Por Jonathan J. Cooper y Amanda Lee Myers
PHOENIX / AP
La frustración se viene acumulando desde hace años en Arizona, con cada secuestro relacionado con el narcotráfico, cada invasión de viviendas, cada refugio de indocumentados que es detectado, lleno de personas sin papeles procedentes de México.
Por ello no sorprendió que este mes fuese aprobada una severa ley estatal destinada a combatir la inmigración ilegal, que puso a Arizona en el centro del acalorado debate en torno a los millones de personas que ingresan ilegalmente al país todos los años.
Una serie de factores se combinaron para hacer posible la aprobación de esta ley: una legislatura dominada por los conservadores, la llegada de una gobernadora republicana, el malestar con la incapacidad del gobierno para controlar la frontera y la creciente inquietud por la delincuencia, que aumentó el mes pasado con el asesinato de un hacendado, aparentemente a manos de un indocumentado.
“La gente quiere que se haga algo. Están cansados de todo esto”, declaró el senador estatal Russel Pearce, quien auspició el proyecto. “Ven la ineptitud del gobierno y se sienten frustrados”.
La nueva ley estipula que estar en el país ilegalmente constituye un delito estatal e instruye a la policía que interrogue a la gente acerca de su estatus inmigratorio si sospecha que no tiene papeles.
Los detractores del proyecto dicen que la ley generará incidentes de discriminación racial y otros abusos y se proponen cuestionarla en los tribunales. En el otro extremo, quienes aprueban la ley afirman que es un esfuerzo loable por combatir algo que se está convirtiendo en un flagelo.
Arizona es el estado por donde ingresan más indocumentados desde México. Se calcula que viven 460.000 inmigrantes sin papeles.
La legislatura estatal, en manos de los republicanos, ha promovido una serie de medidas contra los indocumentados en la última década, pero tropezó a menudo con la oposición de la gobernadora demócrata Janet Napolitano, hoy secretaria de seguridad nacional del gobierno de Barack Obama.
El plan incrementaría la cifra de agentes fronterizos y de inmigración, y establecería pautas de seguridad. La AP obtuvo el miércoles una copia del anteproyecto que está siendo redactado por los senadores Harry Reid, de Nevada; Charles Schumer, de Nueva York; y Robert Menéndez, de Nueva Jersey.
La nueva ley estricta de Arizona ha motivado nuevas exigencias al Congreso para que apruebe una ley integral sobre inmigración.
Pero en este año electoral, los republicanos han sido renuentes a considerar una ley sobre la materia.
WASHINGTON / AP
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El ingreso de Napolitano al gabinete allanó el camino para que la secretaria de estado Jan Brewer, quien es republicana, asumiese como gobernadora. Los republicanos aprobaron entonces su ley, y Brewer la firmó la semana pasada.
El representante estatal republicano John Kavanagh dice que era necesario actuar no solo porque el gobierno nacional no hace nada, sino también porque es previsible que cada vez más extranjeros se sientan atraídos al mejorar la economía, y en vista de que “se huele una amnistía” bajo el gobierno de Obama.
INSEGURIDAD FRONTERIZA
En los últimos tres años, la Patrulla de Fronteras detuvo a 990,000 indocumentados que intentaban cruzar ilegalmente la frontera. Ello representa un promedio de 900 por mes, o el 45% de todas las detenciones realizadas en la frontera.
“Es el cuento de nunca acabar. No resolveremos esto mientras no garanticemos la seguridad de la frontera”, afirmó el alguacil de Pinal County Paul Babeu.
La cantidad de drogas que ingresan por Arizona también es monumental. Agentes federales confiscaron 540,000 kilos (1,2 millones de libras) de marihuana el año pasado en este estado. Ello representa un promedio de una tonelada y media por día.
La incautación de marihuana es tan común que los fiscales de Arizona rara vez encausan a alguien al que se le hallaron menos de 225 kilos (500 libras).
Phoenix sufre asimismo una ola de secuestros extorsivos relacionados con el narcotráfico y el contrabando de personas. En años recientes ha habido un secuestro por día, algunos de los cuales dieron lugar a torturas y asesinatos macabros. A alguna víctima le aplicaron hierro caliente en las piernas, la colgaron del techo y le partieron los dedos a ladrillazos.
El malestar con la violencia asociada con los indocumentados alcanzó su punto de mayor ebullición a fines de marzo, cuando un popular hacendado llamado Rob Krentz fue asesinato junto a su perro en su propiedad, ubicada en la frontera. Las autoridades sospechan que el autor fue un indocumentado. El episodio le dio impulso a los sectores que piden mano dura.
“(El tema de los indocumentados) Es algo que debimos haber resuelto hace años. Es algo que no podemos seguir postergando”, comentó Thomas Fitch, cuyo barrio cerca del estadio de los Cardenales fue escenario de una redada en la que fueron detenidos 11 indocumentados en una casa de paso el mes pasado. “Al paso que vamos, las cosas se van a poner mucho peor”.
OTRAS LEYES CONTRA INDOCUMENTADOS
Las medidas contra los indocumentados siempre han tenido fuerte apoyo del electorado en Arizona.
En el 2004, se aprobó por amplio margen una ley que niega algunos beneficios a las personas sin papeles. Dos años después, varias iniciativas, incluida una negándole más beneficios a los indocumentados y declarando el inglés idioma oficial, fueron aprobadas con al menos el 70% de los votos.
Por su parte, el alguacil de un condado de Arizona, el Maricopa County, Joe Arpaio, se hizo famoso por su campaña contra la inmigración ilegal, en la que realiza redadas en barrios de hispanos que motivaron una investigación del gobierno nacional.
Natalia García, quien es indocumentada, igual que su esposo, teme ser detenida en una redada.
“Nos niegan nuestros derechos humanos porque tenemos la piel cobriza”, declaró.
Agregó que si alguno es detenido, regresarán a México.
“Viviremos pobres, pero viviremos mejor”, expresó.