Repetir la historia
“Una cosa es continuar la historia y otra repetirla”.
Jacinto Benavente (1866-1954); dramaturgo y productor de cine español.
Dictadura y la reelección
A la gran mayoría de los nicaragüenses que por muchos años hemos sido parte activa en las luchas cívicas y armadas en contra de las diferentes dictaduras que han mal gobernado a nuestro país, nos causó asombro la resolución emitida por seis magistrados sandinistas de la Sala Constitucional de la Corte de Suprema de Justicia (CSJ), resolución por medio de la cual le conceden al presidente Daniel Ortega Saavedra ser dictador del pueblo de Nicaragua. Y digo que nos causó asombro, ya que una de las magistradas que aprobó, en contra de toda ley, la reelección de Ortega, fue una de las que en la década de los años setenta luchó en contra de la dictadura y reelección de Anastasio Somoza Debayle, pero hoy se le olvida esa lucha en la cual entregaron sus vidas miles de nicaragüenses, entre ellos incluso el doctor Oscar Danilo Rosales, hermano del magistrado Francisco Rosales, y Camilo Ortega Saavedra, hermano de nuestro actual Presidente, quienes entregaron sus vidas combatiendo la dictadura y reelección de Somoza.
Me pregunto: ¿qué estarán diciendo desde el cielo Augusto César Sandino, Carlos Fonseca Amador, Edwin Castro Rodríguez, Oscar Danilo Rosales, Camilo Ortega Saavedra, Francisco Rivera (El Zorro), Leonel Rugama, Pedro Joaquín Chamorro, Mártir de las Libertades Públicas, y los miles de nicaragüenses que ofrendaron sus vidas en contra de la dictadura de Somoza?
En la actualidad el presidente Ortega Saavedra quiere reencarnar a Somoza a través de la reelección. Y no me cabe en la cabeza cómo personas que dicen ser de la Contra (Resistencia Nicaragüense) estén avalando la resurrección de otra dictadura en Nicaragua, si los verdaderos contras luchamos también en contra de la dictadura totalitaria y comunista de los ochenta. No es posible que luchadores contra las dictaduras hoy estén dándole el apoyo a la reencarnación de otra dictadura igual o peor a la de los años setenta y ochenta; entonces ¿para qué se luchó?
El comandante Ortega Saavedra dice que él tiene todo el derecho de reelegirse, y que Somoza también lo tenía. Entonces. ¿ para qué se sacó a Somoza del poder y para qué murieron tantos nicaragüenses, si Somoza también —al igual y como argumenta el presidente Ortega— también tenía derecho a reelegirse?
Tengamos mucho cuidado, pueblo de Nicaragua. Mucho cuidado, juventud, empresarios, sectores social y religiosos.
Máximo Marcial Castillo
Abuso a la Constitución
Cómo es posible que los magistrados —si se les puede llamar magistrados de la Corte Sobrada de Injusticia— se hallan atrevido, en contra de la Constitución de la República, a legalizar indebidamente, sin importarles que actualmente la situación del país está deteriorada y teniendo otros casos engavetados desde hace mucho tiempo. Todos los nicaragüenses tenemos conocimiento de que este grupito de irresponsables son orteguistas, y del descaro del doctor Rafael Solís, quien se atreve a hablar de legalidad, cuando él sabe que esto es totalmente ilegal.
También es increíble cómo se ponen de acuerdo para anunciar semejante barbaridad y romper el orden constitucional sin ninguna moral. Es necesario que estos señores depongan sus intereses personales, aunque sea por una vez, por el bien de Nicaragua, y dejen de estar de serviles bajo la bota de una dictadura. Porque tarde o temprano el pueblo les hará pagar estos atropellos que solamente perjuicios causan a nuestra pobre nación. El próximo gobierno demócrata tiene que limpiar de alimañas y sabandijas estas instituciones del Estado, que ahora no sirven para nada.
Dice el presidente Daniel Ortega que el consejo supremo de sinvergüenzas reconoció esta sentencia, encabezados por Roberto Rivas, presidente del Consejo Supremo Electoral. Pero cómo se le ocurre al señor Presidente que la ciudadanía va a creer en sus palabras y mucho menos en las de los cómplices de un robo tan evidente como el de las elecciones municipales en noviembre del 2008, burlándose de la voluntad de la mayoría. Ya es hora de protestar por tantos abusos.
