Aunque era una actividad desconocida, en la zona de Nueva Guinea, en los últimos cuatro años el corte de café se ha convertido en una opción laboral que genera “muy buenos ingresos”. La demanda de fuerza laboral, principalmente durante la cosecha, se ha incrementado cada año, en la medida en que se consolida la introducción del cultivo de café robusta a Nicaragua.
“La jornada empieza a las seis de la mañana y termina a la una y media de la tarde y en esas horas lo menos que me corto son diez latas por día; me pagan 35 córdobas por cada lata, entonces me salen por lo menos 350 córdobas al día y trabajo seis días a la semana. En cambio cuando no hay corte tengo que trabajar al machete y solo gano 140 córdobas por día, es como si me cortara cuatro latas de café en todo el día”, detalla Antonio Martínez, cortador de café de la finca San Antonio, en la comarca Los Pintos, Nueva Guinea.
Actualmente en esa zona hay 1,400 manzanas sembradas con la variedad robusta. Cuatrocientas en dos fincas de MerconCoffee Group y mil entre unos ciento sesenta productores a los que la empresa les ha proporcionado plantitas producidas con semilla importada de Brasil y todos los recursos para el establecimiento del cultivo. De las que ya están en producción se obtienen en promedio cincuenta quintales por manzana.
“En total de la cosecha que estamos sacando ahorita (2015-2016) van a salir unos treinta mil quintales y todo se consume aquí”, expone Oscar Cuevas, gerente de fincas de MerconCoffee Group, empresa que en el 2005 inició pruebas para la introducción del cultivo y a partir del 2006 lo promueve entre pequeños productores.
La demanda de mano de obra para el corte depende del rendimiento. Pero de acuerdo con cálculos de Cuevas “normalmente para una manzana se requiere de tres días hombre por cada manzana en cada pase y se realizan cuatro pases en toda la cosecha”.
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MUCHOS BENEFICIOS
Aunque no hay cifras oficiales de la inyección de recursos que esa actividad está inyectando a la zona, Cuevas señala que “es muy considerable ya que se percibe que está creando muchos beneficios, porque hay una gran retención de mano de obra, la gente ya no se va para Costa Rica ni al norte del país a cortar café, sino que todos están apostando por quedarse en sus comunidades tanto para el corte como para el mantenimiento de las plantaciones”.
Se estima que para el manejo de quinientas manzanas de cafetal, se requieren al menos ciento veinte días hombre. Y para la cosecha esta cifra se elevaría a entre mil y mil quinientas personas para el corte en todo el ciclo, sostiene Cuevas.
Los treinta mil quintales que producirá la actual cosecha los absorberá la industria local, que antes lo importaba para realizar sus mezclas y elaborar café instantáneo, pero en el futuro habrá que buscar mercado para exportar la diferencia.
Dicho excedente se obtendría en las próximas cosechas de las nuevas áreas que entren en producción y de las que se siguen estableciendo, ya que a partir del año pasado la empresa facilita el establecimiento de ochocientas manzanas anuales. Adicionalmente, al menos doscientos productores han establecido áreas fuera del control de Mercon.
“Están sembrando con semilla proporcionada por los productores que iniciamos el proyecto con semilla traída de Brasil y que tenemos semilla certificada. Escogemos semilla al azar de las plantaciones, las llevamos a los viveros y luego se transplantan. Por este método se han establecido unas doscientas manzanas solo en la zona de Wapí y otras cuatrocientas en los alrededores de Nueva Guinea”, sostiene Edwin Evelio Matamoros, presidente de la Cooperativa Agropecuaria de Productores de Café Robusta de Nueva Guinea de RL (Coaprodecar).
EMPRESA NO AVALA MÉTODO
Según Cuevas “lo que la empresa está sembrando es una variedad que se llama robusta tropical que tiene características y un rendimiento propio” y “si se saca semilla de la cosecha de una plantación la polinización que en este caso es cruzada, ya no será de la variedad robusta tropical, sino de otra cosa. Entonces esa es la razón por la que no avalamos esa siembra”.
No obstante, reconoce que la calidad del grano no varía, sino que los rendimientos serán menores a los de las plantaciones establecidas con la semilla importada.
Aunque la empresa no avala el establecimiento de estas plantaciones, está comprando el café que se obtiene de ellas.
“Puede ser que ellos tengan razón, que con el tiempo al tener varias cosechas al sacar del hijo o del nieto pudiera irse degenerando la raza, pero hasta la fecha lo que hemos hecho ha salido bien y los rendimientos son iguales a los del resto de las plantaciones y ellos lo compran”, dice Matamoros.
En agosto del 2013 a través del Acuerdo 012-2013 el entonces Ministerio Agropecuario y Forestal (Magfor) autorizó el cultivo del robusta en los municipios El Coral (Chontales), El Almendro (Río San Juan) y todos los municipios de las Regiones Autónomas del Caribe Norte (RACN) y Sur (RACS), excluyendo las áreas protegidas que se ubican en esas zonas.
También ordenó que al alcanzar niveles de producción por encima de sesenta mil quintales pergamino o después de transcurridos cuatro años a partir de la entrada en vigencia de dicho acuerdo, el beneficiado del robusta “sería” delimitado al área establecida para su producción”.
INSTALARÁN BENEFICIO
Cuevas admite que en un año ambas condiciones se cumplirán, por lo que el beneficiado que actualmente se realiza en Matagalpa, se deberá hacer en la zona. Pero afirma que instalar la infraestructura requerida para este fin no tomará más de seis meses.
“Lo que estamos vendiendo es robusta natural para la industria, este lleva un proceso más sencillo (no se despulpa). Lo que hacemos es cortarlo y el mismo día lo enviamos en uva al beneficio y en la mañana del día siguiente lo están tendiendo en los patios para que se seque”, detalla Cuevas.
Además de cumplir un mandato de ley la instalación de beneficios en la zona reducirá el costo en el que se incurre actualmente para trasladar el grano al beneficio de Matagalpa, dicen los productores.
Los 45 socios de Coaprodecar también están interesados en instalar su propio beneficio ya que según el vicepresidente de la organización, Tomás Alberto Obando, eso les permitirá buscar otras opciones de venta, ya que actualmente Mercon “tiene monopolio” sobre ella y por tanto no hay “margen de negociación en el precio”.
La empresa paga con base al precio en que se está cotizando en la Bolsa de Londres y hace una retención de 22 dólares por quintal en concepto de beneficiado y comercialización, especifica Matamoros.
Este año el precio ha promediado unos 65 dólares por quintal, pero en las cosechas pasadas ha rondado los cien dólares por quintal. “Efectivamente, el alto rendimiento compensa la caída del precio que aunque este año esté bajo sigue siendo un negocio muy rentable”, admite Matamoros.
ALBALINISA ENTRA
“La cooperativa tiene planes de buscar clientes en el exterior y otra de las esperanzas que tenemos es que Albalinisa está sembrando dos mil manzanas de robusta en la zona de Kukra Hill (en la RACS) y si se metió a sembrar esta cantidad es que tienen un cliente y tal vez ellos nos pagan un mejor precio”, dice Matamoros.
Cuevas, por su parte, considera que la “competencia es sana” y que los productores tienen derecho a buscar otras opciones, ya que el compromiso es únicamente honrar la deuda que adquirieron para el establecimiento del cultivo.
AÚN SIN RESPUESTA
En el 2013 el Gobierno delimitó a través del Acuerdo 012-2013 las áreas aptas para el cultivo del café robusta, pero el año pasado la Comisión Nacional de Transformación y Desarrollo de la Caficultura (Conatradec) aprobó la ampliación de estas áreas a prácticamente todo el país, como una alternativa para otros productos afectados por el cambio climático. Sin embargo, hasta ahora no hay una respuesta gubernamental a dicha petición, dijo José Ángel Buitrago, presidente de la Asociación de Exportadores de Café de Nicaragua (Excan) y miembro de la Conatradec.
INSS EXIGE INSCRIBIR
La inversión para el establecimiento del robusta es de entre 1,800 y 1,900 dólares por manzana, desde que está en el vivero hasta que se lleva a producción treinta meses después. Durante esos treinta meses el productor no percibe ingresos. Es hasta en las primeras cosechas que se comienza a recuperar la inversión.
Sin embargo, los socios de la Cooperativa Agropecuaria de Productores de Café Robusta de Nueva Guinea de RL (Coaprodecar) lamentan que el Instituto Nicaragüense del Seguro Social los esté obligando a asegurar a los cortadores, situación que no ocurre en el norte del país, y que obliga a los productores a incurrir en gastos adicionales que incluso alejan a muchos trabajadores que no quieren hacer el pago porque el trabajo es temporal.