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Producción de carne en retroceso

Mientras ganaderos e industriales siguen sin ponerse de acuerdo en torno a la disputa que año con año genera el vaivén de los precios. La matanza industrial y artesanal y por ende la producción de carne se han reducido.

Mientras ganaderos e industriales siguen sin ponerse de acuerdo en torno a la disputa que año con año genera el vaivén de los precios. Entre enero y noviembre del año pasado la matanza industrial se redujo en 10.82 por ciento y  la artesanal en 20.10 por ciento, respecto al mismo período de 2014, detallan las estadísticas del Banco Central de Nicaragua (BCN).

Esta merma en la producción de carne de bovino es atribuida por los productores a la decisión de retener el ganado en las fincas antes que ceder al “capricho de los mataderos que se resisten a establecer banda de precios en base a los de referencia del mercado internacional”.

Desde los últimos meses del año pasado, cuando el precio del kilo en canal caliente rondaba los 120 córdobas, la industria ha aplicado varias reducciones, hasta ubicarlo actualmente entre ochenta y noventa córdobas por kilo en canal caliente.

“Como estamos en sequía los mataderos están esperando que el productor se ahogue, no en deudas sino que se le acaba el pasto para que se vea obligado a vender al precio que ellos impongan. Por eso siguen dando largas a las negociaciones para buscar acuerdos en torno al precio”, lamenta Álvaro Vargas, vicepresidente de la Federación de Asociaciones Ganaderas de Nicaragua (Faganic).

Por su parte la industria reconoce que la caída en el número de reses que se sacrifican es provocada por el desabastecimiento. Pero descarta que esta sea provocada por la “retención” promovida por los productores; y la atribuye a los efectos que estaría provocando en el hato nacional el supuesto contrabando de ganado en pie.

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CULPAN AL CONTRABANDO

“No tienen nada que ver las declaraciones de algunos dirigentes ganaderos con respecto a la decisión de retener ganado. El tema es que el año pasado se fueron doscientas mil reses de contrabando, ese es el problema”, asegura José Daniel Núñez, vicepresidente de la Cámara Nicaragüense de Plantas Exportadoras de Carne Bovina (Canicarne).

Aunque aún no se conoce el reporte oficial de matanza de diciembre del 2015, las estadísticas del BCN reflejan que hasta noviembre la actividad en las plantas industriales acumulaba una caída del 10.82 por ciento, con respecto a la del 2014, cifra cercana al 12 por ciento que Canicarne había proyectado.

Dicha reducción fue compensada en parte por el incremento en el peso promedio de las reses, que pasó de 375 kilos por cabeza en 2014 a 383 kilos el año pasado.

Esto habría evitado una caída mayor en el volumen de las exportaciones, que según reportes del Centro de Trámites de las Exportaciones (Cetrex) el año pasado fue solo del 4.12 por ciento. Además permitió que el país percibiera 470.76 millones de dólares por la exportación de carne y despojos, cifra menor en 4.02 millones respecto a los 474.78 millones de dólares percibidos en 2014.

Canicarne insiste en que paga los mejores precios de la región y que estos se imponen de acuerdo con lo que obtienen por los envíos que hacen al mercado externo.

MANTENDRÁN RETENCIÓN

Según el Cetrex, en el 2015 la carne y despojos enviados al exterior recibieron un precio promedio de 4.84 dólares por kilo, precio superior en 16 centavos a los 4.68 dólares por kilo que obtuvo en el 2014. Sin embargo, en enero de este año el precio promedio de estas ventas se ubicó en 4.42 dólares por kilo, 59 centavos menos con respecto a los 5.01 dólares registrados en enero del año pasado.

Pese a esta baja en el precio los ganaderos mantienen que de acuerdo con las posibilidades económicas de cada uno, seguirán restringiendo la entrega de ganado a las plantas, hasta lograr que se establezca “una banda de precios ajustada a los precios que paga el mercado destino de las exportaciones”, para promover el engorde, asegura Vargas.

Faganic reconoce que el desabastecimiento afectará a la industria y por ende a las exportaciones. Por tanto, gestionarán ante el Gobierno la creación de una comisión público-privada que promueve la facilitación de la exportación de ganado en pie.

La industria admite que la merma en la matanza continuará este año, pero niega que vaya a ser provocada por la retención promovida por los productores.

“Definitivamente en el 2016 el volumen de la matanza ya está comprometido hacia la baja. No sabemos en qué porcentaje pero seguramente será un porcentaje de al menos dos dígitos”, sostiene Núñez.

EFECTO SE MANTENDRÁ

Según Canicarne esa caída será provocada por el efecto que provocó en el hato la supuesta extracción de esas doscientas mil reses que salieron ilícitamente del país el año pasado, lo que hasta el segundo semestre de este año permitirá contar con una mayor disponibilidad de ganado apto para el sacrificio.

Canicarne advierte que la reducción de la matanza en las plantas industriales se traducirá en una caída similar en los envíos de productos cárnicos al mercado internacional y que “definitivamente es algo que no se puede revertir”.

Y aunque en años anteriores, cuando surgía la disputa por el precio con los productores, la industria amenazaba con importar ganado para abastecer a las plantas, ahora Núñez afirma que la escasez es generalizada y que incluso los países vecinos están comprando ganado nicaragüense.

“En la región no hay ganado. Costa Rica apenas tiene un millón de cabezas y más bien está importando de Nicaragua. El Salvador ha tenido poquísimo ganado siempre, Honduras acordémonos que también sufrió el tema del contrabando, entonces el déficit en Centroamérica es fuerte”, enfatiza Núñez.

También adelantan que de resurgir el supuesto contrabando de ganado en pie que actualmente se ha frenado, la estabilidad de la industria estaría en riesgo.

Rastros también

José Daniel Núñez, vicepresidente de la Cámara Nicaragüense de Plantas Exportadoras de Carne Bovina (Canicarne), atribuye la reducción de la matanza en los rastros municipales —que según el Banco Central entre enero y noviembre del año pasado se contrajo en 20.10 por ciento con respecto a ese periodo del 2014— a que los matarifes que los utilizan tienen menor capacidad para pagar los precios actuales del ganado.

Por su parte los productores lo consideran una opción a la que pueden acudir para vender su ganado sin tener que recurrir en gastos de transporte para el traslado a los mataderos.

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