Wendy Álvarez Hidalgo
“Las perspectivas son muy buenas en el sector agropecuario, tal vez lo que hace falta es ese entorno jurídico y legal necesario. Cualquier inversionista en agricultura ve en Nicaragua ese alto potencial, la calidad de tierra, tienen una gran cantidad de agua y tierra”.
[/doap_box][doap_box title=”Hay avances en Nicaragua” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]
El presidente de la Cámara Americana de Comercio (Amcham), Alfredo Artiles, dice que se ha avanzado en materia de eficiencia energética, mejora de la infraestructura vial, clima de inversión y marco regulatorio en materia de derecho de propiedad intelectual.
El presidente de Invercasa, Raúl Amador, afirma que también hay mejoría en materia de la infraestructura de las redes de telecomunicaciones.
El director ejecutivo de la Agencia de Promoción de Inversión y Exportaciones, ProNicaragua, Javier Chamorro, destaca la estabilidad macroeconómica, pero sobre las mejoras en las condiciones para la llegada de inversión extranjera directa.
Y dice que la idea del Gobierno es mejorar para que los avances que han habido impacten de forma integral en la población.
[/doap_box][doap_box title=”Urgen reglas claras” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]
“No podemos decir que tenemos el marco jurídico más adecuado para mejorar el emprendimiento y la innovación (…) y cada país tienen la obligación de encontrar las fallas que están bloqueando el desarrollo de estas fuentes de crecimiento de la productividad”.
“Si las reglas son claras y estables, entonces la empresa privada apostará y las apuestas son mayores mientras las perspectivas de tener éxito son altas”, afirma.
No obstante, De la Torre ve como positivo el hecho de que haya estabilidad en la macroeconomía. Y dice que ahora en América Latina lo que se requiere es debatir cómo tecnifica las actividades productivas y eso abre el tema de la calidad de la educación y de la infraestructura.
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En Nicaragua han tenido que transcurrir 200 años para que el sector cafetalero hoy genere 400 millones de dólares anuales en ingresos y 65 millones de dólares anuales en salarios para 250 mil trabajadores.
En cambio, con solo siete años el sector de exportación o externalización de servicios aporta 150 millones de dólares en ingresos y más de 40 millones de dólares en salarios, por ejemplo, para 5,000 trabajadores de call centers.
Esa realidad refleja, según el presidente del Grupo Financiero Invercasa, Raúl Amador Torres, el profundo rezago que Nicaragua tiene en materia de innovación y desarrollo, y el largo camino que se debe recorrer para transformar al país en una economía del conocimiento, moderna y capaz de impulsar el añorado crecimiento del 7%.
Este retraso en la innovación, sin embargo, no es exclusivo de Nicaragua. Este país está inmerso en la realidad que lastra el camino a la prosperidad de Latinoamérica, según el estudio “El emprendimiento en América Latina: muchas empresas y poca innovación”, presentado esta semana en Managua por el economista jefe del Banco Mundial (BM), Augusto de la Torre, a empresarios, funcionarios de gobierno y centros de pensamientos del país.
¿QUÉ ES LA INNOVACIÓN?
Existen infinidades de definiciones, pero De la Torre dice que en la práctica el término no se refiere propiamente a tecnología, sino a crear a través de políticas públicas las condiciones para que la empresa privada crezca y genere más riqueza, desarrollar la eficiencia energética, profundizar la inversión en infraestructura productiva y territorial, modernizar los sectores económicos que más aportan al país, crear condiciones legales y jurídicas para atraer la inversión extranjera directa, tecnificar la mano de obra mediante una educación de calidad, todo esto con la finalidad de aumentar el bienestar social.
“En Chile, por ejemplo, ha habido bastante progreso en materia de innovación. Es notable el salto en la calidad de su infraestructura vial, cuando tú estás ahí te sientes como si estás en un país europeo, ¿cómo lo hizo?, todo eso mejorando su marco contractual para poder tener la participación del sector privado en la modernización de grandes autopistas, puertos y aeropuerto. Y esas inversiones hacen que Chile sea un país más interconectado y con mejores vías y más innovador”, ejemplifica De la Torre.
La innovación pasa también por la promoción de nuevas investigaciones y creación de patentes. En ese sentido, De la Torre admite que las universidades de América Latina continúan en “deuda” con la sociedad.
