Y aquí es donde empieza esta historia. Aquel 31 de diciembre de 1959 un trío de comandantes guerrilleros celebraba el triunfo revolucionario en Cuba. Vestían de verde, ese tono entre oscuro y olivo que ya podría nombrarse “color de guerra”. Entre los vencedores destacaban dos de ellos, Fidel Castro y Ernesto “Che” Guevara de barbas espesas y puros en sus bocas, que hacían que sus rostros lucieran toscos. Sin embargo, al tercero de ellos, Raúl Castro, apenas se le nota un bigote ratonil. De su mirada y su disimulada sonrisa más bien brotaba un semblante de alegría y libertad.
En ese entonces, mientras Fidel se preparaba para entrar en Santiago de Cuba, el “Che” tomaba las instalaciones militares de La Habana. Ya era primero de enero de 1959. Y la revolución cubana había triunfado. Terminaba la dictadura de Fulgencio Batista y empezaba la dictadura castrista.
Dos años más tarde, Estados Unidos ordenó romper todo tipo de relación con Cuba.
Hoy, la dictadura castrista está liderada por el menor de aquel trío de comandantes revolucionarios, Raúl Castro, quien junto con Barack Obama, actual presidente de los Estados Unidos, han decidido restablecer las relaciones entre ambos países en un hecho histórico que termina con 54 años de tensiones que llegaron incluso a las puertas de una hecatombe nuclear.
¿El acercamiento de Estados Unidos conducirá al fin de la era castrista o, por el contrario, significa un alivio para ella?
Los expertos están divididos, pero todos coinciden en que lo que pase con Cuba tendrá consecuencia en otros países de América Latina.
“Hay un cambio también en América Latina. Todo esto va a implicar un reacomodo a las relaciones con Estados Unidos”, explica Oscar René Vargas, sociólogo y economista, refiriéndose al nuevo proceso que considera, atravesará América Latina después del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos.
“El presidente Barack Obama se ha empeñado por esta reapertura de relaciones diplomáticas, para dejar un legado de acercamiento hacia el hemisferio americano, pero además para recomponer la política exterior que habían tenido los gobiernos anteriores hacia nuestras naciones”, asegura Ricardo de León Borges, decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas del American College, quien además dice que todo este proceso es realizado para que ya Latinoamérica deje de ver a Estados Unidos como un imperio: “Este es un buen paso, que va buscando poco a poco socavar la dictadura castrista”.
“La decisión del presidente Obama merece el respeto y reconocimiento de nuestro pueblo”, decía Castro el 17 de diciembre del 2014, desde La Habana, Cuba, mientras se dirigía al pueblo cubano.
Era casi el mediodía y casi simultáneamente Barack Obama, desde la Casa Blanca en Washington, también comunicaba al país que “estos cincuenta años (de embargo) han demostrado que el aislamiento no funciona. Se empezarán a normalizar las relaciones”, con un llamado al Congreso de Estados Unidos para que empiece a trabajar en el levantamiento del embargo.
Del dicho al hecho pasaron unos cuatro meses, cuando el pasado abril se produjo el famoso apretón de manos entre Obama y Castro durante la VII Cumbre de las Américas en Panamá, 2015, como un gesto simbólico que sepultaba más de cincuenta años de intentos de invasión, inmigración, bloqueos, conflictos y embargos, que son parte de la historia de estos dos países.
VIEJOS CONFLICTOS
Las tensiones comenzaron tras la llegada de los Castro al poder.
La revolución cubana no había cumplido los dos años en 1960 cuando miles de padres en Cuba, según expone la agencia británica BBC, temían que algo pudiera pasarle a sus hijos en el nuevo régimen.
En la isla se escucharon rumores (según algunos, alimentados por la CIA estadounidense), de que los planes del nuevo gobierno comunista era tener la custodia de los niños y enviarlos a la Unión Soviética para su “entrenamiento”.
Eso nunca sucedió. Sin embargo se llevó a cabo la operación Pedro Pan: el Gobierno de Estados Unidos en conjunto con la Iglesia católica llevaron a unos 14,000 niños desde Cuba hacia Estados Unidos para “salvarlos” del adoctrinamiento soviético y las políticas comunistas que profesaba abiertamente el nuevo régimen.
Luego de este incidente se dio lo que para muchos fue el punto más débil y el inicio de la ruptura de relaciones entre Cuba y Estados Unidos: la expropiación.
El 13 de septiembre de 1960, Cuba nacionalizó las empresas y bancos pertenecientes a los Estados Unidos.