José Luis Salas
Mentiras sobre los impuestos
AIPE.- Primera mentira: El gobierno puede gastar lo mismo aun si se reducen sus ingresos. Falso, la ecuación ingreso/gasto se cumple en las personas, las empresas y los gobiernos. No debe haber gasto sin ingreso.
2.ª mentira: Elevar el déficit evita el aumento de impuestos. Falso, todo incremento del déficit gubernamental se cubre con emisión monetaria, que es un impuesto oculto y genera inflación; o con deuda pública, que es un impuesto diferido y que además presiona el aumento de las tasas de interés.
3.ª mentira: El impuesto sobre la renta progresivo es para los empresarios ricos. Falso, perjudica a empresas productivas, reduce tanto la inversión como el crecimiento económico y se traslada al consumidor con precios más altos.
4.ª mentira: Presupuestar un mayor precio de lo que venden las empresas estatales ayuda a no elevar los impuestos. Falso, la crisis mexicana de los años ochenta se debió a presupuestos con altos precios del petróleo que no se obtuvieron.
5.ª mentira: El impuesto al consumo va en contra de los pobres. Falso, los pobres consumen poco. Es un impuesto proporcional y de fácil recaudación, que permite aumentar la base de contribuyentes.
6.ª mentira: Los impuestos deben ser selectivos y especiales. Falso, en la medida que hay excepciones, hay más evasión y quienes más dinero tienen son los que las aprovechan. Los impuestos deben ser generales, con tasas bajas y sin excepciones.
7.ª mentira: Hay que gravar más a los ricos que a los pobres. Falso, gravar excesivamente a los ricos reduce el crecimiento, pues inhibe la inversión y la creación de empleos.
8.ª mentira: A tasas más altas, más recaudación. Falso, la llamada Curva de Laffer demuestra que en determinado momento tasas más altas de impuestos logran una recaudación más baja.
9.ª mentira: No hay que gravar con impuestos al consumo a todos los productos. Falso, las excepciones abren vías de evasión y mantienen en la informalidad a grandes sectores de la economía.
10.ª mentira: Hay que aumentar impuestos a los productos y servicios que usan los ricos: automóviles y artículos de lujo. Falso, eso le pega duro a la clase media, pues los ricos, aunque les aumenten los impuestos, siguen comprando lo que quieren, pero ése no es el caso de la clase media.
El mejor sistema fiscal se basa en la proporcionalidad, no en la progresividad. También en la generalidad, no en las excepciones; con impuestos sobre el consumo, no sobre los ingresos. Sólo con tasas bajas y generales seremos competitivos, se crearán más empleos y lograremos mayor crecimiento.
Luis Pazos
Profesor mexicano de economía política. © www.aipenet.com
Comportamiento vial
En una reciente entrevista televisada, un alto jefe de Tránsito explicaba de una manera muy práctica y sencilla la causa del incremento de los accidentes: se debe al aumento de vehículos que circulan por calles y carreteras del país.
Además de lo anterior, lo que también va en aumento es el total irrespeto a las señales de tránsito y la forma temeraria de conducir que pone en manifiesto un antivalor del nicaragüense, de que se puede hacer lo que nos venga en gana y a la hora que nos hinque sin importar las consecuencias.
El irrespeto hacia la vida del prójimo también va en aumento y la mejor prueba de ello es el comportamiento de los conductores de las rutas de buses hacia los usuarios y transeúntes que ya raya en la criminalidad.
Y lo más inaceptable es la falta de respeto hacia la propia vida demostrada dramáticamente todos los días por los conductores de motocicletas, que han perdido el raciocinio de que en todo accidente ellos sacan la peor parte.
Por último, cabe también señalar la forma irresponsable de ir conduciendo y fumando o tomándose una cerveza, o hablando por celular, o tratando de hacer todo eso a la vez, lo cual ha sido causa de accidentes. El ir platicando o discutiendo con el interlocutor girando la cabeza hacia atrás, lo cual quita concentración, también puede producir accidentes…
Es hora de empezar a cambiar esos comportamientos por nuestra propia seguridad y la de los demás.
Miguel Altamirano