Autores de varias generaciones ofrecieron un emotivo recital con motivo del delicado estado de salud que vive el poeta, narrador y periodista Edwin Yllescas Salinas.
“Este es un homenaje del Festival Internacional de Poesía de Granada a uno de los grandes poetas de Nicaragua; amigo entrañable de mi vida y de otros poetas; y uno de los maestros de la poesía”, destacó Francisco de Asís Fernández, presidente del Festival.
Nostálgico, De Asís rememoró la época que les tocó vivir, la de los años sesenta. “Fue una generación que hizo mucho, pero que fracasamos porque no pudimos hacer el país que queríamos”, señaló.
EL SESENTA
A criterio de Fernández, a estos años en los que surgió Yllescas Salinas pertenecen otros poetas de la “generación de las ilusiones y del fracaso”.
En esta época surgen autores como Beltrán Morales, Julio Cabrales, Iván Uriarte, Michelle Najlis, el mismo De Asís, entre otros.
Fernández, agregó, que la calidad de estos escritores se puede valorar en las obras poéticas que hablan con gran dignidad. “Razón por la cual el Festival, a través de su programa El autor y su obra le rinde homenaje a Yllescas Salinas”, dijo.
ANÉCDOTAS Y RECUERDOS
Por su parte, la poeta Gloria Gabuardi dio lectura a una breve biografía de Yllescas Salinas, fundador junto con Roberto Cuadra, de la llamada “Generación traicionada”, periodista del semanario La Crónica y de LA PRENSA.
Recordó que Yllescas Salinas, quien era conocido por su ars poética, en los años noventa surgió como narrador, logrando en 2007 el Premio Nacional de Literatura Rubén Darío por su libro de relatos; Historias urbanas.
Dicho texto tiene que ver más con la narrativa sudamericana, porque está vinculado a escritores de Uruguay y Argentina.
“En mis cuentos se miran vestigios de Onetti, Roberto Artl, Ernesto Sábato, Owaldo Soriano y Tomás Eloy Martínez”, comentó en una entrevista Yllescas Salinas, al valorar las tendencias de su escritura.
Al concluir el recital se esperaba que el homenajeado expresara algunas palabras o leyera algún poema breve; no obstante, solo se le vio sonreír y aplaudir demostrando así su mejor agradecimiento.
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