Casi un mes después, el 20 de octubre de ese mismo año, Washington decretó el cese de las exportaciones cubanas y así comenzaron más de cincuenta años de una crisis económica que privó a Cuba del comercio mundial.
Sí, un bloqueo comercial a Cuba. Oficialmente el 3 de enero de 1961 Estados Unidos y Cuba rompen relaciones diplomáticas. Fidel Castro entonces denomina la revolución como socialista, marxista y leninista.
Y LOS ATAQUES EMPEZARON
Era casi la medianoche del 16 de abril de 1961. Alrededor de 1,500 exiliados cubanos con entrenamiento y financiamiento de la CIA intentaron invadir Cuba por la Bahía de Cochinos, un lugar donde no hay nada más que mosquitos y cocodrilos.
Su meta, derrocar a Fidel Castro y la revolución. Y este mismo se encargó de defender la isla de la invasión: ordenó que se construyeran barreras de cemento en los puntos clave de la isla, pues estaban esperando la invasión.
El plan, que era apoyado por los Estados Unidos, consistía en lo siguiente: desembarcar, asegurar el área, tomar un aeropuerto e introducir en el país un “gobierno en el exilio” que luego pediría el apoyo de Washington.
Sin embargo, todo salió mal cuando uno de los hombres encendió un faro para mostrar a los exiliados dónde desembarcar y alertó con ello a la milicia cubana y delató su presencia.
Según los registros, Gregorio Moreira, un pescador local, fue uno de los primeros en dar la alarma. Cuando salió de su casa vio una enorme llamarada y se dirigió a la trinchera con su padre y sus hermanos.
Domingo Rodríguez, quien era otro pescador, se les unió.
No tardaron en llegar los aviones de la Fuerza Aérea cubana como refuerzo a los defensores.
El grupo de exiliados que intentaba invadir la isla confiaba en que de alguna forma el presidente de EE. UU. en ese entonces, John F. Kennedy, les enviaría algún tipo de apoyo aéreo.
Sin embargo, este prefería mantener la participación de su país en secreto. Fidel Castro se hizo cargo de la operación y en tres días la invasión fue derrotada.
La próxima crisis no tardó en llegar.
El 14 de octubre de 1962 se desató el conflicto entre Washington y La Habana; EE. UU. sospechaba de la presencia de misiles nucleares soviéticos en Cuba, pero estos lo negaban rotundamente.
Sin embargo, el piloto de una aeronave norteamericana, mayor Richard Heyser, tomó fotografías que confirmaron las sospechas de Washington. A este episodio se le denominó como “La crisis de los misiles” y se considera el momento de máximo peligro en el siglo XX, ya que tras este descubrimiento se temía un enfrentamiento nuclear entre la Unión Soviética y Estados Unidos.
La humanidad dio un respiro de paz cuando el presidente soviético acordó retirar de Cuba unos 42 misiles nucleares instalados en su base en San Cristóbal.
Estados Unidos, por su parte prometió no invadir la isla.
Unos años después, entre 1965 y 1973, un fenómeno migratorio llegó a la isla: se le llamó Camarioca.
Unos cien mil cubanos emigraron hacia Estados Unidos huyendo de Castro.
Centenares de embarcaciones, de cubanos residentes en EE. UU., llegaron a Cuba para recoger a sus familiares.
La travesía era peligrosa, ya que estos llegaban a la isla por el Estrecho de la Florida, por lo que los gobiernos de Estados Unidos y Cuba deciden establecer un puente aéreo al que denominaron “Vuelos de libertad”, que estuvo vigente hasta 1974.
Esta es considerado como la mayor huida masiva de cubanos en la historia: más de 250,000 cubanos emigraron por esta vía hacia territorio estadounidense.
Sin embargo, en 1966, el Gobierno de los Estados Unidos aprobó la Ley de Ajuste Cubano.
Esta Ley consistía en legalizar a los inmigrantes cubanos que llegaran a playas estadounidenses, lo cual les facilitó a estos la oportunidad de trabajar en el país.
En ese entonces, por 1977, se les llamaba “balseros” a las personas que viajaban al país norteamericano en pequeñas balsas.
En abril de 1980 empieza otro éxodo masivo de Cuba a Estados Unidos, 125,000 cubanos parten del puerto de Mariel.
Las relaciones iban cada vez más tensas, con pequeños movimientos y protestas ambos países cada uno definía su posición en contra.
