14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Héctor Avellán. LA PRENSA/ M.ESQUIVEL.

Poesía nicaragüense

Vuelvo con dificultad a los lugares donde estuvimos juntos incluso aquéllos en donde nunca estuvimos pero yo nos imaginé ahí tomados de la mano

Héctor Avellán


Cuaderno de Madrid

Vuelvo con dificultad

a los lugares donde estuvimos juntos

incluso aquéllos en donde nunca estuvimos

pero yo nos imaginé ahí

tomados de la mano

ajenos al juicio público

sitios donde el agua cae y corre

de fondo se escucha un saxofón

el viento se mece en el reflejo

del estanco

al que asoma un gato blanquinegro

asombrado

la algarabía de niños y niñas

en excursión

con las narices rojas por el frío

y sus nombres en el pecho

como mercancías

(ahora el mundo les pertenece)

del amarillo al rojo duele la tarde

las hojas de los laureles caen

en un rumor nostálgico

luego viene la lluvia

todos corren

yo me refugio entre las columnas del hemiciclo

custodiado por los leones de concreto

lejos de todo

cerca de nada

todo es calma en torno mío

mi alma serena y vacía

se expande sobre el agua

donde se refleja la luna

del alba

vuelvo con dificultad

a los lugares donde estuvimos

pero ya no estaremos

de nuevo juntos

ni para siempre.

Parque El Retiro, Madrid, España. 2007


El bautismo del dolor

Recostado bajo el olivo

entregado al ocio de las tardes

y a sueños sin futuro

recorro los campos

con bastón en la mano

y apaciento las ovejas del Padre

de vez en cuando

el olor de un acecho

un león se lleva un cordero de la manada

voy tras él

arranco de su hocico la presa y

si se vuelve contra mí

golpeo su quijada y

lo mato

de pronto la tarde es el ayer

por un momento las cosas están ahí

y luego me abandonan

más allá del horizonte

el Padre llena su cuerno de aceite

y elige ternera para mi sacrificio

después hago brotar sangre

de las piedras

y del arpa

la paz de mis enemigos

ahora todo está en calma

las cosas callan

su precipicio.

Breve ensayo de una despedida

“Es mejor quemarse

que apagarse lentamente”.

KURT COBAIN


Al final de los caminos la vida

pierde o encuentra sentido

no se vuelve a vivir

lo vivido

el tiempo aparece igual

largo y vacío

y todo lo que vivo

es comparado

con otros días y otras noches

cuando el mundo era pequeño

conocido y podía distinguir

el olor de la mañana y

el hombre que fui:

porque yo siempre fui un hombre triste,

sonreía y me emocionaba con poco

daba vueltas a una idea como a un tornillo

lloraba el llanto de otros

y no comía el pan

si no acababa el hambre de todos

también fui

sin remedio

egoísta

amé y quise todo el amor

para mí

caminé bajo el sol

tuve miedo al cruzar la calle

y al dormir

pero nunca temí a la muerte

sino a la vida

que aún en sus recuerdos y fotografías

siento

no me abandonará

JAMÁS

Del libro inédito Más dulce que el amor (El Libro del Rey David)

La Prensa Literaria

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí