—¿Te acordás del 2007? Aquí hablaban todos los días de la corrupción de los gobiernos neoliberales y el discurso era de “Tolerancia cero” a la corrupción—, dice Alberto Novoa, exprocurador general de la República (2004-2007), al comentar el nuevo Índice de Percepción de Corrupción 2015, que señala que Nicaragua empeoró su posición en un listado global sobre falta de transparencia.
—Lo recuerdo claramente. El país ha estado ahí desde hace años, según Transparencia Internacional, pero son percepciones ¿O hay una realidad aparte sobre eso?— le preguntamos a Novoa, quien fue en su tiempo de funcionario público, parte del equipo del expresidente Enrique Bolaños en la llamada campaña de “Lucha contra la corrupción”.
—Esperate que termine la idea. Antes en 2007, cuando comenzó el gobierno del presidente Daniel Ortega, aquí todos hablaban de “tolerancia cero” a la corrupción. Mirá ahora quién dice algo ¡Ni el presidente! ¿Sabés por qué? Porque todos aquí sabemos, pero poco lo decimos, que la corrupción ha crecido y no solo como percepción—, dice Novoa, ahora más canoso que cuando fue procurador y dedicado a la enseñanza del derecho penal en las universidades privadas del país.
A Novoa no le extrañan los reportes internacionales. “La corrupción aquí no ha sido cosa de gobiernos, ha sido cosa de cultura. Cuando ese cáncer se incrustra en la conciencia colectiva como una forma fácil de hacer dinero, es difícil que desaparezca, sobre todo si no se combate, si no se castiga, si no se persigue ni se lucha contra ella. Y en ese sentido, Nicaragua empeora su imagen en transparencia”, expresa el exfuncionario.
NICARAGUA SIGUE AHÍ…
Hoy, 27 de enero de 2016, se dio a conocer el informe de percepción de transparencia internacional 2015 de Transparencia Internacional.
El informe se basa, según el organismo, en la percepción de expertos del sector privado sobre la corrupción en el sector público, pero también toma como referencia otros informes, entre ellos estudios del Banco Mundial, Foro Económico Internacional, BID, World Justice Project (WJP), International Country Risk Guide, Economist Intelligence Unit, entre otros.
En el caso de América Latina, el informe 2015 destaca este año el caso de Brasil, el país que más descendió en el índice mundial (cinco puntos), tras salir a la luz el escándalo de Petrobras.
A nivel más local, en Centroamérica, el sector público percibido como más corrupto entre el sector privado es el de Nicaragua (puesto 130, nivel de transparencia 27 en escala de 0 a 100, donde 0 es lo más corrupto y 100 lo más transparente), seguido de Guatemala (28), Honduras (31), Panamá (39), El Salvador (39), y Costa Rica (55).
De acuerdo al estudio, la corrupción se mantiene como un problema sistémico en Latinoamérica, donde Venezuela, puesto 158 de la tabla y con sólo 17 puntos, comparte puesto con Haití como los peores evaluados en transparencia, mientras Uruguay salta como el país más transparente de la región, en el puesto 21 de la tabla y 74 puntos de 100.
“PRIMERO EL PARTIDO”
¿Por qué Nicaragua aparece tan poco transparente ante el mundo? Novoa lo achaca a la aplicación de un sistema de manejo público “que prioriza los intereses de un partido en el poder, en detrimento de cualquier política de transparencia, leyes sobre el tema o instrumentos de control claros”.
Novoa señala que las denuncias de corrupción en el actual gobierno son variadas y señala, por ejemplo, el uso indiscriminado de las exclusiones de procedimientos para contrataciones del Estado, que las instituciones públicas usan para evitar el control sobre las contrataciones y compras por licitaciones públicas.
“Todos sabemos que cuando el sistema prioriza elegir de dedo a las empresas, habrá el abuso, tráfico de influencia y coimas en el sector público. Son malas prácticas viejas y ahí los hechos de corrupción, como el préstamo del INSS a una empresa de uno de sus directivos con una empresa fantasma”, señala el exprocurador.
EL CANAL Y EL MONUMENTAL CASO DEL ACUERDO PETROLERO
El exprocurador observa que parte de ese rojo color de corrupción, Nicaragua se lo ha venido ganando a nivel internaciona con el tema del canal.
“Nicaragua le dijo al mundo cómo se ocultan todos los procedimientos para adjudicar un megaproyecto de esa envergadura, de 50 mil millones de dólares, sin los mínimos controles de probidad y sin políticas de comunicación. Fue como un anuncio mundial, gratuito y descomunal, de venderse como país nada transparente”, señala Novoa.
Sin embargo, para el veterano exabogado del Estado de Nicaragua, el ejemplo más emblemático de falta de transparencia en Nicaragua es el caso del acuerdo petrolero con Venezuela, manejado a discreción por el presidente Daniel Ortega y grupos económicos afines a su partido.
“El uso confidencial de los fondos de los convenios petroleros con Venezuela, todo lo que hay ahí detrás, es monumental en términos de falta de transparencia. Y sí a eso le sumás la falta de acceso a la información pública, el sometimiento de la independencia de las instituciones públicas que deben velar por la probidad, como la Contraloría General de la República que duerme todo el tiempo, entonces tenés la respuesta a por qué Nicaragua no sale de esa percepción negativa a nivel mundial”, dice Novoa.