Dr. Emilio Montes Flores
La mayoría de universidades están convertidas en escuelas mediocres y feudos de quienes las rectorean. Y en medio de la mediocridad han proliferado como hongos las llamadas “universidades de zaguán” en la mayoría de los departamentos del país. ¿Cómo se explica que en medio de la pobreza y el atraso nacional existan proporcionalmente más universidades que en otros países más avanzados que el nuestro? ¿Habrá seriedad en centros donde el estudiante recurre sólo a folletos durante el tiempo de su formación, donde se recibe clases en papelógrafos, donde no existe la mínima bibliografía para consulta, ni laboratorios, y donde recién graduados de estos mismos centros al año siguiente son catedráticos? (un ciego conduciendo a otro ciego).
¿Quién vigila la calidad curricular y académica de estos centros ?
Del Consejo Nacional de Universidades debería ser su principal tarea investigar esta situación que jamás debió permitir. Es comprensible y digno de alabanza el deseo de superación de las personas, pero es condenable engañar al individuo ansioso de superarse y a la sociedad al producir (porque no cabe la palabra formación) seudo profesionales que sólo vienen a alimentar y perpetuar nuestra mediocridad cognoscitiva.