El diputado Armando Herrera dispara palabras en ráfaga en el salón plenario, la pecera, de la Asamblea Nacional. Desde su asiento, casi en el extremo derecho del hemiciclo, Herrera se pronuncia en contra de la inminente aprobación de las reformas a la Ley orgánica del poder legislativo que al día siguiente aprobará, por mayoría y sin sorpresas, la aplanadora de diputados sandinistas que controlan el parlamento.
En este momento, minutos antes de mediodía del martes y primer día de sesiones plenarias en la Asamblea, un Herrera encendido rompe la modorra del plenario. Vestido con saco negro, alza sus brazos y barre el aire con las manos mientras critica a los tránsfugas. Si no fuera porque la temperatura al interior del hemiciclo es similar a la de Jinotega en una noche lluviosa, el diputado del Partido Liberal Independiente (PLI), estaría sudando a chorros.
Fuera de esa pecera, Managua se cuece a 36 grados, pero allí, donde se juntan 91 diputados, 39 mujeres, el resto hombres, la temperatura ronda los 18 grados.
Y todavía me piden que lo baje más, dice un trabajador de la Asamblea que regula el aire acondicionado.
La diputada Iris Montenegro, sentada en la tribuna, mira a Herrera de reojo. Montenegro, hace las veces de moderadora. Es quien administra el tiempo de intervenciones de sus colegas. No tarda en advertirle a Herrera que su tiempo está por expirar. Douglas Alemán, un diputado cincuentón, que usa sombrero de ranchero bajo sombra, se levanta con una botella de agua en la mano y la coloca a un lado del micrófono azotado por la arenga de Herrera.
El gesto de Alemán divierte al resto de diputados. Suelta una risa burlona el sindicalista José Antonio Zepeda, suplente de Gustavo Porras, y halla reciprocidad en otros colegas de bancada como Wálmaro Gutiérrez y José Figueroa, dos de los legisladores más antiguos y curtidos del país. Mario Valle, quien habla por celular, no repara en la botella de agua ni en Herrera ni en el sombrero de Alemán.
LA PRENSA/Archivo
DIPUTADOS COSTOSOS
La Ley número 606 de reforma a la ley orgánica del poder legislativo, aprobada el miércoles 12 de noviembre, es la última producción de los diputados que se juntan en el plenario tres veces a la quincena. Según informe de la Dirección de Asuntos Legislativos, este año los diputados han aprobado 35 leyes, diez más que al año anterior.
Aunque los diputados se juntan solo dos veces al mes para las sesiones plenarias, devengan un salario mensual de 58,800 córdobas fuera de impuestos y deducciones. El salario mensual de los 91 diputados juntos equivale a 5,350,000 córdobas, el presupuesto que necesitaría la Cruz Roja para cubrir el plan verano.
[doap_box title=”Historia del “papa frita”” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]
En la actualidad hay un centenar de periodistas, fotógrafos y camarógrafos que cubren regularmente la Asamblea.
Fue en los pasillos de la Asamblea Nacional, donde se tejió años atrás, en los noventa, la historia de los periodistas “papas fritas”.
Había un hombre que vendía papas fritas en el Mercado Oriental, y de repente apareció en los pasillos de la Asamblea con una grabadora en mano, metiéndola en las ruedas de prensa improvisadas de los diputados. Fue el periodista político Denis Salinas quien lo detectó, según le contó Edgar Barberena a Leonel Mendoza, presidente de la Asociación de Periodistas Parlamentarios, quien asegura que, desde entonces, comenzó a designarse el despectivo término de “papa frita” para los colegas empíricos. “Hoy casi no quedan ya”, dice Mendoza.
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Aparte, cada parlamentario recibe 160 galones de combustible y un estipendio anual de 460,835 córdobas. Entre el 2007 y 2013 unos 80 diputados no habían justificado gran parte del monto anunciado, informó la sección Poderes de LA PRENSA, en el reportaje El parlamento en números, publicado en febrero de este año.
El reportaje apunta que el parlamento cuenta con 40 asesores externos, 77 diputados suplentes que devengan salarios de 13,000 córdobas.
Además, de las sesiones en el plenario, los diputados participan en comisiones de diversos temas (económica, energía, infraestructura, mujer y niñez, entre otros) y se reúnen en las comisiones de por medio.
LAP RENSA/ ARCHIVO
ME VOY DESDE EL MIÉCOLES
Jorge Castillo Quant llegó el jueves pasado a las oficinas de la comisión de turismo y medioambiente que funcionan en la primera planta del parlamento.
Castillo Quant es uno de los dos diputados sobrevivientes del Partido Liberal Constitucionalista (PLC). Este es su segundo período como legislador. Viene bajando las gradas desde el tercer piso, donde funcionan las oficinas de los miembros de la Junta Directiva.
¿Pretende postularse de nuevo?
Creo que no. Hay que darle oportunidad a ustedes los más jóvenes, pónganse las pilas dice.
¿Cuántos años tiene?
Es mala educación preguntar eso.
¿Por qué? pregunto.
¿Cuántos años creés que tengo? contesta él.
No sé, unos 68 o 70 años.
Tengo menos que eso. En enero voy a cumplir 79 años, tengo 78 años responde.
¿En el tiempo que lleva aquí qué leyes ha propuesto?
Hemos propuesto varias, una de ellas es la de desechos sólidos, pero a las Alcaldías no les pareció.
¿Y cuando no hay comisión qué hace?
Si no nos citan a comisión, yo me voy desde el miércoles a mi finca, tengo que atender mis negocios.
¿Y cuándo vuelve?
Los domingos.
