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Fabián Medina, En Letra Pequeña

En Letra Pequeña

Ortega ha mantenido vivo artificialmente al partido de Alemán, y ahora le despejó el camino para que vuelva a ser la oposición consentidora que a él le gusta y, por eliminación de todos los demás, la "segunda fuerza política".

EL COLCHÓN

Déjenme recordar cómo llegamos aquí. Para octubre de 2005, Arnoldo Alemán tenía régimen de “ciudad por cárcel” después que en diciembre de 2003, la juez Juana Méndez lo condenara a 20 años de cárcel por varios delitos. Daniel Ortega era oposición y de vez en cuando, todavía, daba entrevistas a periodistas que podían hacerle preguntas incómodas. Ese año, en la última entrevista que recuerdo haber hecho con él, Ortega aseguró muy serio que ni él ni su partido habían tenido injerencia alguna en el proceso por corrupción contra el expresidente Alemán. Sin embargo, tan pronto apagué la grabadora, se me acercó y en tono más de confianza que de confidencialidad, me dijo: “No, al gordo no lo aflojamos ahorita. Él es el colchón donde vienen a pegar todos los vergazos que nos manden los liberales”. No lo puse entonces porque entendí que me lo dijo fuera de la entrevista, y si lo comento ahora es porque considero que ya es parte de la historia y una frase que explica mucho de lo que sucedió luego.

CHARANGA

Arnoldo Alemán no tuvo un juicio justo. Y cuando digo justo no estoy diciendo que lo considere inocente de los cargos que sobre él pesaban. No. Me refiero a que no hubo para él, como para casi nadie ya, un sistema judicial imparcial que evaluara los hechos, y según las leyes, lo absolviera o lo condenara. Desde el principio, se usaron los presuntos delitos para chatajearlo y arrancarle las cuotas de poder que su partido tenía. De tal forma que si Alemán era condenado o si iba a una celda no era necesariamente por la carga de sus delitos. Igualmente, si obtenía privilegios en su régimen carcelario –primero casa por cárcel, luego ciudad por cárcel, y después ¡país por cárcel!– , o si finalmente fue sobreseído, no fue porque se demostrara su inocencia. Todo fue una charanga política sobre un caso judicial que tiene a Daniel Ortega donde está y a Alemán, disminuido políticamente, pero libre y gozando todavía de algún hueso descarnado que suelta de vez en cuando quien se apropió de toda la vaca. Tampoco considero que Alemán sea víctima. La víctima aquí fue Nicaragua.

TOMA Y DACA

El colmo del descaro fue el 15 de enero del 2009 cuando, en un “toma y daca” vergonzoso,  Arnoldo Alemán fue sobreseído de todos los cargos por la Corte Suprema de Justicia, con los votos sandinistas incluidos, al mismo tiempo que los votos liberales le entregaban la presidencia de la Asamblea Nacional al sandinista René Núñez.  En una entrevista que le hiciera posteriormente, Alemán diría: “Usé la inteligencia en un momento de crisis”. Les recomiendo leerla.  Esta misma sentencia de la Corte fue la que se usó para anular los juicios de Panamá, y todo esto es lo que usa ahora Alemán  para proclamar su inocencia, como si  esas sentencias fuesen el resultado la demostración de su inocencia y no de haber entregado la valija completa a Daniel Ortega.

LA CASA DE PANAMÁ

Entonces vienes estos enredos. Una casa en Panamá a nombre de la esposa de Alemán, fue entregada como pago a los abogados que lo defendieron en ese país, pero hasta hace unos días la ocupaba el embajador de Nicaragua en Panamá, el sandinista Antenor Ferrey, porque según la Cancillería fue  “comprada con dinero procedente del erario público nicaragüense”. Y ahí es donde la piezas no encajan: si los mismos que lo sobreseyeron consideran que cometió el delito de usar dinero del estado para comprar esa casa, ¿por qué lo sobreseyeron? En realidad, la pregunta es tonta.

