BBC Mundo
Expertos económicos indican que el 2014 será un año complicado para las principales economías de América Latina.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) pronostica un crecimiento moderado del 2.6 por ciento para Brasil y Argentina, las primeras dos economías de Sudamérica.
Esa cifra está por debajo del promedio regional, estimado en 3.2 por ciento. México, la segunda economía de América Latina, crecerá apenas por encima: un 3.5 por ciento. En cambio, a varios países más pequeños les irá mejor, de acuerdo con estos cálculos.
Como ocurre hace varios años, entre los más destacados de Sudamérica estarán Perú (5.5 por ciento), Colombia (4.5 por ciento), Ecuador (4.5 por ciento) y Chile (cuatro por ciento).
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Esto sería, según la Cepal, “apoyado por un aumento de la demanda externa, como consecuencia de la mayor expansión de la economía de los Estados Unidos, y por un repunte de la demanda interna”.
Pero según prevé el organismo, esta demanda local sería empujada por “proyectos importantes de infraestructura, como una nueva refinería, la carretera costanera del Pacífico…”, cuya realización aún no es segura.
Según las últimas proyecciones del Banco Central de Nicaragua, la economía nacional podría expandirse este año entre cuatro y 4.5 por ciento, cifras que serían siempre superiores a la media centroamericana.
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ENVIDIA DE PAÍSES EN DESARROLLO
Mientras la expansión económica de estos países ha acaparado la atención de muchos, hay otras naciones más inesperadas que vienen creciendo a un ritmo sostenido y a tasas que serían la envidia de más de un país desarrollado.
Un ejemplo es Paraguay, que lideró el crecimiento económico de la región en 2013 con una tasa del 13 por ciento. El Fondo Monetario Internacional (FMI), indicó que se trató de la cuarta mayor cifra de crecimiento en todo el mundo, después de Sierra Leona, Sudán del Sur y Turkmenistán.
Si bien ese guarismo fue excepcional, consecuencia de la fuerte retracción económica que padeció Paraguay en 2012, por culpa de una sequía que afectó la producción de soja, las previsiones para 2014 lo siguen colocando entre las naciones con mayor crecimiento: 4.5 por ciento.
Otro caso llamativo es Bolivia, con un pronóstico aún más alentador para 2014 (5.5%), y que viene manteniendo en los últimos años cifras de crecimiento por encima del cinco por ciento, lo que ha llegado a duplicar el desempeño de las grandes potencias de la región.
EL SECRETO DEL ÉXITO
El economista Carlos Machicado, director del Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo (Inesad), un centro de investigación en La Paz, indicó que Bolivia se vio beneficiado por una buena coyuntura externa que fue aprovechada con un eficaz manejo macroeconómico.
“Durante los últimos años el contexto internacional fue altamente favorable, con altos precios para los principales commodities que exporta el país: gas y minerales”, afirmó.
Según Machicado, mucha de esa riqueza fue directamente a las arcas estatales gracias a la decisión del presidente Evo Morales, de nacionalizar los hidrocarburos, lo que favoreció el crecimiento del país desde 2006.
Bolivia también se vio beneficiada por una iniciativa internacional para ayudar a los países más pobres, que condonó muchas de sus deudas.
También Paraguay logró la mayor parte de su crecimiento gracias al auge de las materias primas, en particular la soja, los granos y la carne.
Fernando Masi, director del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep), manifestó que más del 50% del Producto Interno Bruto (PIB) de Paraguay depende de las exportaciones agrícolas, que aumentaron fuertemente en los últimos años.
En cambio, en países como Brasil y Argentina hay una mayor participación del sector industrial en el PIB. Por eso, la caída en la producción afectó el crecimiento de estos países, destacó el experto.
POBREZA NO BAJA
Lo llamativo del crecimiento económico que experimentan Paraguay y Bolivia es que son dos de los países más pobres de la región.
Los últimos datos oficiales del país andino, que datan de 2011, muestran que el 45% de la población es pobre y el 20.9% extremadamente pobre.
En Paraguay —el país más desigual de la región— datos de la Cepal del mismo año muestran una pobreza del 49% y una indigencia del 28%, aunque según Masi esas cifras se han reducido.
La falta de empleo formal es el motivo principal por el cual estos países no han logrado rebajar sus índices de pobreza, a pesar de su buen crecimiento económico, según los expertos.
Además, existe una altísima evasión tributaria, por lo que el Estado cuenta con pocos ingresos.
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