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Wilfredo Montalván

Lo paradójico del 10 de enero

Mientras los nicaragüenses en el exterior recordábamos con unción patriótica el martirologio del doctor Pedro Joaquín Chamorro C., ocurrido a las 8:20 de la mañana del 10 de enero de 1978 —hace 34 años— en la ciudad de Managua; vimos con estupor por las cadenas internacionales de TV, como 10 horas después en el mismo día de este aniversario y a pocos metros de distancia de donde ocurrió el holocausto, en la Plaza de la República, se escenificaba un acto bochornoso que contraría flagrantemente los valores, principios e ideales por los cuales ofrendaron su sangre aquel mártir y miles de compatriotas en las calles, ciudades y montañas de Nicaragua. Como diría el recordado Sucre Frech: ¡Que bochorno!

Porque en medio de oropeles y fanfarrias funambulescas y después del monstruoso fraude electoral repudiado por los verdaderos demócratas del mundo, vimos como sin ningún rubor le era colocada la banda presidencial al señor Daniel Ortega, quien con un cinismo inaudito agradecía la cantidad de votos que nunca tuvo y que nunca tendrá de la gran mayoría de los nicaragüenses. Estaba rodeado, como era de esperarse, entre otros, por la alianza de déspotas internacionales, que al igual que él son producto del fraude, como el caso del señor Mahmud Ahmadineyad de Irán, quien está siendo seriamente cuestionado por haber cometido un fraude para mantenerse en el poder y por sus vínculos comprobados con el terrorismo internacional. Hay que reconocer que vimos también en el aquelarre a los burócratas “pancistas” de variopinta ralea que andaban como las moscas tras la miel; a un presidente del Cosep de obnubilado pensamiento que aparentaba estar prosternado ante el rey Midas y hasta un Cardenal despistado que ha perdido hace rato la rosa de los vientos.

Esto es lo paradójico, lo contradictorio, de lo acontecido en Nicaragua el pasado 10 de enero del 2012: mientras unos recordábamos al mártir que se sacrificó para que todos los nicaragüenses pudiésemos algún día elegir libre y limpiamente a nuestros gobernantes, por el otro lado, personas huérfanas de amor patrio celebraban con bombos y platillos el vil atropello cometido en contra de ese mismo derecho fundamental en la vida de cualquier pueblo civilizado, cosa que creíamos jamás volvería a repetirse en nuestra desventurada patria.

En consecuencia, es oportuno recordar lo que escribió el doctor Chamorro C., en su editorial El voto o la Bota: “El voto de la Bota, es más fuerte que todos los votos juntos de un pueblo. El pueblo es masa a la cual se la comen las loras. ¿Elecciones para qué?”. Para luego agregar: “Cuando las nuevas generaciones van convenciéndose de que las elecciones no sirven para nada; mientras la bota valga más que el voto y están por otra parte justamente insatisfechas del orden social actual, llegan a la conclusión de que solo los métodos subversivos que tienden a derrotar a los ejércitos, son válidos para modificar la estructura de un país”.

De esto deberían de tomar nota los políticos, empresarios y todos aquellos que por medrar a la sombra del poder, se refocilan en ventajas inmediatas postergando el verdadero interés nacional, que no es otro, que el de encauzar al país hacia una auténtica institucionalidad democrática con verdaderas elecciones libres y no como la farsa que acaban de celebrar. También deberían hacerlo los entorchados militares y policías que a la postre terminan hundiéndose con el dictador. Esa referencia del doctor Chamorro también es importante recordarla porque como decía Santayana: “Quienes no conocen la historia están condenados a repetirla” y tras todo esto hay una verdad incontrovertible: no se puede estar en contra de la voluntad de los pueblos. El autor es Secretario General de la Asociación de Nicaragüenses en el Extranjero (ANE).

Opinión

COMENTARIOS

  1. Andrecito de DIOS de Nicaragua
    Hace 12 años

    Estamos viviendo la bota opresora y el bozal del sandinismo, una cosa que aprendimos los NICARAGUENSES, a la dictadura derechista LIBERAL somocista, el pueblo no le tenia miedo, habia mas libertad de expresion, LA PRENSA no fue censurada por AÑOS, literalmente, el ejercito eran 13 mil hombres, con el sandinismo resurgieron renacuajos y un saperío que hasta en USA existen, todo mundo era sapo en los 80s te vigilaban hasta la grasienta comida que comiamos si acaso habia comida, cds, js, dgse

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