La presidenta de la Subcomisión sobre el Oriente Medio y el Norte de África en el Congreso de Estados Unidos, Ileana Ros-Lehtinen, declaró que la expulsión del director regional de la organización de Derechos Humanos Freedom House, Carlos Ponce, es un intento desesperado por silenciar las violaciones a los derechos humanos por parte del régimen de Daniel Ortega.
Ponce arribó a Nicaragua la noche del martes para reunirse con personeros de la Embajada de Estados Unidos en ese país, organizaciones defensoras de los derechos humanos y de la sociedad civil.
Fue en el aeropuerto internacional que agentes de seguridad le informaron que no podía ingresar al país, sin darle mayores explicaciones. Ponce permaneció retenido durante varias horas hasta ser expulsado del país la mañana del miércoles rumbo hacia Washington, Estados Unidos.
Para la congresista, las acciones de Ortega son propias de un déspota contra un defensor de los derechos humanos.
“No es ninguna sorpresa que a Carlos, un hombre que testificó recientemente en el Congreso sobre los ataques a la libertad de prensa en América Latina, se le haya negado la entrada y expulsado por el matón de Nicaragua, Daniel Ortega”, dijo la congresista republicana.
“Tratar a Carlos como un criminal y rodearlo… es un intento desesperado de un gobernante déspota para silenciar a los que llaman la atención (denuncian) sobre el lamentable registro de los derechos humanos en Nicaragua”, indicó Ros-Lehtinen.