Últimamente una tendencia fuerte que se ha puesto de moda es el uso del blanco con toques de accesorios o muebles con un color contrastante como naranja, amarillo o azul.
Usar blanco como base en paredes o sillones y aplicar color en cojines, alfombras o mesas auxiliares es un súper detalle que te da un look moderno y único.
Asimismo podés mezclar accesorios plásticos con madera, metal con telas. Todas las mezclas posibles con color y textura las podés hacer si tenés como base el blanco. También es muy apropiado este look si no tenés mucho presupuesto, o para apartamentos de solteros.
En el comedor se ve súper bien si tenés una pared en blanco con una mesa sencilla y mezclas diferentes tipos de sillas, ya sea en color o estilo, crearás un look muy vanguardista y sobre todo reutilizando o gastando poco.
Ante una base blanca los cuadros cobran un brillo especial. El blanco y sus derivados combinan bien con superficies y materias naturales, por ejemplo, maderas sin pulir o alfombras de yute.
Este tono armoniza con otros colores neutros como el gris, el negro o los cremas. Basta con asociarlos para crear un interior tranquilizador y fácil de decorar.
Utilizado en una armonía coloreada, el blanco puede disminuir la intensidad de los colores puros. Además, son su contacto, los colores parecen atenuados, lo que crea un cambio de ritmo en la habitación. Podés destacar la elegancia de materiales o formas diferentes.
Para una decoración fresca, combina el blanco con verdes, conservando el suelo de color crema claro. Y para dar un toque de modernidad, asocia el blanco con el negro o el gris y añade toques de color con accesorios.
Así que no lo pensés mucho si querés utilizar el blanco con toques de color, seguro te vas a divertir tratando de mezclar texturas y colores y reutilizando muebles. Si querés más tips escribime en Facebook.
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