LA MISMA MONEDA

Todo esto debería ser historia. Algo a ser recordado en las clases de historia política, como el pacto de los generales en 1950 o el Kupia Kumi, en 1971. Lamentablemente no es así. Ortega y Alemán son caras de la misma moneda, y si uno está arriba no deja morir al otro. Los dos se necesitan. Tanto así que Ortega ha mantenido vivo artificialmente al partido de Alemán, y ahora le despejó el camino para que vuelva a ser la oposición consentidora que a él le gusta y, por eliminación de todos los demás, la “segunda fuerza política”. Con Alemán en la casilla “rival” Ortega se siente seguro. Ya se quebró una vez, y si por alguna razón fuese necesario, solo sería cuestión de volverle a sonar las llaves de la celda.

Columna del día En Letra Pequeña Fabián Medina archivo

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COMENTARIOS

  1. Josue o
    Hace 8 años

    Respecto al colchón;
    del que habla, es lo que los deshonestos y falta de integridad caen con facilidad, el dictador tuvo mucha paciencia en esperar al candidato que caería en el fraude, todos lo hicieron, pero consideraron que era el momento adecuando en parar a todos los sinvergüenzas, recuerda! Todavía existía en los dos gobiernos anteriores, la sombra de la guerra y su regreso!
    La Charanga:
    Daniel está donde está, porque la falta de honestidad para hacer política de la oposición lo tiene allí mismo, y todos al unísono lo acusan de dictador, the farsa electoral, de concentración de poder, como si el poder y sus acuerdos debajo de la mesa no lo hayan hecho con el mismo, ven las manipulaciones del dictador, pero no ven las recompensas recibidas por qué de aceptarlas públicamente demostraría la corrupción política de todos ellos.
    La casa de Panamá:
    Evidente pago por el pequeño favor de la libertad y el descaro de mantener una imagen de oposición que no existe pero que todos apoyaron, quejándose como siempre de que el dictador es el culpable de todos los males.
    La Misma Moneda:
    Los pactos del pasado, al menos fueron más abiertos que los pactos del presente, en la actualidad la ilegalidad, el secretismo para discutir las cuotas de poder solo queda entre partidos dizque de oposición, denuncian que no hay democracia, pero tienen las manos embarradas con el fraude, atacan el fraude electoral, pero todos ellos son parte del mismo, Ortega no solo se siente seguro de mantenerse en el poder, sino que se ríe de todos estos mal llamados opositores y la facilidad con que son doblados por unos pocos puestos y dólares, si Usted piensa que Ortega se va a volver a quebrar con solo la oposición deshonesta y falta de integridad de Nicaragua, está equivocado, necesitarían nuevamente al hermano mayor, pero malas noticias, USA está en problemas, no es lo mismo que los años 80 o los años 90, su hegemonía termino, allá fueron una bola de iguanas a acusar al dictador como si fueran niños, se parece mucho al pasado en los años 1930! Y es lo que llaman oposicion.

  2. Gustavo
    Hace 8 años

    Bien dicho

  3. Fulvio Tijerino Perez
    Hace 8 años

    Comparto tu opinion respecto a que ambos politicastros son tal para cual. Danny necesita a Arnoldo para dar la apariencia de que en Nicaragua existe pluralismo politico partidario. Arnoldo esta atrapado en su propia maraña y se conforma con las migajas que Danny le quiere dar.

  4. Edmund Dantes
    Hace 8 años

    Creo que nada nos recuerda lo eunucos que somos TODOS los nicaragüenses cuando – en este caso – Fabian Medina nos recuerda los hechos de nuestra mediocre historia. Si no tenemos la democracia que soñamos es porque no la construimos ni la defendemos.

  5. Ricardo Barreto
    Hace 8 años

    Genial artículo, que demuestra con la verdad, el pacto deshonroso de los 2 caudillos, y ahora el inteligente convertido en “dictador”.

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