Querida Nicaragua: El gran José Martí, el apóstol de América, nos legó este pensamiento: “La Patria es ara, no pedestal. Se la sirve, no se la toma para servirse de ella”.
Quería decir con esto el patriota cubano que el erario de la nación es sagrado, que los dineros que el pueblo paga con sus impuestos deben ser bien usados y nadie debe servirse de esos dineros con fines personales. En esta patriótica expresión martiana está inspirada la idea de una buena administración pública, la misma que hemos pregonado en repetidas ocasiones. Parece mentira pero con solo poner en práctica el contenido de la frase que Martí dejó para la posteridad, cualquier país disfrutaría de una democracia ejemplar y de un progreso envidiable. Si todos los funcionarios públicos, comenzando naturalmente por el señor presidente de la nación, no se aprovecharan de los bienes del Estado en beneficio personal, habría un cambio radical en todos los países. No necesitarían andar mendigando préstamos internacionales y tendrían dinero de sobra para crear bancos de fomento y elevar la producción agrícola hasta límites insospechados. Lástima grande que las frases célebres siempre se quedan siendo eso: frases célebres, sin que nadie las ponga en práctica.
Otra frase de Martí, digna de recordarse siempre: “La libertad cuesta cara, y hay que decidirse a pagarla por su precio o a vivir sin ella”. Son pensamientos enaltecedores para cualquier ciudadano que los escucha. Sobre todo para aquellos que no mueven un dedo para asomarse ni en broma en una marcha de protesta contra sus opresores. La libertad no es gratis, es un don muy valioso y cuesta caro conservarlo de las acechanzas de sus enemigos, de las palizas de las turbas, de los culatazos y bombas lacrimógenas, de la soberbia de dictadores que pretenden eternizarse en el poder.
Es cara la libertad, pero como dice Martí, hay que decidirse a pagar su precio o a vivir sin ella, a luchar por la libertad o resignarse a vivir como súbditos del monarca.
“Libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y a pensar y hablar sin hipocresía”. Con este pensamiento Martí nos muestra su ferviente devoción por la libertad del hombre, libertad para ser honrado, para expresar sus ideas, para pensar y hablar sin hipocresía, en fin, libertad para construir soberanía, dignidad y grandeza para la nación.
Otra frase de Martí que cae sobre aquellos individuos que viven infamando a otros, repitiendo calumnias y mentiras, tratando de desprestigiar a los demás, dice así: “Quien ha sabido preservar su decoro… Sabe lo que vale el ajeno y lo respeta”. Una exaltación generosa a los hombres honrados, ya que sobre la honradez se construye la libertad de las naciones. El calumniador, el hablador, el bocatero que habla al peso de la lengua no respeta el decoro de nadie y por lo tanto no tiene decoro, ni merece respeto.
Otra rotunda frase de José Martí: “Solo sirve dignamente a la libertad, aquel que, a riesgo de ser tomado por enemigo de ella, la preserva sin temblar, de los que la comprometen con sus errores”. Con ella Martí quiso enviar un mensaje a aquellos que, mediante el uso de la libertad atacan una causa mala, pero al atacarla están favoreciendo otra causa peor. Ejemplo: nosotros en los años setenta atacamos con furor una causa mala, la del somocismo (un mal menor), sin pensar que era un error tomar partido por el sandinismo (un mal mayor). En efecto, usamos la libertad para atacar a Somoza, comprometimos la libertad para apoyar al sandinismo que resultó peor. Nosotros comprometimos con nuestros errores la poca libertad que teníamos con el somocismo. Enceguecidos con aquella dictadura no reparamos en que el papa Pablo VI había expresado esta frase lapidaria: “El comunismo es intrínsecamente perverso”.
Son pensamientos del apóstol de América, José Martí.
El autor es gerente de Radio Corporación y excandidato a la Presidencia de la República en 2011.
