Arnulfo Agüero
Descendiente de Ernesto Brown, uno de los prominentes pintores y escultores nicaragüenses del siglo XX, Nelson Brown Barquero, académico, pintor y narrador, es calificado por sus colegas y exalumnos como uno de los principales arquitectos con una obra sólida sostenida en la teoría, proyectos y docencia de los últimos 30 años.
Hace un mes fue internado en Cuidados Intensivos del Hospital Salud Integral, producto de un “accidente cerebro vascular”, confirmó su esposa, la arquitecta Guiselle Ortega Rosales, logrando temporalmente recuperarse para volver a recaer por hidrocefalia. Ahora está en recuperación.
Rita de Franco, quien lo conoce desde su infancia y durante los años que estudiaron arquitectura en Managua, evoca la imagen de Brown como la de un excelente diseñador. Desde entonces han pasado cincuenta años, 45 de ellos como profesional, y treinta en el magisterio, transmitiendo sus ideas a las nuevas generaciones.
Como nicaragüense, se ha preocupado por la vivienda de interés social, y la vivienda turística. Estuvo a cargo de un proyecto de la FAO-OEA para los desmovilizados de la guerra. También trabajó con maestros en viviendas para los damnificados del huracán Mitch y en el desarrollo turístico en las zonas costeras de San Juan del Sur, Rivas, Tola, y Los Cocos.
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Entre sus diseños arquitectónicos más reconocidos se encuentran el Parque de la Paz, construido en el gobierno de Violeta Barrios de Chamorro. Esta propuesta que alude simbólicamente al concepto visual ganó en 1994 el concurso, “por su modernidad, y por integrar valores vernáculos de Boaco”, su ciudad natal, destaca su colega y exalumno, el arquitecto Uriel Cardoza.
LA PINTURA
Brown también es un narrador con una pintura paisajística desde un referente de la memoria de la identidad y la creatividad, así como desde una perspectiva contemporánea del arte, basada en sus estudios y experiencias, comenta Cardoza.
En 2007 el Centro Nicaragüense de Escritores le publicó los cuentos Ave castísimas , la historia de un boaqueño que viaja a Italia para estudiar sacerdocio, se sale y pasa las mil y una aventuras para sobrevivir y establecerse, asimismo cuestiona la doble moral.
Su espíritu por las artes lo llevó a ser cofundador junto con el pintor y teatrista Alberto Icaza, del primer Teatro Experimental de Arquitectura (TEA). Se dedicó por un tiempo a promover los Jueves culturales en la UNAN-Managua y es parte del Foro Nicaragüense de Cultura.
NICARAGÜENSE Y MODERNO
Lo esencial en su obra son sus ideas sobre la arquitectura nacional. “Él ha recuperado los valores de lo nicaragüense, e integrado elementos novedosos de la modernidad”, sostienen los arquitectos De Franco y Cardoza.
Y esto se debe en parte a su formación como restaurador de patrimonio que recibió en Florencia, en 1979, permitiéndole integrar lo mejor de lo antiguo y lo moderno, ajustado a la economía de los recursos.
Explican que el Parque de la Paz está representado por un faro; el diseño del edificio de Fropel (Foro de Presidentes de Latinoamérica y el Caribe), proyecto también ganado por él, ubicado enfrente de la vicepresidencia, conservó el antiguo concepto del edificio del Hormiguero como símbolo histórico.
Otros de sus perfiles académicos están cimentados en la conservación del Patrimonio Nacional. “Yo trabajé con él sobre el rescate de la Calle Real, y la Plaza de Sutiaba, de la ciudad colonial de Granada”, cuenta De Franco. Sobre este tema de conservación de patrimonio, Brown ha impartido conferencias en Nicaragua y en países latinoamericanos.
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