14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
Doña Alicia, que podría ser una abuela esclava, prepara su sopa y a su derecha uno de sus nueve bisnietos la observa. LA PRENSA/Manuel Esquivel.

Doña Alicia, que podría ser una abuela esclava, prepara su sopa y a su derecha uno de sus nueve bisnietos la observa. LA PRENSA/Manuel Esquivel.

El síndrome de la abuela esclava

El Síndrome de la abuela esclava se aplica a aquellas abuelas sobre las que recae la responsabilidad de cuidar a los nietos.

Las panas están listas y alineadas para ser llenadas con la mezcla de hierbas, carne, agua y verduras que doña Alicia Gutiérrez venderá durante el mediodía en el Mercado Oriental. Ya listas, coloca las sopas ordenadas sobre una bandeja para iniciar con esfuerzo el recorrido por los pasillos y calles del mercado, que es famoso por tragarse todo a su paso.

Mientras ella está en el Oriental, en su casa la esperan 5 de sus 30 nietos. A todos los ha cuidado pero a medida que van creciendo se van yendo. Doña Alicia Gutiérrez es una mujer de 60 años ya algo canosa, de baja estatura y arrugas en el cuerpo. Siempre lleva su delantal en el que va guardando cada centavo que le pagan por las sopas. Ha trabajado en este mercado desde que tiene memoria y con el dinero que gana paga los gastos de sus nietos: sus estudios, su comida y sus gustos.

Gutiérrez termina de vender las sopas y corre de regreso a su casa. Cerca tiene otro negocio, una ferretería, con la que saca un poco más de dinero para cubrir los gastos del hogar. Esa ha sido su vida desde siempre. Ver nacer niños, criarlos y luego verlos partir. Pues luego de criar a sus ocho hijos le ha tocado mantener a sus nietos, porque sus padres no tenían la capacidad económica.

La psicóloga Martha Trujillo. LA PRENSA/Yafaly Aráuz.
La psicóloga Martha Trujillo. LA PRENSA/Yafaly Aráuz.

Este podría ser un caso del Síndrome de la abuela esclava. Un término que se empezó a usar en el 2001 por el doctor Antonio Guijarro. El término se popularizó y ahora se considera una enfermedad común en el siglo XXI. La psicóloga Martha Trujillo explica que el síndrome ocurre en las abuelas que sienten que tienen la responsabilidad de mantener a sus nietos porque sus hijos no lo hacen. “Este síndrome en Nicaragua es cotidiano y muchas veces las abuelas no son consultadas sobre si quieren cuidar a sus nietos, porque se asume que ellas deben hacerse cargo”, explica Trujillo.

Precisamente eso ocurrió con Gutiérrez, sus hijos no pueden o no quieren hacerse cargo de sus hijos y le delegaron la responsabilidad de criar a sus nietos. “A veces quisiera descansar, pero no puedo porque tengo que darles protección”, se queja la señora, quien padece de migraña como consecuencia del humo que todos los días aspira cuando enciende el fogón.

Otra abuela niñera

Ana Membreño tiene 68 años y todas las mañanas cocina para que cuando sus nietos lleguen de clase encuentren lista la comida. Ella vive con su hijo y su nuera. Cuida a sus dos nietos por voluntad, pero los especialistas advierten que el estrés generado por cuidar a menores de edad e incluso en ocasiones a otros adultos mayores, pone en riesgo la vida de estas mujeres, que más tarde desarrollan hipertensión y otras enfermedades, en el peor de los casos hasta mueren.

Un estudio de la universidad de Harvard, en el 2004, demostró que las mujeres que se encargan de cuidar a sus nietos por más de nueve horas al día desarrollaban un 55 por ciento más de probabilidades de padecer enfermedades coronarias. Esas mujeres que se dedican al cuido de sus nietos tienen menos tiempo para socializar y eso les impide relajarse.

Ana Membreño también cataloga en los parámetros que describen a una abuela esclava. LA PRENSA/Uriel Molina.
Ana Membreño también cataloga en los parámetros que describen a una abuela esclava. LA PRENSA/Uriel Molina.

Según la doctora, la mejor manera de ayudar a los nietos, sin caer en el Síndrome de la abuela esclava, es negociando siempre con los padres de ellos. No permitir que estos abusen dejando a los nietos totalmente a su cargo, sino creando un balance entre cuidarlos y mantenerlos. Los padres después del trabajo pueden ir por sus hijos, asistir ellos a las reuniones escolares y asumir ellos los gastos y cuido de sus hijos, brindándole a la abuela su espacio y comodidad.

Para Gutiérrez no parece haber muchas opciones hoy en día. Sus nietos seguirán a cargo de ella hasta que se vuelvan adultos y abandonen el hogar. Mientras, ella cada mañana se levanta a hacer una sopa para vender en los pasillos del mercado y ve que su vida se esfuma con el vapor de las sopas que mantienen en pie a sus nietos.

 

Protección por ley

La Ley del Adulto Mayor, Ley 720, en el capítulo II, habla de las medidas de protección y sanciones, el Art. 22 dice que quien esté a cargo de un adulto mayor directa o indirectamente debe cuidar de él y asimismo está en la obligación de denunciar ante el Ministerio de la Familia, Adolescencia y Niñez cualquier maltrato físico, inhumano o descuido deliberado en la atención del adulto mayor y el Ministerio, ante cualquier denuncia, deberá aplicarse las sanciones correspondientes.

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí