A casi un año desde que entró en vigencia la reforma paramétrica del Seguro Social, el Gobierno no ha logrado estabilizar la situación financiera del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) y tampoco ha podido alcanzar su meta de crecimiento de ocho por ciento de la base de contribuyentes.
A septiembre, al menos 800 trabajadores dejaron de cotizar al Seguro Social, según datos del Banco Central de Nicaragua, que indican que a ese mes 710,100 formaban la base de contribuyentes inferior a los 710,900 del mes anterior.
Aún así, el Seguro Social acumula en el periodo de referencia 22,300 nuevos cotizantes en relación con diciembre del año pasado, lo que representa un crecimiento de tres por ciento. A finales del año pasado habían 687,800 afiliados al Seguro.
El pobre crecimiento de la base de contribuyentes pone en aprietos los esfuerzos del Gobierno de intentar salvar las deterioradas finanzas del INSS, porque esa medida era una de las principales apuestas para elevar los ingresos del Seguro, además del cambio de fórmula en el cálculo de las nuevas pensiones, en el ajuste de las pensiones mínimas y el incremento del aporte de la patronal.
El enfriamiento de la economía ha desacelerado a sectores claves como la construcción y el sector agropecuario. De hecho, según los mismos datos del Banco Central, es comercio el sector que más empleo formal ha creado con un acumulado de 10 mil nuevos contribuyentes.
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