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Josué Bravo/Costa Rica
La “reciente adquisición de equipo y poderoso armamento militar por parte de Nicaragua a Rusia” es considerada como una amenaza y fuente de gran preocupación por Costa Rica, según el canciller Manuel González, quien lo expuso al legislativo de su país.
González expresó su preocupación este 4 de septiembre ante diputados de la Comisión de Asuntos Internacionales de la Asamblea Legislativa sobre el estado de las relaciones con su vecina del norte y las acciones que su país ejecuta en tres demandas en La Haya.
Durante más de dos horas, González expuso el estado actual de las relaciones con Nicaragua y recordó las tres demandas que ambos países mantienen en la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ).
Una planteada por Costa Rica a finales de 2010 por supuesta invasión nicaragüense durante el inicio del dragado del San Juan, otra presentada en 2011 por Nicaragua por aparentes daños a este río con la construcción de una carretera fronteriza que lo bordea (ambas se tramitan en un solo expediente) y una tercera planteada en 2014 por el gobierno saliente dirigido por Laura Chinchilla, por delimitación marítima en los océanos Atlántico y Pacífico.
A juicio de González, las relaciones con Nicaragua actualmente son “cordiales, respetuosas, pero frías” e insistió en que “no se dan, en estos momentos, las circunstancias, las condiciones, ni espacios de confianza para que una relación más amplia y fluida se presente”.
“Desde la invasión en el 2010 (así llama Costa Rica al dragado del San Juan en la zona de Harbour Head), las relaciones con Nicaragua han venido en un franco deterioro, que en estos momentos, como ha dicho el presidente Luis Guillermo Solís, son relaciones frías, cordiales, respetuosas, pero frías”, indicó González a los diputados.
Aunque reconoce que las relaciones entre dos países vecinos, hermanos, que comparten historia y cercanía geográfica, deberían ser fluidas. Subrayó que lo ocurrido en 2010 “ha sido una invasión de nuestro territorio. Aquí lo que está en juego es la integridad territorial del país, nuestra soberanía como Estado”.
“La invasión del territorio ha cambiado radicalmente la manera en que las relaciones se desarrollan” y los temas migratorios, de comercio, entre otros, se manejan en cada caso, pero no existe una agenda binacional de largo plazo, explicó.
“No se dan, en estos momentos, las circunstancias, las condiciones, ni espacios de confianza para que una relación más amplia y fluida se presente. Cuando se habla de intenciones de conversar, de dialogar, que están llenas de buenos propósitos sin duda, hay que tener mucho cuidado, porque Costa Rica no ha sido el agresor. Nosotros hemos sido realmente víctimas de una agresión, de hecho, física, militar, que no podemos obviar, que no podemos dejar de lado”, señaló.
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