Los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) dieron a conocer su carta pastoral, la cual recoge un análisis profundo sobre la situación de la familia en Nicaragua, exhortando a “no delegar, ni ceder al Estado sus derechos inalienables y sus responsabilidades”. “¡Basta ya! a toda acción o situación que dañe las familias”, subrayan los obispos en el conclusivo de la carta.
Al clausurar el Año de la Familia ante miles de católicos congregados en el Campo de Ferias Prodesa, en Juigalpa, Chontales, se realizó la misa concelebrada por los altos jerarcas de la Iglesia católica, en cuya homilía el obispo de la Diócesis de León, César Bosco Vivas Robelo, dio lectura a la carta pastoral firmada por todos los obispos.
“LA MATERNIDAD ES UN PRIVILEGIO QUE EL CREADOR DIO A LA MUJER”
Los obispos parten de que “la maternidad es un privilegio que el Creador dio a la mujer. Es la más sublime de las facultades humanas y la más necesaria para el desarrollo de la familia”, señalando que “el modelo excelso de familias es la Sagrada Familia de Nazaret. Por lo tanto, la familia es fundamental también por su propia naturaleza”.
Al insistir en que “la familia no debe delegar, ni ceder al Estado sus derechos”, señalan que “mediante procesos democráticos debe hacer que el Estado reconozca su autonomía, sus derechos y su valor como inigualable formadora de ciudadanos”.
“FUERZAS MALIGNAS”
“En Nicaragua se reconoce el papel esencial de la familia; sin embargo, cada día son más los intentos de desestabilizarla, dividirla y destruirla”, pronunció el obispo Vivas y añadió: “Existen fuerzas malignas que quieren desviar a la familia de sus nobles principios, promoviendo que cada quien haga lo que quiera, sin medir el daño que hacen a otras personas. Nuestros valores morales cristianos están siendo atacados y denigrados”.
“No hay que tolerar el escándalo y la corrupción, mucho menos convertirlo en un derecho. Una vez más denunciamos las fuerzas económicas y políticas detrás de la estrategia de algunos organismos internacionales para influir en las políticas públicas. Justifican su preocupación con una supuesta sobrepoblación, la contaminación ambiental, el agotamiento de los recursos naturales, pero las soluciones propuestas desestiman el más elemental de los principios: el respeto a la vida y la dignidad humana”, reza la carta pastoral.
LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO
Señalan que “especial cuidado debemos tener con la ideología de género, que es perversa, es una desviación de las leyes naturales que lleva a la persona a su degradación y perdición. Además esta ideología promueve que las personas actúen de manera contraria a la naturaleza y advierten que dos personas del mismo sexo no conforman un matrimonio, no pueden reproducirse; sin embargo, a las personas con tendencias homosexuales debemos acogerlas con respeto, compasión y delicadeza. La ideología de género es un artificio de las fuerzas del mal que atenta contra la vida y la dignidad de la persona”, sostienen.
Indican que el matrimonio ha dejado de ser una prioridad y consideran más importante, especialmente los jóvenes, su realización personal, les es más fácil cambiar de pareja que cambiar de actitud y observan que “la fragmentación de la vida matrimonial y familiar es evidente”.
LA ANTICONCEPCIÓN
Los obispos cuestionan “el mercado de la anticoncepción y la industria del aborto y la pornografía”, considerando que “la promiscuidad es una estrategia de marketing”, siendo el blanco más vulnerable los jóvenes.
En seis capítulos y treinta reflexiones sobre la familia, los obispos definen el plan de Dios para el matrimonio y la familia, la situación de la familia en el país, la luz de la palabra y la familia y la misión pastoral.
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