El 24 de septiembre de 1992 el Congreso de Estados Unidos aprobó la Ley Torricelli, que tenía como objetivo principal hacer colapsar la economía cubana y aislarla totalmente del entorno económico internacional.
Esta Ley apoyaba el bloqueo de las empresas subsidiarias estadounidenses que actuaban en otros países, según Cubadebate, un sitio editado por el Círculo de Periodistas contra el Terrorismo en Cuba.
Todo esto se sumó a la crisis que vive Cuba desde entonces: un período de penurias económicas comenzó para 11 millones de personas.
Esto se dio cuando la isla caribeña perdió buena parte de sus recursos energéticos, ya que Rusia confirmó que no seguiría enviando petróleo como había hecho hasta entonces la Unión Soviética. Para agravar los problemas, a partir de 1992, EE. UU. endureció el embargo contra el régimen de Fidel Castro. Poco después, en 1994, 35,000 “balseros” intentan emigrar de Cuba, 25,000 de ellos son confinados a Guantánamo y Panamá.
Y otra ley venía en camino: la Ley Helms Burton, de 1996, promulgada por el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton.
Esta codificó, endureció e internacionalizó las normas de embargo dictadas a partir del 3 de febrero de 1962, cuando John F. Kennedy impuso un “embargo total” sobre Cuba.
Era llamada formalmente “Ley de Libertad y Solidaridad Democrática con Cuba”: esta impide que un presidente estadounidense cambie las normas del embargo o lo elimine por decreto, dejando la decisión en plenas facultades del Congreso.
En esta parte tiene lugar un hecho conmovedor: el de Elián González, “el balserito” más mediático de la historia cubano-americana.
Era noviembre de 1999 y Elián era sacado ilegalmente de Cuba por su madre, Elizabeth Brotons, con el propósito de emigrar a los Estados Unidos.
Viajaron en un bote pequeño de aluminio con el motor defectuoso. Era del novio de la madre de Elián y su trabajo era introducir inmigrantes ilegales de Cuba a Estados Unidos a cambio de dinero.
Durante el viaje la madre de Elián y otras diez personas murieron.
El niño y tres personas más sobrevivieron.
Pasaron días a la deriva hasta que alcanzaron las costas de la Florida en una cámara de neumático. Fue rescatado por unos pescadores, quienes lo entregaron al servicio de Guardacostas de los Estados Unidos.
Las autoridades estadounidenses entregaron a Elián bajo la custodia de su tío abuelo Lázaro, quien residía en Miami. Pero la madre había sacado al niño de la isla sin ninguna autorización de su padre.
Después de un sinnúmero de negociaciones se acuerda que el niño debe ser devuelto a su padre en Cuba.
El gobierno cubano, mientras tanto, organiza grandes manifestaciones públicas exigiendo la devolución.
El 22 de abril, después de fracasar las negociaciones con los parientes de Elián, el Departamento de Justicia ordena que Elián sea sacado por la fuerza de la casa en que se hallaba y entregado a su padre, quien ya había viajado a los Estados Unidos para reunirse con él.
Pero las tensiones y conflictos siguen. A mediados del 2001 Estados Unidos declaró culpables a cinco cubanos que habían sido encarcelados en 1998 por espionaje y conspiración.
El gobierno cubano declaró que su misión era vigilar a los exiliados cubanos, para prevenir algún ataque terrorista contra la isla.
Ya en 2008 se produce el primer cambio importante que tiene lugar en camino a la reconciliación.
Fidel Castro entrega definitivamente el poder a su hermano, Raúl Castro.
El 13 de abril de 2009 el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, levanta todas las restricciones a los viajes de familiares a Cuba y los envíos de remesas a la isla. Solo unos cuantos días después ofrece al país un “nuevo comienzo” en las relaciones.
En cincuenta años de conflictos es el mayor y más significativo paso para el avance.
Sin embargo, aún quedaba un largo camino. El 3 de diciembre de ese mismo año es detenido en Cuba el norteamericano Alan Gross, al que en 2011 condenan a 15 años de prisión por espionaje.
A pesar de los conflictos aún existentes, Barack Obama en diferentes discursos y comunicados insiste en el deseo de suspender el embargo a Cuba impuesto poco después de la revolución.
Las conversaciones entre funcionarios estadounidenses y Cuba comenzaron en junio de 2013 y continuaron hasta noviembre de 2014.
Tras unos años de acercamiento entre ambos presidentes, se da el histórico anuncio del 17 de diciembre de 2014.
