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Moisés Absalón Pastora

Después del 6 de noviembre

Las elecciones para efectos prácticos están a la distancia de un suspiro, a la vueltecita. No habrá sorpresas, el elegido es el FSLN. Los porqués se encuentran en la altísima aceptación de un sandinismo renovado que no tiene nada que ver con la década de los ochenta y que desde su retorno al poder se proyectó, contra todas las dudas, con la propuesta de un nuevo sistema donde la base es el interés social.

Cuando Daniel Ortega retoma la Presidencia en el 2007, gracias a la división del liberalismo, mucho fantasma pasó por la mente de sus adversarios. Rebobinamos con espectros del pasado una Nicaragua que jurábamos retornaría a todo aquello que fue el espanto de la guerra y sus consecuencias, pero nada de eso pasó.

Por el contrario los espíritus malos del FSLN fueron exorcizados por la historia y se trasladaron a un nuevo cuerpo y de ahí el estado agónico y cadavérico de una oposición que no existe, que se arrastra terminalmente rumbo a su propio entierro, el próximo 6 de noviembre, donde una montaña de votos aplastará la soberbia, el odio y la testarudez de los insensatos que jamás oyeron el grito de unidad de quienes por años lo pasamos demandando.

Yo quisiera que hubiese, pero con observación o sin ella, la historia está escrita. No soy brujo, no tengo una bolita de cristal, pero mi mayor referente son los que se dicen enemigos del FSLN y para muestra algunas evidencias: ponga usted una radio donde haya un espacio que diga que promueve la unidad y solo escuchará insultos; escuche una declaración de estos que se llaman “demócratas” y oirá solo la descalificación contra el otro; asómese a una de esas marchas de los miércoles y las caras son las mismas; estamos en campaña pero pasar por la sede del PLI o PLC es hacerlo por dos funerarias; los que se presentan como “libertadores” son más dictadores que los que dicen están en el poder; nadie les quiere dar un centavo porque son tan inteligentes que se pelearon con la empresa privada; ningún banco les presta porque como partidos no tienen bienes propios; no tienen padrinos internacionales; Clodomiro “El Ñajo” tiene más aceptación que sus candidatos y frente a esta realidad sus voceros ya no saben qué decir para defender lo indefendible.

Lo anterior no va a cambiar por los “piropos” que me digan aquellos que vayan a leer este artículo porque al fin y al cabo es parte de la misma insensatez. Sin embargo, otra cosa que debo advertir es que después del 6 de noviembre será una imprudencia absoluta que estos falsos “líderes de la democracia” se atrevan a decir que “ahora sí” aprendieron la lección y que dejando a un lado sus profundas diferencias van a sentarse por el pueblo a platicar. Para entonces ya no habrá más espacio para la mentira. Deberá surgir algo totalmente nuevo donde no existan los estafadores políticos, ni las siglas con las que se vistieron de salvadores solo para aniquilaras como instituciones políticas.

Lo que surja un día después del 6 de noviembre próximo debe ser algo que nazca de la humildad, lejano del discurso de barricada, siendo pro y no anti, con una visión social divorciada del interés personal, con la capacidad constructiva de apoyar iniciativas en beneficio del pueblo aunque vengan de sus adversarios. Los líderes que igualmente surjan deben ser gentes distantes del egoísmo y vanidad de creerse únicos e incuestionables. Deben ser demócratas y no dictadores. Deben ser miembros y no dueños del partido, deben ser imanes carismáticos que atraigan y no antimotines expertos en dispersar a las masas.

El autor es periodista.

Opinión #EleccionesNi2016 elecciones Nicaragua archivo

COMENTARIOS

  1. El Observador
    Hace 8 años

    Muy interesantes los puntos que toca Moises en su artículo. Da la impresión de que este señor sabe mucho de política y uno se pregunta, ¿ por qué con esa gran capacidad de análisis, no se lanza al ruedo y quía a nuestro desventurado país por el camino correcto? Porque analisando su escrito, no deja dudas de que en Nicaragua no quedan elementos confiables. Entonces nos queda la esperanza de que este nuevo Moises, haga lo mismo del Moises bíblico y nos quie hacia la conquista de nuestra tierra y la verdadera felicidad

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