A sus 76 años de edad, doña Trinidata Ramírez jamás había visto merodear cerca de su vivienda, mucho menos encontrárselos por las trochas o caminos, las manadas de coyotes, que desde hace varias semanas atemorizan con su presencia varias comunidades cercanas al poblado del municipio de San José de Cusmapa, zona del departamento de Madriz.
“Desde hace varios días que han estado apareciendo manadas de coyotes por los caminos o se han acercado a los patios de las viviendas para comerse las gallinas, los patos, cerdos y hasta atacan los perros que tenemos en nuestras chozas (casas)”, dijo muy preocupada doña Trinidata Ramírez, quien habita en el sector 1, distante a tan solo unos ochocientos metros del poblado de Cusmapa, donde los pobladores afirman han oído aullar, entre las 4:00 de la tarde y las 3:00 de la madrugada, a estos animales.
Testimonios como los de doña Trinidata Ramírez hay muchos en casi todas las comunidades del municipio de San José de Cusmapa, zona donde desde hace cuatro meses salen a diario entre 12 y 16 pesados camiones cargados de enormes tucas de árboles de pino, supuestamente afectados por el gorgojo descortezador, aunque los que se oponen a la extracción de esa madera aseguran es un despale indiscriminado de la zona.
Campesinos de varias comunidades aseguran que desde las 4:00 de la tarde se pueden ver las manadas (compuestas por cuatro a seis animales) de coyotes correr por las trochas o por los caminos y penetrar a los patios de las viviendas.
“Hace unos días los coyotes atacaron una vaca del señor Cornelio Báez, en la comunidad El Mojón”, dijo Justina Méndez Ramírez, de esta misma localidad.
Otros habitantes del lugar cuentan que al señor Eugenio Muñoz los coyotes lo persiguieron al llevar una bolsa conteniendo dos libras de menudo de pollo, “tuvo que soltar la bolsa y los coyotes se quedaron comiendo las piezas de pollo mientras él huyó a su casa”, dijo doña Elsa Martínez López.
La mayoría de los entrevistados acusan que la presencia de los coyotes se debe a que en esas zonas se extrae a diario una gran cantidad de tucas de madera.
“El ruido que hacen los trabajadores con las motosierras y los motores de los pesados camiones, además del despale que está destruyendo su hábitat los hace emigrar a lugares poblados en busca de alimentos”, dijo Javier Herrera, habitante del poblado del municipio de Cusmapa.
El campesino Anselmo Hernández, quien conoce muy bien a las manadas de coyotes, dijo que estos se alimentan en los bosques de conejos, ardillas, culebras, armadillos e insectos y otros animales silvestres, “como esta gente está dejando como desierto los bosques, entonces los pobres coyotes tienen que buscar comida en las comunidades pobladas y hasta en los barrios”, apuntó.