La policía fronteriza dio esta semana varios golpes contra el contrabando de medicinas provenientes de Nicaragua. El último ocurrió el jueves 16 de junio, cuando realizó uno de los mayores decomisos de medicinas en lo que va del año, al interceptar seis cargamentos que juntos suman unas dos mil dosis de diversos medicamentos.
Los productos eran analgésicos, antibióticos, vitaminas, tranquilizantes y antihistamínicos, entre otros; cuyo ingreso irregular fue detectado cerca del puesto fronterizo de Peñas Blancas, cantón de La Cruz, Guanacaste.
Los decomisos fueron la tarde del jueves a seis ciudadanos nicaragüenses, quienes transitaban por diversos sitios de esta frontera, algunos no habilitados para el ingreso a Costa Rica.
La mayoría de nicaragüenses que transportaba los medicamentos entraron a Costa Rica en condición migratoria irregular, al no portar ningún documento de identidad o de viaje.
Es por ello que los oficiales fronterizos, tras decomisarles los medicamentos, los pusieron a disposición de las autoridades de Migración y Extranjería.
Todos los productos fueron remitidos a las oficinas regionales del Ministerio de Salud en La Cruz, a fin de que se destruyeran para evitar que posibles consumidores pudieran sufrir daños en su salud.
QUIEBRE EN TABLILLAS
Otros decomisos los realizó el martes anterior la policía en el puesto de Tablillas, cantón de Los Chiles, Alajuela, donde los oficiales le encontraron a un nicaragüense 207 unidades de diversos fármacos.
Entre otros, el nicaragüense llevaba medicamentos como rowatinex, gastropal, bromuro de sodio y hepaforte, así como seis unidades de un inyectable de nombre dolovitalgia.
Similar suerte corrió otro nicaragüense, quien fue interceptado por la Policía de Fronteras en el puesto de Peñas Blancas, cantón de La Cruz, Guanacaste; también el pasado martes.
Este otro nicaragüense trató de evadir los controles fronterizos, pero las autoridades le descubrieron 18 unidades de productos de trimetroprina, sulfametooxazol, caraña, diclofen, cloten, tosalgen, bekylan, así como dos unidades de nervicel inyectable.
Entre enero y mayo, los diversos cuerpos policiales del Ministerio de Seguridad han decomisado más de 11.000 unidades de diversos productos farmacéuticos, ya que no solo fueron introducidos sin ningún control sanitario, sino además al margen de la legislación fiscal costarricense.
En estos últimos casos los productos fueron remitidos a las oficinas regionales del Ministerio de Salud en Los Chiles y La Cruz, para ser destruidos, ya que al ser introducidos al país en condiciones irregulares, no existe garantía de que se encuentren en buen estado o que el contenido corresponda al etiquetado.
