14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

“Volveré más fuerte”

Randy Caballero, de madre norteamericana y padre nica, se ha vestido orgulloso con los colores de la azul y blanco, junto con la bandera de Estados Unidos, en todos los cuadriláteros de boxeo a los que le ha tocado subir desde que empezó su carrera como boxeador.

Randy Caballero, de madre norteamericana y padre nica, se ha vestido orgulloso con los colores de la azul y blanco, junto con la bandera de Estados Unidos, en todos los cuadriláteros de boxeo a los que le ha tocado subir desde que empezó su carrera como boxeador.

La semana pasada Caballero debía defender por primera vez el título mundial de las 118 libras en peso gallo de la Federación Internacional de Boxeo (FIB), que le había ganado en octubre de 2014 al peleador inglés Stuart Hall, pero perdió la pelea sin siquiera subir al ring, pues no marcó el peso indicado: 118 y más bien la báscula mostró 122. Él y su papá, Marcos Caballero, quien también es su entrenador, no se explicaron lo sucedido y aún hoy aseguran que no saben lo que pasó. “Randy no comió nada y se fue a acostar pesando 119 libras”, dijeron a la prensa.

En esta entrevista Caballero habla por primera vez de lo sucedido y de cuánto le dolió perder de esa forma “un título que tanto me había costado ganar”. Además comparte sus primeras experiencias como boxeador, los logros que ha obtenido en su trayectoria, su vida familiar y qué siente por Nicaragua.

¿Recuerda cómo fue su primera pelea?

Mi primera pelea fue genial. Fue una excelente experiencia cuando tenía 8 años. Eso fue hace mucho tiempo, muchos, muchos años atrás… Pero lo disfruté. Gané ese primer enfrentamiento y fue un logro para mí. Desde entonces supe que el boxeo es un deporte que amo.

¿Cuál de sus combates ha disfrutado más?

Fue cuando peleé en la categoría amateur Sub-19. Esa fue una bonita experiencia porque mi papá estuvo ahí a mi lado todo el tiempo. Fue la primera vez que iba a ganar dinero y eso era algo grande para mí, porque los boxeadores amateur no reciben dinero. Y yo solo era un muchacho que quería hacer dinero. Recuerdo que todo el público me estaba animando y se estaban volviendo locos con la pelea. Y justo antes que sonara la campana, como había una tarjeta de puntuación de jueces cerca de la esquina de mi papá, él sabía quién había ganado. Cuando sonó la campana me volteé, lo miré y supe que habíamos ganado, solo con ver la alegría en sus ojos. Eso se sintió increíble y es uno de los sentimientos más grandiosos que nunca voy a olvidar.

Y hablando de dinero. ¿Cuánto dinero tiene ahora?

Yo no tengo mucho dinero. En este momento puedo decir que tengo suficiente para pasar tiempo con mi familia y tener una vida feliz.

¿Cómo es trabajar con personalidades de la talla de Oscar de la Hoya?

Eso se siente muy bien, estar con una compañía promotora como esa, que es la mejor que hay ahí afuera, se siente genial. Ellos me cuidan mucho y me siento feliz, y como lo he dicho, esto es solo el comienzo, yo estoy listo para crecer en este deporte.

¿No siente que perder el título mundial de las 118 libras haya sido la peor pérdida en su carrera hasta ahora?

No. No es una pérdida para mi carrera. De hecho no se está contando como una pérdida en el boxeo para mí. Solo perdí el título, que es algo muy emocional para mí, porque fue algo por lo que trabajé mucho. Yo viajé alrededor del mundo para ganar ese título, no fue fácil. Y solo el hecho de que alguien me lo haya quitado en la forma que fue… pues… duele. Siento como que decepcioné a muchas personas, pero estoy tratando de superarlo. Sé que esto no me va a quebrar, esto no va a terminar con mi carrera. Esto me hará más fuerte. Voy a volver más fuerte y le voy a demostrar a la gente quién soy y que no me estoy yendo de este deporte.

