NYDIA ARGÜELLO
Experta culinaria
La mayor parte de las personas llegamos a una etapa de nuestra vida en que por razones de salud los médicos nos recomienden cambiar nuestros hábitos alimenticios de una forma radical. Me ponía a pensar que si a nosotros nos enseñaran a comer saludablemente desde niños probablemente evitaríamos muchas enfermedades y no tendríamos que pasar por esa etapa tan difícil.
No existen alimentos buenos y malos, solo dietas que no se adaptan a nuestro requerimiento diario por nuestra edad, sexo, actividad diaria, estado de salud y padecimientos.
Entre los hábitos que les recomiendo inculcar a sus hijos desde pequeños es el de comer las pastas integrales, arroces integrales, panes integrales, galletas integrales, barritas de meriendas integrales, etc. Los beneficios que tienen estos alimentos son enormes. El paladar es de costumbres, se acostumbra con una gran facilidad a todo lo que ingerimos, de ahí la importancia de comer variado desde chiquitos.
Muchas veces los padres no les dan de comer a sus hijos lo que a ellos no les gusta y peor aún, les inculcan prejuicios sobre ciertos alimentos para que nunca los coman. Para mantener una buena salud y un buen funcionamiento de nuestro organismo necesitamos comer de todo, por supuesto cocinando apropiadamente y con medida.
Hay que comer y enseñar a comer, verduras y frutas. También esto debe comenzar desde pequeños para que sus paladares se vayan habituando a esos sabores.
Sería muy conveniente que en las escuelas impartieran una clase de nutrición como otra asignatura más. De esa forma todos, desde temprana edad, podríamos tener más conocimientos sobre cómo influyen la buena y mala alimentación en nuestras vidas.
Ver en la versión impresa las páginas: 4 B