Un hombre escapa de ser llevado por la corriente en una calle de Funchal, principal ciudad de la isla portuguesa de Madeira, castigada ayer por una violenta tormenta que provocó deslizamientos de tierra y corrientes que arrastraron todo a su paso, provocando la muerte de al menos 32 personas. Madeira es la isla principal del archipiélago del mismo nombre, una posesión portuguesa en el Atlántico frente a la costa noroccidental de África. Las inundaciones derrumbaron casas, bloquearon caminos y derribaron algunos puentes.
LA PRENSA/AP/OCTAVIO PASSOS