México y los países del Triángulo Norte del istmo centroamericano se encuentran en alerta tras la fuga ayer domingo del barón de las drogas Joaquín El Chapo Guzmán Loera, quien logró escapar de la que era considerada la prisión más segura del país a través de un túnel de 1.5 kilómetros que llegaba hasta su celda.
Las autoridades mexicanas iniciaron una cacería para dar con el poderoso barón de las drogas y a esto se sumaron las autoridades guatemaltecas, que se declararon en alerta en el territorio nacional.
Puede existir la posibilidad de que ya haya ingresado al país, lo cual deberá verificarse con las unidades de Inteligencia del Estado, dijo el viceministro de seguridad, Elmer Sosa, aunque aclaró que no hay indicios de esto.
Las Fuerzas Armadas y la Policía de Honduras también se declararon en alerta y reforzaron su presencia en las fronteras con Guatemala y El Salvador, a raíz de la fuga del narcotraficante mexicano.
Además Honduras coordina acciones con los países vecinos (Guatemala y El Salvador) para evitar que El Chapo pueda ingresar al país, dijo el coronel Gustavo Paz, portavoz de las Fuerzas Armadas en Tegucigalpa.
El mexicano Joaquín El Chapo Guzmán Loera, uno de los más poderosos capos de la droga, escapó por segunda vez de una cárcel de máxima seguridad, a través de un sofisticado túnel de 1.5 km, asestando un nuevo golpe al gobierno de Enrique Peña Nieto.
El mandatario, quien se declaró consternado por la fuga, ordenó una masiva persecución por tierra y aire para recapturar a Guzmán, cuya detención era el mayor triunfo de su gobierno en la lucha contra el narcotráfico.
El Gobierno de Estados Unidos también se ofreció para ayudar a México a recapturar rápidamente al capo, de 58 años.
Las autoridades mexicanas se percataron de la huida del líder del cártel de Sinaloa la noche del sábado en el penal de El Altiplano, a unos noventa km de Ciudad de México.
Unos treinta empleados de varios rangos de la cárcel están declarando por la fuga, dijo la fiscal general, Arely Gómez, a quien Peña Nieto ordenó una profunda investigación sobre la posible complicidad de autoridades.
El Chapo, quien erigió un imperio criminal que se extendía por varios continentes, era solicitado por la justicia de Estados Unidos, pero el Gobierno de México prefirió recluirlo en El Altiplano, considerada la cárcel más segura del país.
El sábado, cuando las autoridades buscaron a El Chapo en su celda, hallaron un gran orificio en el área de ducha que comunicaba con un túnel de 1.7 metros de alto por 80 centímetros de ancho que desemboca a más de 1,500 metros de distancia, explicó ayer el comisionado nacional de seguridad, Monte Alejandro Rubido.
En el pasadizo, que tenía incluso ventilación y alumbrado, había una motocicleta adaptada sobre rieles que habría servido para transportar las herramientas y maquinaria necesarias para las obras de excavación. Este conducto llega hasta un inmueble en construcción, al suroeste del penal, rodeado por sembradíos de maíz y que este domingo custodiaban unos 250 uniformados mientras un helicóptero sobrevolaba la zona.
El narcotraficante ya se había escapado de otra prisión de máxima seguridad en 2001 escondido en un carrito de lavandería.
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