Llegando a la recepción, el legislador se despide. Dice que va a reunión de la comisión, pero antes de irse palmea el hombro de la periodista y repite: Tienen que ponerse las pilas ustedes los jóvenes.
Muchos diputados cuando no sesionan o no tienen comisión, se quedan en sus departamentos. Algunos tienen fincas, propiedades o ejercen sus profesiones.
Armando Herrera, por ejemplo, es médico gíneco-obstetra, y más de una vez ha salido de emergencia para Somoto por algún paciente.
LAS CARAS ETERNAS
Castillo Quant es uno de los 40 legisladores que han sido reelectos. En la bancada sandinista es donde predominan los legisladores con más de dos y hasta cinco períodos como Gladys Báez, que despuntó en el parlamento en 1985.
Hay otros como Wálmaro Gutiérrez (sandinista) y Wilfredo Navarro, PLC, que llevan tres períodos de legisladores
¿Usted no cree que lleva demasiado tiempo aquí? se le consulta a Navarro.
Depende del tiempo, si vos vas a ver la dinastía de los Kennedy fue de 40 años. Soy de los que piensa que si vos podés aportar, podés estar afirma Navarro.
LA PRENSA/ ARCHIVO.
LA BANCADA DE LOS MUDOS
Sin embargo, una constante en el parlamento, es el silencio de muchos diputados.
Wilfredo Navarro, tercer secretario de la Junta Directiva de la Asamblea Nacional, reconoce que hay muchos diputados que creen que ser parlamentario es solo venir al plenario, apretar el botón e irse. Algunos atrasan el trabajo porque hasta que llegan ven los addendum (añadidos) a ley, y están fuera de contexto de lo que hemos manejado en las comisiones.
Fuera de los cuatro o cinco que llevan la voz cantante de sus bancadas, y que son los mismos que brindan declaraciones a los medios de comunicación, no hay más de 30 participando constantemente.
Hay otros que son menos participativos, con más bajo perfil, pero participan en las comisiones, es el caso del leonés Filiberto Rodríguez quien preside la comisión de municipios, en la que es muy activo, aunque casi nunca interviene en plenario.
Pero existe un bloque que no participan en plenario y muy poco en comisiones.
Aquel es uno de ellos. El dedo del periodista que cubre regularmente el congreso para un medio del Gobierno, apunta a un hombre de anteojos, cincuentón que se concentra en la pantalla táctil de su teléfono mientras se oye por el parlante la voz de una mujer que reza la ley.
La diputada costeña Raquel Dixon, segunda secretaria de la junta directiva, lee los anexos de una ley que va a aprobarse. Algunos la siguen por la pantalla de los computadores lo que lee Dixon. Otros se levantan de sus asientos y conversan entre ellos. Un periodista intenta entrevistar a Mario Valle pero él se niega.
En el transcurso del rezo de Dixon, una batería de periodistas llama a Wálmaro y a Wilfredo. Les preguntan por los mismos temas y ellos, cada uno a su turno, responden en dirección al ojo de las cámaras y el micrófono de las grabadoras.
Son zorros, dice otro periodista. De fondo sigue Dixon leyendo. Su tono de voz, monótono y mecánico es similar a las voces que avisan de los vuelos en los aeropuertos o a las que hacen llamados en los hospitales.
Hay consenso entre los periodistas de que el poder legislativo es de los pocos espacios públicos todavía abiertos para todos los medios de comunicación.
TIERRA DE TIBURONES
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39 diputadas de los 90 legisladores. Muchas de ellas son desconocidas y poco participativas, según refieren periodistas que cubren la Asamblea, sin embargo, entre las más participativas están María Eugenia Sequeira, Martha Marina González, Alba Palacios e Irma Dávila, entre otras. La voz cantante en el debate la llevan los hombres, que aún dominan los pasillos del parlamento.
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Wilfredo Navarro sabe que el consenso popular fuera de los pasillos de la Asamblea no los favorece. Dicen que somos vagos , afirma Navarro, quien ha encontrado consuelo intercambiando experiencia con parlamentarios de otros países.
Es una percepción mundial. No fregués en Nicaragua a los diputados les dicen tal por cual, no te preocupés, me dice un diputado de las cortes de España, no te preocupés que igual nos tratan aquí a nosotros, cuenta Navarro y explica que parte de la transformación que ha impulsado la junta directiva de la Asamblea es acercar este poder del Estado a la población.
Con ese fin se actualiza la página web con las leyes recién aprobadas, se transmite por televisión las sesiones parlamentarias, se reciben visitas (el año pasado llegaron 6,000 personas, gran parte estudiantes) y se creó la oficina de acceso a la información pública, que antes estaba en un quinto, sexto piso y ahora está contiguo a la recepción. En el transcurso de la mañana esa oficina puede recibir hasta ocho peticiones de información, o más.
Navarro cree que a diferencia de los ministros, los diputados están más expuestos.
Un ministro está encapsulado, protegido, hay una serie de obstáculos para llegar a él. Los diputados estamos expuestos a que la
gente nos diga cualquier cosa, agrega.
Según él, algunos se abstienen de ir a lugares públicos.
Yo no tengo problemas, ayer (miércoles) andaba en el Oriental comprando unas telas. Me siento satisfecho en mi relación con la gente, dice Navarro.
El diputado, quien asegura ser uno de los que más leyes ha promovido, dice que algunas encuestas lo ubican como el segundo más popular después de Wálmaro Gutiérrez.
Navarro dice que cuando aterrizó en la Asamblea era un pichón al que le tocó aprender a navegar en este mar de tiburones, ahora, casi 20 años después, se considera a sí mismo un tiburón de la pecera que es el parlamento.
Ver en la versión impresa las páginas: 6 A
