El sector forestal en Jalapa, Nueva Segovia, se considera el más controlado, más gravado de impuestos, carente de incentivos por producción de oxígeno y satanizado.
Manifestaron su posición de someterse a cualquier revisión y que les permita reiniciar sus labores en el menor tiempo posible.
Absalón Barquero Rodríguez, dueño del bosque en la finca Oro Verde, ubicada en Teotecacinte en el borde fronterizo con Honduras, declaró que ya tiene 15 años de manejar su área. “Sacamos la madera aprovechable y tratamos de que el bosque no se queme, tengo que cuidarlo, manejándolo racionalmente es rentable y para toda la vida”, dijo.
“Nosotros tenemos inspecciones de todos lados (técnicos, Alcaldía, Policía, Ejército) y en el momento menos pensado hasta el motosierrista tiene que andar en regla”, dijo Javier Luna Bermúdez, miembro de la industria forestal en Jalapa, lamentando que ningún otro sector productivo en ese municipio se somete a las rigurosidades y control a los que es sometido el sector forestal.
El sistema de Trazabilidad Forestal es otro método de control en línea de todo el proceso (corte, transporte, industria, comercialización y exportación de madera de pino), ya que “nadie puede pasar un árbol más de lo permitido en el Plan de Manejo, actividad que ejercen en cada uno de los tres puestos de control que hay en el camino hasta Managua (Mozonte, Sébaco y San Benito)”.
ACTIVIDAD RENTABLE
El reconocido productor de Jalapa, Róger Ponce Vásquez, reconoce que el bosque siempre ha sido una actividad rentable, “algo que debemos heredar a nuestros hijos, siempre y cuando lo sepamos manejar, en conjunto el dueño del bosque con el concesionario del sitio”.
Señaló que además de su chequeador, personalmente constata con el Plan Operativo Anual en mano, que lo que se está extrayendo sea estrictamente lo autorizado, que vayan dejando los árboles semilleros, que respeten los cincuenta metros de protección a ambos lados de las quebradas, que se hagan las rondas para la prevención de incendios, entre otras actividades.