Hace un par de días goce aprendiendo sobre un instrumento musical de origen ruso La Balalaika, un laúd de forma triangular casi plano con tres cuerdas metálicas. Tiene una muy pequeña abertura de resonancia cerca del vértice de la tapa, y un detalle más: un mástil bastante largo y estrecho.
Así como para nosotros la guitarra y sus sones nicaraguenses representan nuestra identidad para los rusos igual, La Balalaika nació en el siglo XVII con mucha popularidad entre los artistas ambulantes rusos, procede de la cultura eslava y era apreciado especialmente por los campesinos que lo usaban en sus fiestas populares y muchas veces al final de las fiestas se usaba como “arma” para peleas.
A principios del siglo XX empezaron a aparecer arreglos para balalaika y se empezó a tocar con mayor frecuencia. Fue usada en la ópera La Ciudad Invisible de Kitezh del ruso Rimski-Kórsakov.
Este instrumento triangular alcanzó definitivamente popularidad cuando en el mundo entero se escuchó el tema de Lara escrito para balalaika en la legendaria película Doctor Zhivago de 1965.
No es casualidad escuchar este instrumento en una orquestra rusa y encontrarla en cinco modelos con sus cinco nombres diferentes: balalaika-prima, balalaika-segunda, balalaika-viola, balalaika-bajo y balalaika-contrabajo. Pero de estos cinco solo la prima es el instrumento de canto solo, los demás son más de acompañamiento de una orquesta.
Cuando usted vea está guitarrilla con tonos de arpa, traté e identifique si es La Balalaika ese instrumentos tan sencillos pueden emitir una música tan suave y maravillosa que proporciona paz y tranquilidad a nuestro espíritu cuando lo escuchamos.