Josué Bravo
El anuncio del Gobierno de Nicaragua, sobre la posible construcción del soñado y siempre postergado proyecto de un canal húmedo a través del nicaragüense río San Juan, agitó agriamente a la diplomacia de San José.
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El canciller costarricense, Enrique Castillo, quien se encuentra en Europa defendiendo la construcción de una carretera que su país realiza a orillas del caudal nicaragüense, obra que Managua considera dañina al medioambiente de su territorio, estalló ayer en París al oír el anuncio sobre el citado canal.
“Nicaragua no puede construir un canal sin el consentimiento de Costa Rica porque la ribera derecha del río es territorio costarricense”, manifestó Castillo, momentos después de haber dicho a la prensa que la obra que provoca destrucción ecológica no se detendría por estar en territorio tico.
“Si persiste habrá otra demanda en la Corte de La Haya”, amenazó y endureció su postura: “Tenemos también la posibilidad de recurrir al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas”.
Ambos países se enfrentan en la Corte Internacional de Justicia luego que Nicaragua demandara a San José por la obra que a criterio de la Corte Centroamericana de Justicia y grupos ambientalistas ha provocado destrucción y contaminación ambiental en el ecosistema del río.
San José, que ha rechazado llamados al diálogo de Nicaragua, México y otros países sobre el conflicto limítrofe, nuevamente condicionó esta vía al exigir a Managua que se apegue al criterio de Costa Rica en su interpretación sobre las órdenes de la Corte de La Haya que mandó a ambos países a retirarse de la zona de Harbour Head, en el río nicaragüense, mientras discurre el juicio en La Haya.
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