Centenares de personas se reunieron el jueves en Washington para recordar en una ceremonia a los 20 niños y seis adultos que fallecieron hace casi un año en un tiroteo en una escuela de Newtown (Connecticut, noreste), una masacre que conmocionó a la sociedad estadounidense.
Familiares de las víctimas, habitantes de la pequeña localidad de Newtown y centenares de personas anónimas respondieron a la convocatoria de la Fundación Newton para rendir un homenaje en la catedral a los que perdieron la vida y al mismo tiempo exigir al gobierno una legislación más estricta sobre el porte de armas.
El 14 de diciembre de 2012, un joven con problemas mentales de 20 años, Adam Lanza, disparó indiscriminadamente en varias clases y pasillos de la escuela Sandy Hook, matando a niños de entre seis y siete años, así como a seis adultos, antes de quitarse la vida.
Antes de cometer esta masacre, el joven asesinó a su madre, de quien eran las armas que utilizó.
“Pedimos a nuestros representantes que encuentren el coraje moral y la voluntad política para llevarnos hacia un Estados Unidos nuevo, más seguro”, pidió el decano de la catedral episcopal Gary Hall, al tiempo que recordó que 32.000 personas han fallecido este año en incidentes relacionados con armas de fuego.
El presidente estadounidense, Barack Obama, y su esposa, Michelle, celebrarán el sábado un acto en la Casa Blanca, coincidiendo con el primer aniversario de la matanza.
La masacre de Newtown fue la más sanguinaria cometida por una sola persona desde el tiroteo en la Universidad Virginia Tech de 2007, que dejó 33 muertos -uno de ellos el autor de los disparos-.
El saliente alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, denunció el jueves que “no ha cambiado nada” en el Congreso estadounidense sobre los controles de tenencia de armas de fuego, que exige reforzar.
La tragedia de Newtown reabrió el debate sobre la tenencia de armas en EEUU, aunque el presidente Barack Obama sólo logró aprobar un edulcorado paquete de reformas para aumentar los controles de compra de armas de fuego y municiones, ante la oposición republicana y de parte de su propio partido demócrata.
“Nada ha cambiado en Washington desde Newtown a pesar del hecho de que la inmensa mayoría del pueblo estadounidense está a favor de pasos básicos que ayudarían a mantener las armas fuera del alcance de personas con problemas mentales, criminales y otros individuos peligrosos”, indicó el jueves Bloomberg en un comunicado.
El alcalde recordó que en medio del fracaso del gobierno federal, algunos Estados del país como Colorado (oeste), Connecticut, Delaware (este) y Nueva York (este) aprobaron controles más rigurosos para adquirir armas.