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 Su poesía aborda las costumbres del caribe y ha publicado Dios es negro, En la calle de en medio (1968), Poemas para el año del elefante, Las veinticuatro. LA PRENSA/ARCHIVO/C.LAGUNA

David McField: Poesía

Encimita de la piel está la pena el temor al público la solitud.

Oyendo unos tambores en Tangañica

Encimita de la piel está la pena

el temor al público

la solitud.

Pero cuando el primer tambor

dice tum,

el otro secunda tum tum,

y empiezan a tumbar los negros

la noche se viene cerquita

y mil años son nada.

Rumba, rumba, tumbamba, tumba

y la escena soy yo

tumbando, rumbando

rumbo al Congo

a Benin

a Zambia.

Me pregunto, rosa negra,

¿cuál de estos seré yo?

doña Elena.

Génesis.

¿Quién me salva del sajino,

quién me saca esto de mí?

y este tambor cotidiano

que a veces me dice que no

luego obligado trae el sí.

¡Hay Río Escondido, triste!

soñándote estoy así

en el corazón de Zambia

que es el mismo de Bluefields

es ramakí

es Atlántico

es Pacífico.

¡Qué bruto! ¡Bruto! ¡Bruto!

es mi Nicaragua aquí

reventando sus cadenas

construyendo el porvenir

revolviendo el pasado

hasta el infinito ¡Al fin!

Black is black

Ser negro da lo mismo,

en cualquier latitud

black es black.

Si no que lo digan,

las magníficas actuaciones de Sidney Poitier

los formidables músculos de Jim Brown,

Caupolicán moderno,

o Lotario, fiel como el golpe que asesta a los enemigos

de Mandrake.

No es cuestión de alma blanca.

Porque negro es negro,

black is black,

full time: por dentro y por fuera.

Negro en los muelles de New York,

en Old Bank,

en los algodonales de Atlanta,

en Vietnam, Laos y Camboya,

en el Madison Square Garden.

Negros, sudando de ambición,

en las olimpiadas mundiales

“dándole colorido al espectáculo”

Pelé, Pelé, Pelé y “el negrito del batey”

y los demás en tantos climas son

“negros simplemente”.

Black is black

Pero “give me a chancemake a raise a rass”.

“Give me a chance”.

Todo puede sucederle a uno

Todo puede sucederle a uno.

No es cierto que nadie puede abrir una caja fuerte.

No es cierto que la vida se garantiza con un

seguro de vida.

Hay más.

Nuestra infinitesimal inseguridad

al igual que la de los presidentes

está en continuo acecho.

Como la hierba del campo sin tanto

verdor

vamos pasando o quedándonos

mientras todo nos pasa.

Al fin hallamos que antes de llegar a nosotros

nuestra presencia en Adán era un recuerdo

después de lo otro.

Es nuestra disposición;

morir

antes de nacer a la verdad.

Al final, decimos

al dilá, allá será.

Esto es presencia.

Mayo

A June

 

Está lloviendo en mi tierra

y huele a tierra mojada.

Me lo ha dicho mayo

me lo dice el viento

que sopla fresco y holgado.

Pobre viento enamorado

todo roto y remendado

le soba el pelo al zacate

que lo tiene bien peinado.

Porque luego al paloemayo

se puso empericuetado.

Mayoya dice mi novia,

sinsaima dice encantada.

Y mayo va por la noche

tunante y supiritado

lobulando las orejas

picando la rana al sapo

más grande la papada.

Mayaya Lasinki

Mayaya o

Maya ya ya ya ya

Mayo llegó.

La Prensa Literaria

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