En medio de su historial matizado por la grandeza, a los Yanquis se les notan claramente los 27 títulos capturados.
Pero además, son el único equipo que ha repetido en ganar el clásico de otoño en doce ocasiones. De modo que sus integrantes entienden ese ejercicio, aun cuando no lo hayan experimentado.
“Conocemos las expectativas que hay sobre nosotros. Se supone que debemos repetir cada año”, dijo el mánager Joe Girardi, en el campo primaveral de los Yanquis.
La primera vez que los Yanquis repitieron en ganar la Serie Mundial fue en 1928. Un año antes la habían ganado de la mano de Babe Ruth, quien junto a Lou Gehrig lideró uno de los equipos más emblemáticos de la historia, y lo hicieron de nuevo.
Volvieron a reiterar su reinado de 1936 a 1939, con cuatro títulos en línea, récord superado después entre 1949 y 1953, cuando atraparon cinco centros seguidos, ya de la mano de Mickey Mantle, Roger Maris y Whitey Ford.
También se recuerdan los duelos con los Dodgers en los setenta, cuando los Bombarderos se llevaron las coronas en 1977 y 1978, guiados por Reggie Jackson, Ron Guidry y el ganso Rich Gossage.
La última vez que repitieron fue en los noventa. Tras ganar en 1998, con un equipo que capturó 114 triunfos, lo volvieron a hacer en 1999 y en el 2000. Luego vino la sequía superada el año pasado, ante los Filis de Filadelfia.
Pero el punto es: ¿podrán repetir ahora? “Se supone que lo hagamos cada año”, dice Girardi, consciente de que los Yanquis son un equipo construido para ganar, pero que además se le exige ganar, no sólo que aspire a ganar.
Perdieron dos bates claves en Hideki Matsui y Johnny Damon. Pero agregan a Curtis Granderson y Nick Johnson. El primero será el jardinero central y tiene velocidad y defensa. Johnson, el designado, trae uno de los mejores promedios de embase en el juego.
Pero la adición más importante es Javier Vázquez, quien da profundidad al staff. Vázquez ha lanzado más de 200 innings en nueve de sus últimas 10 campañas, con tres temporada seguidas de 200 ponches. Y será cuarto en la rotación, a pesar de que era el “as” en los Bravos.
Hace falta verlos sobre el campo, pero con la llegada de Granderson y Vázquez, los Yanquis parecen mejor armados para intentar repetir.
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