A excepción de Brasil, el resto de países de la región invierte mucho menos del 0.5 por ciento de su Producto Interno Bruto en investigación y desarrollo, explica el estudio.
LAS TRABAS EN NICARAGUA
¿Por qué Nicaragua innova poco?, ¿cuáles son sus los cuellos de botella? Javier Chamorro, director ejecutivo de la agencia de promoción de inversiones y exportaciones, ProNicaragua, identifica la baja productividad y el bajo nivel académico de la fuerza laboral.
Al hacer referencia a los resultados del estudio del BM, y que según Chamorro, estos aplican a Nicaragua; en el sistema educativo “las carreras de ciencia e ingeniería no son necesariamente las preponderantes en los graduando de las universidades y eso es un enfoque se deben impulsar los gobiernos y en las sociedades en general, debemos tratar de mejorar el perfil académico para volverlo más científico”.
En eso coincide el presidente de la Cámara de Comercio Americana de Nicaragua (Amcham), Alfredo Artiles, quien dice: “Todos los años salen miles de profesionales de diversas carreras y dónde van a ir estos profesionales. Posiblemente una empresa requiere mejor a un técnico en electricidad que a un ingeniero eléctrico”. Y es por eso que enfatiza sobre la necesidad de conectar a las universidades con el mercado laboral.
Carlos Muñiz, presidente de la Comisión Económica de la Fundación Nicaragüense de Desarrollo Económico y Social (Funides), opina que los problemas en la educación afectan transversalmente a la matriz productiva, lo que se asocia a la baja inversión en los sectores económicos.
La empresa privada identifica otra barrera para impulsar su innovación: mercado interno es muy pequeño.
“La demanda interna es una limitante bien seria, como empresario te puedo decir que es probablemente la limitante más importante que tenemos nosotros los empresarios nacionales para desarrollar la inversión, la innovación, investigación y desarrollo de infraestructura del primer mundo. No se puede invertir si uno va a recuperar esa inversión y si uno no va a tener una rentabilidad aceptable”, afirma Amador.
A eso se asocia, añade, la necesidad de “formar un recurso humano con capacidades gerenciales, con capacidades científicas, necesitamos ingenieros industriales e informática, personal con capacidad de planeamiento”.
INVERSIÓN EXTRANJERA ES CLAVE
Para superar las trabas a la innovación, además de generar políticas públicas adecuadas, se necesitan recursos financieros, admiten los consultados.
El representante del Banco Mundial sugiere al país anclar su plan de desarrollo de la innovación a la inversión extranjera directa para solventar esa necesidad.
“Es posible que Nicaragua no tenga todos los recursos que se necesitan para dar ese salto en el crecimiento económico que busca, entonces Nicaragua tiene que apalancarse en la capacidad de inversión extranjera y eso dentro de un marco jurídico apropiado”, afirma.
Nicaragua es el segundo país más pobre de América Latina y el 42.7 por ciento de los seis millones de nicaragüenses viven con menos de dos dólares al día, según un estudio de Funides.
Además, el país posee uno de los PIB per cápita más bajo del hemisferio occidental y el 70 por ciento de su fuerza laboral está en el sector informal, donde se pagan salarios precarios.
Y es en esto en lo que según Chamorro el Gobierno está intentando hacer para impulsar la modernización del sector productivo, por ejemplo.
“Estamos tratando de encadenar la inversión extranjera con las actividades productivas y eso implica transferir tecnología. Ahí tenés a la empresa Ritter Sport, ellos están haciendo todo un proceso de investigación de genética del cacao y luego esa información la traspasan a sus proveedores para que produzcan más y por tanto generen más riqueza”.
Entre 2007 y 2011 la inversión extranjera directa creció en promedio 9 por ciento, el nivel más alto en Centroamérica.
En 2012, Nicaragua captó 1,284 millones de dólares en inversión extranjera, cifra que habría sido superada en 2013, según datos oficiales.
“América Latina ha tenido una relación de amor y odio con la inversión extranjera directa, en los años sesenta nos parecía que era la fuente de todos los males, pero la inversión por sí sola no es buena ni mala, depende de cómo una nación la aproveche como un vehículo para aprender, para adaptar e innovar”, enfatiza el funcionario del BM.
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