Todo fue tan rápido que podría decirse que si usted estaba comprando un vigorón se perdió el nocaut, si abría una gaseosa o algún jugo, no observó detalladamente esa mano izquierda de Carlos “Chocorroncito” Buitrago que giró bruscamente la mandíbula de Róger Collado en el primer asalto, a Collado no le dio tiempo de nada, los meses de preparación que tuvo anhelando sorprender se redujeron a su yacimiento en el piso del ring, impotente, sin poder conectar un golpe, amputado de sus piernas sin la movilidad requerida y con su vista en otra dimensión. “Chocorroncito” había noqueado, dejó a un lado el apodo de ese insecto volador para convertirse en un dragón, lanzando llamas con sus puños.
Hasta el momento es el nocaut más abrumador en lo que va del año a nivel nacional. Antes de la pelea Buitrago estaba seguro de su triunfo, se sabía que era el favorito, pero ¿Acaso hay un boxeador que diga que perderá? Ese orgullo del muchacho lo impulsó a demoler sin piedad a Collado. ¿Por qué has perdido tu agresividad? ¿No es porque tenés compasión de los oponentes? Le pregunté a “Chocorroncito” el día del pesaje. Él respondió con frialdad, “es él o yo. Ahí no existe la compasión”.
Y anoche desde el campanazo que indicaba el inicio del combate tiró sus volados de derecha en sincronía con un golpeo constante abajo, siguió con cruzados al rostro que ya había marcado el terreno con jabs constante y finalizó con esa mano izquierda “quiebra jícara”. Tres años de no pelear en el país tenía el joven Buitrago, regresó el sábado para erizar los pelos de los presentes. “Chocorroncito” está de vuelta y letal como siempre debió ser.
ESPINOZA FUE CONSTANTE
El combate semiestelar del evento organizado por Búfalo Boxing, fácilmente se podría marcar hasta el momento como la mejor pelea del año. Alexander Espinoza y Henry Maldonado brindaron dos asaltos excepcionales, regresando golpe por golpe, la sangre de Maldonado corrió en el escenario, que después de conseguir el primer asalto fue derribado en el segundo por Espinoza dos veces.
El mérito de Espinoza es que siendo más endeble se fajó incansablemente y tiró golpes como máquina de coser, partió el lado izquierda del rostro de Maldonado y en el tercer asalto, el médico dijo que era todo. No había necesidad de seguir con la cara partida.
