Actriz, productora y directora cinematográfica, madre y, sobre todo, símbolo de México. Esa es Salma Hayek, un pilar del país americano que llegó a la categoría de mito con la nominación como mejor actriz en los Óscar y los Globos de Oro de 2003, merced a la interpretación que dio vida a otra figura relevante de la historia del país, Frida Kahlo.
“Intento conectar con los personajes y tener empatía por ellos”, y vaya si lo ha conseguido en su larga trayectoria profesional.
A finales de los años ochenta alcanzó la fama en su país natal gracias a su participación en telenovelas.
Además, la polifacética Salma debutó como directora cinematográfica en 2002 con la película El milagro de Maldonado en el Festival Sundance, principal certamen de cine independiente de EE.UU. y fue muy elogiada por la crítica y el público.
Hayek también es pasión, como la que tiene por su hija Valentina, quien le acompaña a muchos de sus rodajes. Siente pasión además por su perro Mozart y por todos los animales.