Decenas de palestinos incendiaron ayer la Tumba de José, un lugar venerado por los judíos en Naplusa, en el norte de Cisjordania ocupada, en una tensa jornada de movilización en la que murieron cinco palestinos, un centenar resultaron heridos y un soldado israelí fue apuñalado.
Durante la madrugada, un amplio grupo de palestinos lanzó cocteles molotov y bambas incendiarias contra la Tumba de José, un lugar de peregrinación para los judíos. Para estos, ahí reposa José, uno de los 12 hijos de Jacob, vendido por sus hermanos y llevado a Egipto, desde donde su cuerpo fue traído de vuelta, según la tradición bíblica.
Este sitio, donde los palestinos afirman que se encuentra la tumba de un jeque local, ha sido ya escenario de enfrentamientos en el pasado, sobre todo durante la segunda intifada (2000-2005).
El incendio dañó el santuario, localizado en la única zona en que los palestinos tienen control administrativo y de seguridad.
DÍA DE LA IRA
Pese a que las facciones palestinas llamaron a un Día de la Ira, incitando a disturbios y ataques contra los israelíes, la jornada transcurrió con relativa tranquilidad, a excepción de la Franja de Gaza, donde murieron dos jóvenes en enfrentamientos con el Ejército israelí.
Dos manifestantes, de 22 y 24 años, murieron por disparos de las fuerzas de seguridad israelíes y más de medio centenar fueron heridos por balas y otros tantos por inhalación de gas. Además falleció un joven herido de bala en enfrentamientos pasados, también en la franja fronteriza.
Una portavoz del Ejército israelí explicó a la agencia Efe que “cientos de palestinos se concentraron a lo largo de la verja de seguridad, tirando piedras y neumáticos ardiendo para tratar de dañar la cerca, lo que supone un riesgo”.
En Cisjordania un palestino de 26 años fue abatido tras acuchillar a un soldado israelí, al que hirió, cerca de un asentamiento judío. El atacante iba ataviado con un chaleco y una camiseta que lo identificaban como prensa y simulaba ser un fotógrafo, hecho que ha sido condenado por la Asociación de Prensa Extranjera de Jerusalén.
Otro palestino más murió en la aldea cisjordana de Beit Furiq, al este de Nablus, en choques de jóvenes manifestantes con el Ejército israelí.
Tras dos semanas de violencia, que hace temer una nueva intifada, las fuerzas israelíes se prepararon desde la mañana para hacer frente a más disturbios.
La Policía, masivamente presente, prohibió a los hombres de menos de 40 años el acceso a la muy sensible explanada de las Mezquitas, en Jerusalén.
CONDENA
El ataque a la tumba ha sido condenado por la ONU y la comunidad internacional y también por el presidente palestino Mahmud Abás, quien anunció un comité para investigar los hechos y lo calificó de “acto irresponsable” que no refleja sus principios “ni los del islam”.
Este incendio “ofende nuestra cultura y nuestra religión”, dijo Abas, quien prometió que los daños serán reparados.
RECHAZO A PETICIÓN
Israel se opuso ayer frontalmente a una petición de Palestina para desplegar en Jerusalén Este una fuerza internacional que se encargue de gestionar el acceso a la Explanada de las Mezquitas y de evitar la violencia como la que se ha visto allí en las últimas dos semanas. “Déjenme dejarlo claro. Israel no aceptará ninguna presencia internacional en el Monte del Templo”, dijo usando el término judío para esa zona Danny Danon, el embajador israelí ante la ONU, en reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para analizar la escalada de violencia.
37 palestinos han muerto, muchos de ellos autores de atentados, y centenares han resultado heridos durante la ola de violencia. Del lado israelí han fallecido siete y decenas de heridos.