Los productores de arroz de riego podrían quedarse sin sembrar entre tres mil y cinco mil manzanas en caso de continuar la sequía que afecta al país, según Oscar Méndez, asesor técnico en la Asociación Nicaragüense de Arroceros (ANAR).
El especialista precisa que si a esa cantidad de tierra se le atribuye un rendimiento de noventa quintales, son aproximadamente 450,000 quintales los que no se estarían produciendo para el ciclo que inicia.
Esto incrementaría la brecha que tiene Nicaragua entre el arroz que produce y el que consume. Estadísticas de ANAR indican que el consumo per cápita de arroz en el país oscila entre cincuenta y 55 kilos y actualmente el país solo produce el setenta por ciento del arroz que consume, aunque el gobierno mantiene que es el ochenta por ciento.
Para alcanzar mejores rendimientos y así elevar la producción, los esfuerzos se están centrando en aumentar el manejo del cultivo e invertir en tecnología que mecanice la siembra, según compartió Ulises Espinoza, presidente de ANAR.
Una de las herramientas que están utilizando con éxito en la siembra de arroz es la nivelación láser para acondicionar la superficie y modificar el relieve natural, explicó.
Con esto se busca “disminuir hasta un cuarenta por ciento el gasto de energía y esto se transfiere al gasto de agua, que es el recurso más escaso hoy en día”, comentó Espinoza.
Desgravación amenaza
En abril de 2016 se cumplirán diez años de vigencia en el país del Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos (DR-Cafta, por sus siglas en inglés) y a partir de ese mes el arroz estadounidense irá anualmente —por los siguientes ocho años— perdiendo aranceles y elevándose la cuota importada hasta quedar ilimitada.
Sobre este tema Ulises Espinoza, presidente de ANAR, comentó que la lucha continúa en mejorar la producción nacional, de tal modo que no se requiera importar el grano. “Una vez que logremos llegar a tener unos 115 o 120 quintales secos y limpios, somos competitivos”, expresó Espinoza.