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Ley Electoral, Nicaragua, Daniel Ortega
Mauricio Mendieta Herdocia

Urge rescatar el colegio médico

Un colegio médico es una asociación que reúne a todos los profesionales de la medicina de un país. Los colegios médicos actúan como salvaguarda de los principios y valores fundamentales de la profesión, y los intereses del gremio médico, estableciendo deberes, derechos y un código de ética.

El colegio médico tiene la importantísima atribución de ordenar, normar, regular y supervisar tanto el ejercicio profesional de la medicina, como de las diferentes especialidades.

Al regular las especialidades médicas y quirúrgicas, el colegio únicamente reconocerá como especialistas, a los médicos que hayan realizado su especialidad, en un centro hospitalario reconocido por su currículo o pénsum académico calificado. Para que el paciente tenga confianza en el médico, el médico ha de tener confianza en sí mismo, y eso se logra únicamente con una sólida formación académica.

Este reconocimiento como especialista y la estrecha supervisión de parte del colegio médico, no permite la charlatanería, las promociones y publicidades antiéticas y mentirosas que realizan algunos médicos y centros de belleza. La práctica de la medicina es una vocación y un arte, no un comercio ni un negocio, y por lo tanto no se trata de la venta de una mercancía o de un producto comercial.

Mientras no exista un colegio médico que acredite como especialista a un determinado médico, los pacientes deben ser más cuidadosos en la  escogencia de sus médicos tratantes, investigando y seleccionando a aquellos que efectivamente gocen de una sólida formación académica y capacidad profesional.

En Costa Rica, la ley orgánica del colegio establece, “que sin la previa inscripción en el colegio médico nadie podrá ejercer en el país las profesiones de médico y cirujano ni sus especialidades”.

En Nicaragua han existido y se ha aprobado en dos oportunidades el colegio médico. En 1965, siendo presidente René Schick, mediante un decreto legislativo se creó el colegio médico, y el 1 de diciembre de 1966 siendo presidente de la república el doctor Lorenzo Guerrero, fue aprobado por el ejecutivo el reglamento elaborado por el colegio de médicos y cirujanos de Nicaragua.

Luego de esa aprobación, los médicos compramos acciones a partir de 1969 con el propósito de construir una casa club del colegio médico en el Reparto Belmonte, la cual efectivamente se construyó, y para el terremoto de 1972 la misma se le dio en arriendo al Ministerio de Salud y finalmente terminó en poder de la Cruz Roja; y el colegio médico desapareció.

El 30 de noviembre de 2004 se inició la discusión de la segunda ley de Colegiación y Regulación de la Profesión Médica, y el 13 de noviembre de 2009 la Asamblea Nacional aprobó la ley 702 creadora del colegio médico.

A pesar de que personeros de Fetsalud, que eran diputados en esa época y votaron a favor de esta ley, inmediatamente después de ser aprobada y enviada a publicar por Daniel Ortega como presidente de la República en la gaceta # 216, Fetsalud, el FNT y el Minsa hicieron campaña en contra de la ley 702, y de manera irracional y absurda alegaron supuestas afectaciones que traería la ley para el gremio médico, introduciendo en la Corte Suprema de Justicia (CSJ) un recurso de inconstitucionalidad y se anuló el colegio médico, demostrando con su actuación estas organizaciones sandinistas una terrible inconsistencia. Primero la aprueban y luego la anulan ellos mismos.

Por representar la medicina un asunto de salud pública, el colegio médico es de beneficio no solamente para el cuerpo médico, sino, también para la población, basta con recordar el artículo 24 de la ley anteriormente mencionada, donde se establecía el tribunal de honor o de bioética, y expresaba que este era “el órgano encargado de conocer y calificar las faltas a la ética o mala práctica en el ejercicio de la profesión, estableciendo las sanciones que procedan según la gravedad de cada caso, estando facultado este Tribunal para retirar, temporal o definitivamente la licencia para el ejercicio profesional”.

Resulta imperativo y urgente que a la brevedad rescatemos el colegio médico, iniciando todos los médicos sin excepción, las iniciativas y acciones necesarias para que la CSJ anule la absurda sentencia de su prohibición, y se establezca de una vez por todas el colegio médico. Nicaragua es el único país en Centroamérica que no lo tiene y por ser de interés para todos, la población en general y los médicos en particular debemos apoyar y pronunciarnos para su creación.
El autor es médico.

Opinión
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