La OTAN pidió el domingo el despliegue de observadores internacionales en Ucrania para resolver la crisis pacíficamente y exhortó a Rusia a retirar sus tropas, al mismo tiempo que mantuvo abierta la puerta al diálogo con Moscú.
“Hacemos un llamamiento a ambas partes para buscar de inmediato una solución pacífica a través del diálogo”, dijo el secretario general de la OTAN, el danés Anders Fogh Rasmussen.
Asimismo, pidió el envío de observadores internacionales a Ucrania, bajo los auspicios del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas o de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
El anuncio se produjo al cierre de una reunión de urgencia, de casi ocho horas, de los 28 embajadores de los países de la Alianza Atlántica, dedicada a la crisis ucraniana.
Una parte de la reunión se desarrolló en presencia del representante de Ucrania, país con el que la OTAN firmó una asociación. “Condenamos la escalada militar rusa en Crimea”, dijo Rasmussen.
Pedimos que Rusia “respete sus compromisos internacionales, retire sus tropas y no interfiera en otros lugares en Ucrania”, añadió.
Rasmussen subrayó que la Alianza Atlántica busca dialogar con Rusia a través de su instrumento de cooperación, el Consejo OTAN-Rusia.
El representante de Ucrania, Igor Dolgov, sostuvo que los llamamientos a Rusia “no han ayudado mucho hasta ahora” y piensa “que se trata de un inicio” de medidas que “podrían ayudar a disminuir las tensiones”.
Paralelamente, Alemania anunció que el presidente ruso, Vladimir Putin, aceptó la formación de “un grupo de contacto” para “iniciar un diálogo político” sobre la crisis en Ucrania.
Según un diplomático europeo, se debe intentar salir del “uno a uno” entre la Unión Europea (UE) y Rusia, que tiene tintes de Guerra Fría, y extender el círculo a través de una organización multilateral, o de un tercer país, como China. “Debemos hablar con Putin, que tiene sus razones para sus malas acciones”, estimó.
¿Exclusión de Rusia del G8?
EE.UU., que ha adoptado una postura más dura, advirtió a Rusia de que podría ser excluida del G8, cuya próxima cumbre está prevista el próximo junio en Sochi, Rusia. El G8 reúne a Alemania, Canadá, EE.UU., Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia.
Vladimir Putin “podría no tener su (lugar en la cumbre del) G8 en Sochi, podría incluso no seguir en el G8 si esto continúa”, dijo el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, amenazando a Moscú de “sanciones” y de un “aislamiento económico”.
Francia y Reino Unido suspendieron su participación en los preparativos del G8. “Rusia, tradicionalmente, es nuestro amigo. De un amigo esperamos algo distinto a un ruido de botas”, dijo el ministro francés de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius.
El ministro alemán de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, dijo que la UE está dividida y que “el foro del G8 es el único foro en el que nosotros, los occidentales, hablamos directamente con Rusia ¿Es conveniente 'sacrificar' este foro único?”, planteó, apuntando que “eso no va a ayudar”.
La reunión de la OTAN se produjo en el marco de una intensa actividad diplomática para tratar de disuadir a Rusia de intervenir en Ucrania, si bien ya ha desplegado tropas en Crimea.
Este lunes, será el turno de los ministros de Relaciones Exteriores de la UE de reunirse en Bruselas, para su segunda reunión de urgencia sobre Ucrania en diez días. Incluso se plantea una cumbre europea de jefes de Estado y de Gobierno el miércoles, según fuentes europeas.
Sin embargo, es poco probable que la reunión de este lunes concluya con decisiones duras, estima Jan Techau, de Carnegie Europe. Según él, “no hay unidad” entre los europeos, que además disponen de “pocos medios”.