Uriel Cuadra Argüello
Si el hombre es juez, hay corrupción, si es acusado es igual, si es dirigente y dirigido la misma cosa, si es religioso o frecuenta el culto su final es el mismo.¿Qué es lo que lo hace así?
La ambición mata al hombre, casi siempre espiritualmente y otros físicamente. Es creído, vanidoso y prepotente, y el poder lo enloquece. ¡Qué tristeza! Tal vez si los billetes tuvieran, como los antibióticos, fecha de vencimiento, al no poderse acumular es posible que hubiese un cambio.
Soberbio, engreído y prepotente ¿Quién te creés? Subís y sublimizás las alturas en que te encontrás, alardeás del poder, mirás y admirás tu belleza, contás y recontás tu dinero, abusás de tu fuerza, encarcelás, vejás y matás al indefenso, te reís, te burlás del débil y lo despreciás
¡Pobre del pobre! Lo ves mucho menos que tú, creés conquistar el mundo ¡Pobre sabandija!
¿En dónde ponés tu dinero después de la muerte? ¿Te lo llevás conjuntamente con tu poder?
¡Impotente! ¡Si tanto creés que valés, evitá tu muerte!