Estadísticas
Ahora sí está difícil ser pobre en Nicaragua. Usted puede vivir en penurias, en una champa o arrimado donde algún familiar porque no tiene casa, pasar hambre con su prole, pero oficialmente ya no será pobre. No aplica para esa categoría. A alguien desde un escritorio se le ocurrió que 29 córdobas son suficientes para comprar los alimentos necesarios para obtener las 2,282 calorías que un nicaragüense promedio debería consumir como mínimo al día. Y ¡plas! se borró la pobreza extrema de un plumazo.
Genios
Ya quisiera ver a ese genio sobreviviendo con esos 29 córdobas diarios. Ese mismo genio calcula que con 46 pesitos usted aparta los 29 para la comida diaria y el resto puede dedicarlos a vivienda, educación, salud, vestuario y, por qué no, a equipamiento del hogar también. Si está sobre los 46 córdobas diarios déjeme informarle que usted ya no es pobre. Así las cosas, una empleada doméstica, por ejemplo, que gane cuatro mil córdobas al mes y tenga dos hijos que mantener, oficialmente ya no es pobre y pertenece a la boyante clase media que ha decretado el Gobierno.
Caraduras
Es que de repente descubrieron que el país se podía ir componiendo desde las estadísticas. Todo es buscar el método conveniente, los indicadores más mañosos y con un poco de ingenio y caradura pronto estaremos ganándoles a los países nórdicos en nivel de vida. Vivir bonito, pues.
Femicidios
¿Vieron, por ejemplo, cómo se redujeron de tajo los femicidios? Dicen algunas organizaciones que las mujeres siguen muriendo por montón a manos de los hombres, pero las estadísticas oficiales, que son las que valen, aseguran lo contrario desde que se dijo que solo aplican como femicidios las muertes de mujeres provocadas por las parejas. El resto de mujeres muertas que vaya a hacer fila a otra ventanilla.
Policías
Es realmente preocupante lo que sucede con la Policía. No podemos aceptar como normal que 16 policías hayan muerto en un año por “ser policías”. Nadie puede celebrar la muerte de esos nicaragüenses. Al contrario. Tampoco quiero una Nicaragua donde no se respete a la Policía. La autoridad de la Policía es esencial para mantener la cohesión y el orden. Sin ella sería la ley de la selva y al menos yo no quisiera eso. La pregunta que debemos hacernos es ¿cómo llegamos a esto y cómo vamos a evitar que esto siga sucediendo?
Amigos y enemigos
Desde hace ocho años la Policía ha estado sometida a un proceso de desmantelamiento que en buena parte es responsable de esta violencia y pérdida de autoridad. Aquí se los dijimos muchas veces. No puede ser la Policía una institución partidaria, no puede trabajar junto con delincuentes en operaciones políticas, paramilitares, no puede la Policía convertirse en delincuente por un rato y autoridad por otro, no puede la Policía actuar como órgano extorsivo y recaudatorio… Y cada vez que lo dijimos dijeron que lo decíamos porque éramos enemigos de los policías. Al contrario, los verdaderos enemigos de la Policía son quienes la han obligado a hacer todas esas cosas que la tienen en tan mal estado, mientras los verdaderos amigos somos aquellos que hemos estado ahí diciéndoles sus cuatro verdades y pidiéndoles que rectifiquen y vuelvan al camino del profesionalismo.
Abusivos
¿Se acuerdan cuando Arnoldo Alemán se mandó a hacer una carretera para su finca con el Presupuesto público? ¿O cuando con ese mismo dinero se construyó un helipuerto e hizo mejoras en su casa? Dos de los muchos escándalos de su época. Pues ahora, Daniel Ortega pide y le dan seis millones de córdobas para mejorar la casa presidencial, que todos sabemos es su propia casa. Como quien dice, nos toca a nosotros otra vez meternos la mano en la bolsa para que la familia Ortega Murillo componga su casa. ¿Qué dirán de esto los sandinistas aquellos que con toda razón se indignaron cuando Alemán desviaba la plata pública para sus bienes personales? ¿O es que aquello era malo porque lo hacía Alemán y esto es bueno porque lo hace Ortega? Nada. El ladrón es ladrón independientemente de la bandera política en la que se cobije.