Sí el presidente inconstitucional, Daniel Ortega, decide cumplir la Ley 872, de Organización,Funciones, Carrera y Régimen Especial de Seguridad de la Policía Nacional, este martes 5 de julio es probable que la Policía Nacional cuente con un nuevo jefe policial.
Especialistas en el tema y defensores de derechos humanos no descartan también, que Ortega decida mantener a la primera comisionada Aminta Granera, para un tercer período en el cargo.
La presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Vilma Núñez, recordó que en 2011, Granera fue mantenida en el cargo por un decreto presidencial, en contra de lo establecido por la anterior Ley orgánica de la institución, ley 228, que no establecía prórroga. Tres años después el ejecutivo promovió una nueva Ley. Parte del artículo 47, capítulo IV, de la Ley 872, establece que el nombramiento de ese cargo es por cinco años, pero el presidente podrá prorrogarlo en el cargo “de acuerdo a intereses de la nación”.
¿SERÁ FRANCISCO DÍAZ?
Núñez expuso: “aquí se da una situación en que bueno, si te corrés, te tiro y si te parás, te mato, porque ya sabemos quien va a sustituir a Aminta Granera, que es el comisionado general Francisco Díaz”, pues es el que “trata de demostrarle a la opinión pública que están haciendo una labor efectivísima”.
Para el consultor independiente en temas de seguridad, Roberto Orozco, en esa decisión prevalecerá “la fidelidad” a Ortega y en caso que fuese Díaz, lo importante es que es policía de origen. No obstante, señaló que quien sea nombrado en ese cargo, “siempre va a estar bajo el mandato férreo del presidente”.
Núñez por su parte señaló que como único cambio probable que habrá en la Policía sea que “quizás se vuelva más represiva” porque las fuerzas públicas fueron copadas políticamente por Ortega.
El jefe de proyectos de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), Denis Darce, “la aspiración que pudiéramos tener probablemente esté muy lejos de lo que finalmente el presidente decida y es que se haga una elección de un funcionario que vaya a fortalecer a la Policía, que vaya a limpiar esa imagen partidaria que va teniendo la Policía”.
Darce aspiró que el funcionario que sea nombrado, si es que ocurre conforme a la ley, se interese por mejorar los mecanismos de control interno; “que permitan que los errores que han sucedido e incluso las tragedias— que ellos las han tildado de tal— no se sigan dando, porque de repente se están convirtiendo no en una situación excepcional sino normal, y eso es lo más peligroso para nosotros”.
DE REPETIR GRANERA
Aquí lo único cierto es la incertidumbre, aunque a lo interno de la institución se habla de un cambio, dijo Roberto Orozco, consultor en temas de seguridad.
Aunque la primera comisionada Aminta Granera, aparece todavía como directora desde hace mucho se ha rumorado que son otros quienes ejecutan decisiones. Un tercer período para Granera las consecuencias para ella “sería fatal para ella” y para la institución “sería el tiro de gracia a la institucionalidad”, estima Orozco.
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“Hay un desgaste a la imagen y al prestigio personal para Aminta Granera, por el solo hecho de haberse quedado en una segunda gestión al frente de la Policía”, dado que permaneció con un decreto, contrario a lo que establecía la entonces ley 228.
La Policía cada vez se va pareciendo a la Policía Sandinista, en el sentido de que el culto a la personalidad del presidente (Daniel) Ortega, es un culto al partidarismo sandinista”.
Denis Darce, Jefe de Proyectos de la CPDH