Como en sus días de lanzador, Denis Martínez no anduvo con rodeos. Fue directo en su disertación ante estudiantes del colegio Bautista, en la primera de varias presentaciones que hará en instituciones educativas.
Denis Martínez estará hoy en el colegio La Verde Sonrisa, en Managua, mientras que en los próximos días visitará colegios como el Calasanz, Americano Nicaragüense y ciertas universidades.
Una vez concluida la charla de ayer en el colegio Bautista, Denis empleó al menos media hora para tomarse fotos con los estudiantes y profesores, mientras otros le solicitaban autógrafos.
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“Hay que soñar, pero hay que trabajar”, dijo Denis. “Nada viene regalado. Dios nos da un talento, pero tenemos que esforzarnos para afinarlo, para pulirlo. Y ustedes tienen el factor más importante, su juventud”, agregó.
El más grande jugador producido en Nicaragua motivó a los estudiantes a ser todo lo que desean, a ser determinados en la búsqueda de la excelencia y a no dejarse doblegar por nadie que intente frustrar sus aspiraciones.
“Es importante que se pregunte cada uno de ustedes ¿quién soy? ¿Dónde quiero llegar? Pero además, ¿estoy trabajando para conseguirlo? ¿Me estoy esforzando lo suficiente? Las grandes metas, requieren grandes sacrificios”, aseguró Martínez.
Denis les habló a los estudiantes en la librería del colegio Bautista, donde fue recibido por las autoridades del centro, quienes posterior a la charla expresaron palabras de agradecimiento y entregaron un presente al ex bigleaguer.
“Ustedes tienen que romper barreras, pero tienen que saber de dónde vienen. Hablen con sus padres para que puedan comprender algunas situaciones que han vivido. A lo mejor a sus papás les faltó conocimiento, pero ustedes lo tienen”, apuntó.
La voz de Denis se quebrantó cuando habló de sus papás y también cuando hizo alusión a sus problemas con la bebida. Afirmó que solo la fe en Dios pudo sostenerlo en los momentos más difíciles que le tocó vivir en todos sus ámbitos.
“Me hice un mejor lanzador y traté de ser una mejor persona después de mis problemas con la bebida. Descubrí que había perdido el tiempo y que no había hecho nada. Así que trabajé con todo mi empeño y Dios me empujó”, aseguró el exatleta.