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Mientras la guerra civil siria parece extenderse al Líbano, con la caída de dos cohetes en Beirut, Ginebra prepara una Conferencia de paz a la que el Gobierno sirio ha anunciado que asistirá.

El Gobierno sirio participará en la Conferencia de paz de Ginebra

El ministro de Asuntos Exteriores sirio, Walid Muallem, anunció este domingo que su gobierno participará en la Conferencia de paz de Ginebra, "una buena oportunidad para encontrar una solución política" a la guerra civil que vive el país.

El ministro de Asuntos Exteriores sirio, Walid Muallem, anunció este domingo que su gobierno participará en la Conferencia de paz de Ginebra, “una buena oportunidad para encontrar una solución política” a la guerra civil que vive el país.

“He comunicado al primer ministro [iraquí] y a Hoshyar [Zebari, su homólogo iraquí] nuestra decisión de principio de participar en la conferencia internacional prevista en Ginebra”, dijo Muallem en una conferencia de prensa en Bagdad, donde realiza una visita sorpresa.

En el terreno, dos cohetes disparados desde Beirut cayeron este domingo en un suburbio sur de la capital libanesa, bastión del movimiento chiita Hezbolá que combate junto a las tropas leales al régimen de Damasco, un signo de que la guerra en Siria se está extendiendo a Líbano. Hacia las 06:50 (03:50 GMT) dos cohetes Grad cayeron en el barrio sur de Beirut causando heridas a cuatro personas, según una fuente de seguridad libanesa, un incidente sin precedentes desde la guerra con Israel en 2006.

“Dos cohetes Grad cayeron en un suburbio del sur de Beirut, Chiyah. Uno cayó sobre un concesionario de coches donde cuatro personas resultaron heridas”, dijo la fuente a AFP. El segundo cohete alcanzó una casa y provocó importantes daños materiales pero sin dejar víctimas, indicó un fotógrafo de AFP en el lugar.

“Este incidente está probablemente relacionado con el conflicto sirio”, dijo la fuente de seguridad. “Los autores de este ataque son terroristas y vándalos que no quieren la paz y la estabilidad para Líbano y los libaneses”, denunció el presidente libanés Michel Sleiman en un comunicado. El ministro de Interior, Marwan Charbel, se dirigió inmediatamente al lugar del incidente y denunció “un acto de sabotaje que apunta a crear la discordia”. “No podemos de momento acusar a alguien. Esperamos que lo que pasa en Siria no afecte a Líbano”, dijo a los periodistas.

El ataque se produjo un día después de un discurso del jefe del Hezbolá, Hasan Nasralá, en el que prometió a sus partidarios la victoria en Siria, donde el movimiento chiita combate junto a las fuerzas del régimen de Bashar Al Asad, en particular en Quseir, ciudad siria a pocos kilómetros de la frontera noreste de Líbano. “Siria es la retaguardia de la resistencia, el apoyo de la resistencia. La resistencia no puede quedarse de brazos cruzados cuando su retaguardia está expuesta y cuando su apoyo se quiebra”, dijo Nasralá en un discurso para conmemorar el 13º aniversario de la retirada israelí de Líbano.

En Trípoli, la principal ciudad del norte de Líbano, los combates entre partidarios y opositores al presidente sirio Al Asad continuaron el sábado de madrugada. En seis días 30 personas, entre ellas tres soldados, murieron en enfrentamientos, según una fuente de seguridad libanesa. El ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, condenó el ataque desde Abu Dabi, y pidió “evitar que la guerra en Siria se convierta en guerra en Líbano”.

Líbano está profundamente dividido entre partidarios del régimen sirio, encabezados por el Hezbolá, y el bando hostil a Damasco, con el exprimer ministro sunita Saad Hariri al frente. En Estambul, la Coalición Nacional de la oposición siria pidió paz en Líbano y estimó que el Hezbolá repite “el grave error de Asad al obligar a sus hombres a matar inocentes sirios, lo que va sin lugar a dudas empujar a los honorables miembros del Hezbolá a desertar”.

La reunión de la oposición en Estambul, inicialmente prevista hasta el sábado para debatir entre otros temas su participación en una conferencia de paz internacional, fue prolongada un día. La demanda de algunos países como Arabia Saudí de ampliar el número de miembros de la Coalición para reducir la influencia de los Hermanos Musulmanes dividió las filas de la oposición y bloqueó el avance de las negociaciones.

Por su parte, el ejército sirio anunció el sábado haber tomado el aeropuerto militar de Dabaa, una posición rebelde clave en el norte de Quseir. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) indicó que este domingo por la mañana la ciudad de Quseir fue bombardeada por la aviación. Esta ciudad es objeto de una ofensiva mayor del régimen y del Hezbolá desde hace una semana. El comité de coordinación de Quseir (rebeldes) pidió ayuda en su página Facebook: “Si Quseir cae, no nos levantaremos más. Ayúdenos, envíen dinero, alimentos y medicamentos”.

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