Aunque en los últimos cinco años Nicaragua ha gozado de una economía sana y en crecimiento, el futuro cercano no genera tanto optimismo, situación que se agrava por la creciente opacidad en las instituciones públicas y en particular por el manejo discrecional de la cooperación venezolana, alerta el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi).
En su análisis Perfiles Macrofiscales de Centroamérica, el organismo regional señala para Nicaragua que “el panorama que se avizora para los siguientes años no es tan optimista”.
“Los factores económicos y fiscales se han ido deteriorando, al lado de la condición económica de sus principales socios comerciales, en especial Venezuela; persiste la vulnerabilidad ante fenómenos climáticos y existe una preocupación significativa con respecto a la sostenibilidad fiscal y macroeconómica ante el período electoral que se avecina, el cual normalmente genera cierta efervescencia social”, menciona.
De hecho las cifras oficiales confirman el rápido deterioro que actualmente experimenta la relación con Venezuela, que por años había servido como motor de crecimiento clave para Nicaragua en materia comercial. El año pasado los envíos hacia ese mercado se redujeron 25.23 por ciento en volumen y 19.77 por ciento en valor, según cifras del Centro de Trámites de las Exportaciones (Cetrex).
Además la cooperación petrolera venezolana en 2015 se contrajo 29 por ciento, lo que implicó que en la economía dejaran de circular unos 126.2 millones de dólares, según cifras del Banco Central de Nicaragua (BCN).
También el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura instó a los países de la región a prepararse para hacer frente al impacto que tendrá en el agro el fenómeno de La Niña, que trae consigo abundantes lluvias y que afectará a cultivos como el café, que es uno de los productos de exportación más importante en países como Nicaragua.
OPACIDAD PREOCUPA
En medio de los riesgos antes descritos, al Icefi lo que más le inquieta es la “opacidad” creciente en las instituciones públicas, lo que impide certificar que la estabilidad económica que aparentemente goza el país sea sostenible en medio de los riesgos antes mencionados.
“Resulta preocupante la penetración en el sector público de una fuerte cultura de opacidad que hace prácticamente imposible conocer con un detalle más significativo los resultados fiscales y que, incluso, hace temer sobre la sostenibilidad de dichas cifras en el mediano plazo”, plantea el Icefi.
Entre las opacidades que inquietan al Icefi figura el manejo de la cooperación venezolana y el impacto que esta pueda tener en la sostenibilidad y solidez fiscal actual, así como en la trayectoria descendente que la deuda pública como porcentaje del Producto Interno Bruto ha experimentado en los últimos años.
“Nicaragua continúa siendo una incógnita. Por un lado, las cifras macrofiscales muestran una administración central ordenada en donde, en esencia, los niveles de ingresos tributarios y el tamaño del Gobierno y del déficit fiscal permanecieron razonablemente constantes de 2014 a 2015, de acuerdo con las estimaciones del Icefi, y condujeron a una reducción de la deuda pública registrada del 30.9 por ciento del PIB en 2014 al 28.3 por ciento en 2015. Estos datos indiscutiblemente sugieren finanzas públicas ordenadas y sostenibles a largo plazo. Sin embargo, los crecientes niveles de endeudamiento de Albanisa y la debilidad de su principal socio, Venezuela, hacen pensar en la posibilidad de dificultades fiscales en el mediano plazo”, menciona.
Y añade: “Esta situación se refuerza con la preocupación creciente por la opacidad en la presentación de las cifras públicas”. El economista Alejandro Aráuz reconoce que la falta de claridad en la información pública dificulta que de manera independiente se haga un verdadero análisis de cuán sostenible son las cifras fiscales y macroeconómicas a largo plazo.
Ante esta situación, Aráuz admite que cualquier análisis fiscal y de deuda pública que se haga de manera independiente no puede ser concluyente porque al utilizar otras variables disponibles para llegar a una proyección se corre el riesgo de no acertar en la misma.
“Es difícil precisar escenarios. Transparencia no hay, lo que ocurre es que habemos economistas que tenemos una serie de indicadores indirectos por las que nos guiamos y así derivamos e inferimos —aunque no haya información— cuáles son los resultados que pueden llegar a suceder o están sucediendo”, sostiene Aráuz, al tiempo que menciona que este no es un problema exclusivo de Nicaragua.
EL RIESGO POTENCIAL EN LAS FINANZAS PÚBLICAS
Ante la carencia de información sobre el manejo de la cooperación petrolera, el Icefi alerta de que la actual tendencia de la deuda pública, que ha venido en retroceso como porcentaje del PIB, podría cambiar su trayectoria por dos motivos: “El primero se refiere a la preocupación latente de la ciudadanía y de expertos fiscales con respecto a la deuda que adquiere Albanisa, pues, a pesar de que es en principio privada, al ser los dos socios principales empresas públicas de Nicaragua y Venezuela, es el Estado nicaragüense el que podría asumirla ante una eventualidad financiera o económica internacional”.
El segundo hecho es que “la falta de transparencia en el uso de estos recursos impide hacer un análisis profundo sobre las cuentas de esta entidad; no obstante, el Informe semestral de Cooperación Oficial Externa provee algunas luces sobre el monto al que asciende la deuda que anualmente adquiere esta empresa al indicar que, hasta junio de 2015, habría recibido alrededor de 3,396.7 millones de dólares; lo que significa que ante una eventualidad en donde el Estado deba responder solidariamente por el pago de dichos compromisos, implicaría una elevación del saldo de la deuda del sector público al 72.5 por ciento del PIB, y de la deuda del Gobierno al 55.8 por ciento”.
De hecho, el mismo Fondo Monetario Internacional (FMI) en su informe conclusivo de la revisión de la economía en el marco del Artículo IV, ha advertido al Gobierno de la necesidad de que dé un seguimiento cuidadoso al comportamiento de la deuda externa privada, que es donde se registra hasta ahora la cooperación petrolera venezolana.
Aboga por calidad
El Fondo Monetario Internacional ha instado a mejorar la calidad de las estadísticas públicas. Gerardo Peraza, economista principal en la División de Países Latinos del Caribe del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, instó a mejorar la calidad de la información oficial.
“Las mejoras en la divulgación de datos facilitarían las tareas de vigilancia y análisis por parte de los participantes del mercado, los medios de comunicación y el público en general. En el caso de Nicaragua, nos parece que sería beneficioso introducir regulaciones para facilitar la provisión de información estadística, establecer procedimientos para controlar la calidad de los mismos y fortalecer la comunicación con los usuarios”, afirmó en una entrevista con LA PRENSA a principio de abril y que recoge en su blog personal.
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De los que más crecen
Más allá de los riesgos que advierte el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) destaca el liderazgo que la economía ha mantenido en los últimos años. En 2015 “Nicaragua fue uno de los países del istmo centroamericano con mejores indicadores económicos.
Según cifras oficiales, el crecimiento económico del país repuntó hasta alcanzar un 6.2 por ciento en 2011, para luego reducir el dinamismo al alcanzar cifras cercanas al cuatro por ciento en los años posteriores”. Igualmente “Nicaragua también se colocó como uno de los pocos países de Latinoamérica que logró mostrar superávit presupuestal en años recientes, además de lograr salir de la lista de países altamente endeudados y estabilizar medianamente sus variables macroeconómicas”.