ESTADOS UNIDOS, CUBA Y LATINOAMÉRICA
“Esto significa el fracaso de la política norteamericana de bloquear a Cuba. Ellos tomaron conciencia de que Cuba tiene una mejor relación con los países latinoamericanos. Las políticas de otros países que quieran considerar a Estados Unidos como su enemigo no van a tener al apoyo de Cuba”, explica Oscar René Vargas, sociólogo y economista, refiriéndose al nuevo proceso que, considera, atravesará América Latina después del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos.
Los países han captado la seña y ya van cambiando este discurso antimperialista que siempre los ha caracterizado, explica Ricardo de León Borges.
El primer gran avance ha sido que los países miembros del Alba han reconocido este paso de Estados Unidos hacia la normalización de relaciones con Cuba.
“Últimamente hablan menos de la potencia imperialista, que son los yanquis… Es la estrategia de Obama para quitar de América Latina esa idea de los regímenes socialistas de que Estados Unidos siempre está imponiendo su voluntad sobre nuestros pueblos”, afirma de León.
Por otro lado, según Oscar René Vargas, para empezar una nueva etapa de relaciones los norteamericanos van a establecer tres condiciones en Nicaragua: cambios en el Consejo Supremo Electoral, una reforma a la Ley Electoral por la demandas, ya sea de la Iglesia, las empresas privadas o los partidos políticos para dar satisfacción, y tercero la observación electoral internacional. Es lo que puede pasar en Nicaragua producto de la recomposición por la que está pasando América Latina, tomando el ejemplo de Venezuela.
“Nuestros pueblos van a darse cuenta de que no es culpa de Estados Unidos nuestro subdesarrollo. Que esto es culpa de nuestro gobierno. Sobre todo de este tipo de gobierno socialista, que además que quitarnos la democracia y las libertades la oportunidad de crecer y desarrollarnos económicamente”, dice de León.
Según explica, en Nicaragua, el actual Gobierno ha reconocido la política de Obama como algo positivo y que es uno de los mejores presidentes que ha tenido Estados Unidos.
“Todos (los países latinoamericanos) tienen que acomodarse a una nueva realidad política. Y es que Cuba dejó de ser ese faro de la revolución”, concluye Vargas.
EFECTOS ECONÓMICOS DEL ACUERDO:
La agencia británica BBC enumera los cinco grandes efectos económicos del acuerdo entre Cuba y Estados Unidos:
Remesas
En la actualidad se estima que las remesas de Estados Unidos a Cuba llegan a cerca de US$2,000 millones, según el Departamento de Estado de EE. UU. La decisión de Obama multiplica por cuatro el monto que los ciudadanos estadounidenses pueden enviar a Cuba. La cantidad autorizada pasa de US$500 a US$2,000
La agroindustria
Bajo la flexibilización de restricciones autorizada por el entonces presidente estadounidense Bill Clinton en 2000, los agroindustriales de EE. UU. recibieron permiso de exportar alimentos y algunos otros productos a Cuba. Se estima que entre 2000 y 2013 esas exportaciones llegaban a US$5,000 millones. Las de alimentos se calculan este año en cerca de US$300 millones. También podría ayudar a impulsar la agroindustria cubana, particularmente si se levanta una prohibición a la venta de equipo agrícola y pesticidas.
Turismo
Otro aspecto principal de las reformas es una flexibilización a las restricciones de viajes a Cuba, así como una nueva medida que permitiría a los viajeros estadounidenses usar sus tarjetas de débito y crédito en Cuba. Las nuevas medidas retirarían algunas restricciones en 12 categorías, incluyendo permisos para visitas familiares, visitas profesionales y actividades educativas. Aunque todavía se prohíbe el turismo ordinario, la economía cubana puede beneficiarse de un influjo de nuevos visitantes.
Telecomunicaciones
Cuba tiene una de las tasas de penetración de internet más bajas en el mundo, estimada en cerca de cinco por ciento por la Casa Blanca. Parte de las reformas de Obama permitirían a las firmas de telecomunicaciones de Estados Unidos empezar a trabajar con Cuba para expandir su infraestructura de comunicaciones. Eso ayudaría a la economía cubana y también establecería las bases para transacciones financieras más sofisticadas en el futuro.
Cigarro
La nueva medida relaja las restricciones para llevar los famosos cigarros habanos desde Cuba a Estados Unidos. Los viajeros estadounidenses pueden llevar ahora US$100 en productos de tabaco al volver de sus visitas.
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