¿Ya sabe lo que pasó?  ¿Por qué no dio el peso?

No. No. No sé lo que pasó. Fui al doctor e intentamos averiguar qué fue lo que sucedió, pero solo el tiempo dirá. Todavía no sabemos nada realmente. Yo creo que he crecido mucho desde que empecé en categoría amateur. Mi cuerpo es maduro y soy un boxeador completamente distinto. La categoría profesional es una cosa completamente distinta. Pero sigo aprendiendo, solo tengo 25 años y tengo muchos años más para dar en este deporte, todavía tengo mucho que aprender, porque nunca dejás de aprender en el boxeo.

¿Ya había hablado sobre esto después de que no dio el peso en la báscula?

No, no había hablado con nadie. Todo mundo había pedido entrevistas y yo decía que no, que no quería hablar nada de eso por el momento. Es que es difícil. Cada vez que alguien lo menciona, me pongo emocional, porque perdí una gran parte de mí. Perder un título mundial es duro. Yo trabajé mucho para obtenerlo y perder así es simplemente muy difícil.

¿Y por qué lo habla ahora?

No sé, creo que, tiene que ser dicho, las personas necesitan saber. Y poco a poco mi cuerpo será capaz de expresar el sentimiento de lo que pasó. Creo que es muy difícil para cualquiera y como dije, solo pensarlo me pone muy emocional y es duro de hablar, y no sé, es algo muy… es como perder una parte de mí, que simplemente fue arrancado de tu corazón, y pues, eso duele.

¿Qué es el boxeo para usted?

¿El boxeo? ¡Wow…! Yo honestamente diría que el boxeo es mi vida. Es algo que amo hacer, es una pasión. Sabés, el estar dentro del ring o en el gimnasio, solo haciéndolo lo mejor que puedo, y cada vez mejor por mis fanáticos

y amigos que me apoyan. Creo que hay personas que tienen cosas a las que quieren llegar, tienen un lugar especial al que ir, quizás anhelan escalar la cima de una montaña y ver la belleza del paisaje, quizás para alejar su mente de muchas cosas o esconderse. Y para mí, ese lugar especial, es el gimnasio, donde puedo liberar mi mente, ir al gimnasio y entrenar, estar dentro del cuadrilátero peleando es algo que amo hacer.

¿Y cómo maneja la fama que ha tenido últimamente?

A mí me encanta todo el apoyo que recibo de los fans. Eso me da esa motivación extra de seguir actuando lo mejor que pueda. Ellas son las personas que hacen mi carrera, son esos buenos fans que hablan bien de uno y me hacen sentir bien. Cuando estoy aquí en mi ciudad todo mundo me pide que me tome una foto con ellos y hablan sobre boxeo. Se siente realmente bien saber que he hecho un nombre aquí donde vivo. Y lo que más me conmueve es escuchar cuando los niños me dicen que ellos quieren ser como yo cuando crezcan, soy alguien a quien admiran y sé que eso es algo realmente grande, significa mucho saber que estoy haciendo algo bueno para estos niños.

¿Ha pensado en alguien a quien le gustaría enfrentar en el ring?

Siempre he dicho que yo pelearé con quien sea. Quien sea que tenga un título mundial, yo lo enfrentaré. Como dicen “tienes que vencer al mejor, para ser el mejor”. Y para eso es que estoy aquí.

¿Enfrentaría a un boxeador nicaragüense?

Pelear con un boxeador de Nicaragua no tendría mucho sentido para mí, por el momento creo que no hay en Nicaragua nadie peleando en mi categoría. Y lo que estamos tratando de hacer es levantar el nombre de Nicaragua, hay grandiosos peleadores allá, no hay necesidad de eliminarnos entre nosotros.

¿Qué piensa del “Chocolatito”?

