounds y será, al mismo tiempo, la esquina técnica que dirige a Ortega. Es fan, el muchacho del balde de agua y hasta la chica en traje de baño que anuncia cada round. ¿Así cómo puede perder?

Tal vez sí, tal vez no

Ahora veamos. En un escenario de elecciones libres y transparentes ¿podría ganar Daniel Ortega en este momento? Tal vez sí. Es que nadie puede negar el liderazgo que tiene Ortega en una buena parte de la población nicaragüense. Pero… Tal vez no. Porque muchos de los que hoy dicen que votan por Ortega con toda seguridad se animarían a votar por otro candidato si existiesen las garantías de que ese voto realmente será contado. Y veríamos como candidatos o partidos a muchos quienes hoy no pueden serlo. Y ya eso cambiaría totalmente la cosa.

Tigre suelto

Lo que quiero decir es que Daniel Ortega bien podría ser el presidente de Nicaragua por la mayoría de los votos nicaragüenses. Daniel Ortega bien podría ser el más popular de los candidatos y hasta podrían ser ciertos los porcentajes que le dan las encuestas, pero eso no lo podremos saber mientras estas elecciones sigan siendo un pleito entre tigre suelto contra burro amarrado, mientras sea Roberto Rivas el que diga a su real voluntad cuántos votos le tocan a cada quien sin que tenga que demostrar nada.

Mercado

Entonces, ¿cómo es que hay tantos que se pelean por ser el burro amarrado para que se lo coma el tigre? Es que hay todo un mercado en esto de perder. ¿O ustedes creen que el rival de Mayorga no ganó nada por subirse al ring para que lo apalearan? Aquí nada es gratis. ¿Cuánto paga Ortega por infiltrarse en una unidad para luego reventarla desde adentro? ¿Cuánto vale prestar el nombre de un partido político para que usen su espacio y así colocar fiscales y miembros de mesa? ¿Cuánto cobra un partido por subirse al ring para que lo apaleen? Aquí se paga con dinero contante y sonante y curules, que es casi lo mismo.

Ver en la versión impresa las páginas: 10 A

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