Bueno, el “Chocolatito” pelea en una categoría distinta a la mía y no creo que nos encontremos nunca. Él se está convirtiendo en una estrella de este deporte. Y él debería de continuar levantando su nombre. Y creo que lo está haciendo perfecto por Nicaragua y por este deporte. Creo que lo que tenemos que hacer es poner a Nicaragua en la cima del mapa mundial del boxeo. Él es una gran persona tanto dentro como fuera del ring, es muy amistoso y mucha gente lo quiere.

Y, cuénteme ¿Cómo es un día en la vida de Randy Caballero?

Bueno, cuando no estoy entrenando… estoy en mi barbería… Yo soy dueño de una barbería aquí en Indio, California, que es donde vivo, entonces cuando no estoy entrenando, estoy ahí, divirtiéndome con los muchachos, asegurándome que todo esté bien ahí, cosas así. Pero también me gusta mucho estar con la familia, soy un hombre de familia. Me encanta hacer asados con ellos, salir, ir al campo. La verdad no soy fiestero, no salgo a las discotecas o alguna cosa así, soy una persona que prefiere estar en la casa y pasar tiempo con mi familia.

¿Y usted le corta el pelo a la gente?

No, no, yo no corto pelo. Yo solo soy dueño de la barbería. Estropearía el pelo de alguien (risas). No quisiera hacer eso, tengo barberos que son realmente buenos en ese trabajo y así la barbería está yendo realmente bien.

¿Por qué un boxeador, que es hombre de familia como usted, se decidió por una barbería? ¿Combina?

Mucha gente me dice eso, pero creo que lo que pasó fue que en aquellos días, mi papá nos cortaba el pelo y quiso abrir una barbería y para mí es una buena inversión, hace dinero. Entonces le dije: ¿Sabés qué? Dejame invertir mi dinero en algo y una barbería se sentía bien. Y además mi visión de una barbería era muy diferente de todas las barberías de aquí. Es como una cueva para hombres, un lugar donde los muchachos van a divertirse. Tengo una mesa de billar ahí, tengo televisores, tengo una máquina de juegos de arcade. Sabés, es algo distinto, y ahora tengo un buen equipo ahí.434-DOM-ENTREVISTA,photo03

 

¿Y cómo toma su esposa su carrera? ¿Es difícil para ella verlo pelear?

Sí, claro, ella siempre se preocupa por mí y siempre me está cuidando, asegurándose que me sienta bien y todo. Pero es algo muy duro de hacer, ser una esposa que se queda en la casa, cuidando a los niños, mi hijo mayor tiene 7 años y mis dos hijas pequeñas tienen 4 y 2. Y a veces no puedo verlos mucho y sé que es difícil, porque ella es la única que cuida a los niños, sobre todo cuando estoy en el campo de entrenamiento, ella es una mujer muy fuerte y yo trato de estar ahí para ella
también.

¿Y sus hijos…? Imagino que el mayor ya sabe a lo que se dedica, ¿cómo lo toma?

A él le gusta, le gusta verme pelear, a él no le gusta boxear, ir al gimnasio ni nada por el estilo, le gustan más los videojuegos y cosas así, pero todos mis hijos son muy comprensivos, todos me preguntan: “¿Papi, cuándo vas a pelear de nuevo?” Y eso también me motiva a seguir ganando todas mis peleas y seguir luchando duro todos los días.

¿Y cómo fue su relación con sus padres antes de ser boxeador profesional?

Bueno, mi mamá y mi papá siempre me han apoyado, mi papá es mi entrenador, eso es algo que él siempre quiso hacer, que es entrenar a sus hijos para que fueran boxeadores e igual mi mamá siempre nos está apoyando ciento por ciento cada vez que peleamos. Siempre estuvo cuando peleábamos de jóvenes también. Yo le doy gracias a Dios de tener los padres que tengo, que siempre nos han motivado de convertirnos en alguien dentro del boxeo como deporte.

Su papá es nicaragüense…

Sí, sí, mi papá es de Nicaragua y mi mamá es una “güera”, es decir, ella es estadounidense.

Y usted que nació en Estados Unidos. ¿Se siente estadounidense o se siente nicaragüense?

Yo me siento de ambos países. Me siento orgulloso, por ejemplo, de representar a los Estados Unidos y eso lo he hecho en todas las peleas desde que era un niño, al representar a los equipos estadounidenses, me siento orgulloso de llevar la bandera norteamericana, pero a la misma vez, aunque no nací en Nicaragua, me siento de allá, porque la gente de Nicaragua me ve como un boxeador nicaragüense y eso me motiva. El tener a otro país así apoyándome es increíble, eso es lo que me hace estar orgulloso de salir con las dos banderas.

De hecho muchos se sorprendieron al ver que un ciudadano norteamericano se vistiera con la bandera nicaragüense para subir al ring.

Bueno, es porque yo estoy orgulloso del país de mi papá y realmente me considero un nicaragüense. Mi papá siempre nos contó todo sobre Nicaragua y lo que significaba para él, su estilo de vida allá, las dificultades de la guerra y todo eso mientras nosotros crecíamos. El solo sentirme parte de Nicaragua, sentir que Nicaragua corre por mis venas, me motiva. Especialmente conociendo a los boxeadores de allá, hay muchos buenos peleadores que han salido de Nicaragua y se escucha a muchas personas en el mundo decir que hay muchos grandes boxeadores nicaragüenses afuera y yo soy uno de ellos.

¿Y qué tipo de comidas nicaragüenses prefiere?

Amo todo. El gallopinto, los nacatamales, el queso. Todo lo que se pueda imaginar yo lo amo. No soy nada selectivo para comer (ríe).

¿Cuántas veces ha visitado Nicaragua?

Sí, he ido a Nicaragua quizás cuatro o cinco veces. He estado en todos lados allá: Managua, Estelí, Matagalpa. He viajado a todos lados, incluso fui a Bluefields, donde nombraron un gimnasio con mi nombre, he conocido a la gente y he visto diferentes sitios de Nicaragua y me ha parecido sorprendente.

Y ahora, ¿cuáles son sus planes, cuándo será su próxima pelea?

Por ahora no sabemos, no me han dicho nada, estamos esperando que sea pronto. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que peleé, pero todavía no sabemos nada.

PLANO PERSONAL

Randy Caballero tiene 25 años.Está casado con Yamiva Caballero, de 33 años.La pareja tiene tres hijos, de 7, 4 y 2 años. Un varón (el mayor) y dos niñas.

Nació en Indio, una ciudad al este de California.Es el segundo hijo de cuatro hermanos, todos varones. Peleó 155 combates en categoría amateur y 22 peleas profesionales.

De pequeño también practicó futbol, baloncesto e incluso golf.Terminó la secundaria y fue durante un año a la universidad, pero se retiró para seguir su carrera como boxeador.

Su pasatiempo es estar con su familia.Se describe como una persona amigable, siempre bromeando y teniendo una sonrisa en su cara.

Puede interesarte

COMENTARIOS

  1. frank
    Hace 8 años

    la pelea mas dura para un boxeador es la balanza , parece que nicapuro no sabe lo que habla, ningún campeón quiere perder de esa manera.

  2. Nicapuro
    Hace 8 años

    La mejor forma de escalar bien alto es dar el primer paso, y en este caso el primer paso es ser honesto y no buscar excusas baratas. Es reconocer que se descuidaron y no le prestaron la merecida atención que la pelea significaba. Es mejor confesar que no les interesaba la pelea, o no quería pelear, y no salir con semejante estupidez diciendo que “no sé lo que pasó”. Claro que sabían de antemano que la pelea no se iba a dar por cuestiones de peso y de cosas que solo ellos lo saben. Solo me recuerda los cuentos de viejas que decían cuando las hijas salían embarazadas: “quien sabe en qué escusado se sentó”.

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí